Capítulo 7

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-¡Marinette!- me acerque a la joven de cabello azulado que ahora estaba más corto, era una melena con algunas capaz que se movían conforme ella avanzaba.

Hace meses que no sabía de ella, mi primo y ella no acabaron bien por lo que me enteré o al menos por lo que mi tía me contó.

Intenté hablar con mi primo para saber cómo estaba pero Adrien no hablaba mucho últimamente así que deje de insistir después de un tiempo.

Lo entendía, si yo estaba mal por Bridgette no me imagino como estaría él.

-Felix ¿Qué haces aquí?- contestó ella con incredulidad, se acercó a mí lentamente sosteniendo con gran fuerza los libros que estaban en sus brazos y apretándolos aún más hacia ella.

-Lo mismo te iba a preguntar yo, escuché que te habías mudado para acá pero no sabía que trabajaras aquí- señale el lugar, ella empezó a sonreír un poco más conforme pasaba el tiempo, parecía haber tomado más confianza y se relajó.

-Si estoy haciendo una especie de pasantía.

-Eres una esclava sin paga entonces- la interrumpí, Marinette empezó a reír y yo la imite, debo admitir que estar con alguien que conocía de antes y que sabía, pasaba lo mismo que yo, me daba una especie de tranquilidad.

No estaba solo en el mundo al menos.

-Tengo donde quedarme y me llevan a diferentes ciudades así que no hay problema. Estar en práctica con la marca "Agreste" me abrió muchas puertas- ella parecía nerviosa, ya que sus mejillas se ruborizaban mientras hablaba.

-Sin contar el tiempo extra que te dieron-ella me miró confundida, cerré uno de mis ojos y después de un tiempo pareció entender- ya sabes, todo esto del tiempo.

-Claro, sin contar ese tiempo- dijo entre susurros- no recordaba que tú ya habías recuperado esos recuerdos.

-Nos hicieron vivir lo mismo otra vez- le dije con pesar.

-Creo que debemos ver esto como una oportunidad ¿No crees? De arreglar algunos errores del pasado.

-El problema es que, el que cometió esos errores fue el de esta historia, no yo-le dije con cansancio, ella parecía no entender mirándome con curiosidad-Ya sabes...con Bridgette

-Si, la he visto un par de veces, lo lamento se lo mucho que la querías-ella tenía esa peculiaridad que solo había visto en Bridgette antes, cada vez que hablaba lo hacía de forma sincera. Muchas veces conocí personas que solo te decían por decirlo, sin embargo con ella era diferente.

Marinette ya sabía cómo me sentía hacia Bridgette, hace tiempo se lo había dicho, haciéndole jurar que jamás se lo diría a Adrien, y ella intento sobremanera que estuviéramos juntos.

Recuerdo en mi cumpleaños su fingida invitación por error.

-Estoy intentado recuperarla-admití, sintiendo un poco de vergüenza sin explicación.

-Por eso toda ese espectáculo como superhéroe- dijo con una sonrisa perspicaz, sentí como mis ojos se abrían por sorpresa.

¿Lo sabe?
¡¿Es demasiado obvio que soy yo?!

-Tranquilo, soy portadora de un miraculous, sé reconocer cuando alguien tiene puesto uno y la verdad, creó que reconocería tu cabello rubio desde kilómetros de distancia.

-¡Félix! Aquí estás- Bridgette venía apresurada hacia mí, sonriendo enormemente hasta que su mirada se dirigió a Marinette- ¡Hola Marinette!

-Hola brid, parece que todo está saliendo de maravilla- indico con sus manos el lugar.

-Así es, es una suerte estaba tan nerviosa en la mañana que sentí que vomitaria- hablo ella demasiado rápido, justo se detuvo al final avergonzada. Sonrojándose enormemente-buscaba a Félix, te traía a Sophie.

Se dio media vuelta pero se sobresaltó al ver que no había nadie a su espalda, sonriendo con nerviosismo.

-Estaba atrás de mí, te lo juro.

-Tranquila, es demasiado inquieta- le dije para calmar su notorio miedo.

-¿Sophie?- pregunto Marinette.

-La sobrina de Félix- cuando dijo Bridgette eso no pude evitar asustarme. Marinette me observaba entrecerrando los ojos.

-¿Sobrina?- dijo entre risas, yo solo asentía rápidamente esperando que Marinette no revelará el engaño- claro Sophie, la querida Sophie.

-¿Se conocen?- le pregunto Bridgette a Marinette, mirándonos con seriedad..

-Si, somos amigos de hace bastante tiempo- le dijo ella con una sonrisa, yo la imite. Sin duda sería una historia graciosa si le contara toda la verdad a Bridgette.

-Esta bien- dijo ella en voz baja, algo había cambiado en su rostro de repente. Evitando mi mirada todo el tiempo- Como sea, se fue a alguna parte, iré a buscarla.

Bridgette se dio media vuelta y siguió su camino girando la cabeza en todas direcciones.

-¡Te acompaño!- grité detrás de ella, evitando la mirada acusatoria de Marinette.

-¡Oye!- me dijo Marinette en voz alta, sus mejillas se ruborizaron un poco y una triste mirada cruzó por su rostro mientras parecía tener una lucha interna hasta que al fin hablo-¿Cómo está Adrien?

Su expresión me dejó sin palabras y ahí me di cuenta de que aquella persona ya no era el duende saltarín que conocí en aquel tiempo.
Era diferente, estaba sufriendo y se podía observar cuando menciono su nombre.

-Esta bien- fue lo único que pude decirle, ni siquiera yo sabía cómo estaba él a ciencia cierta pero no creo que es algo que debería decirle a Marinette.

-Escuche que sale con esa modelo italiana ¿No? - intentaba decirlo con desenfado y despreocupación pero sus ojos se estaban poniendo rojos- ¿Alessia?

Yo solo asentí con duda, si había escuchado ese rumor que corría en todas las revistas pero no había tenido la oportunidad de preguntarle.

Habían visto a mi primo con esa chica en varias ocasiones y por supuesto no paso tiempo para qué empezarán los reportajes.

Baje la mirada, no me gustaba esta imagen de aquella chica con gran energía y entusiasmo.
Sin pensarlo más, me acerqué a ella y le di un fuerte abrazo.

Se sentía extraño, yo jamás daba este tipo de demostraciones pero ella de verdad era mi amiga.

-Estoy bien Félix, solo quiero que esté bien y me alegra- se alejó de mí lentamente pero siempre sonriéndome, sin decir más se dio media vuelta y continuó su camino.

Alejándose por el pasillo blanco y yo la seguí con la mirada hasta que no la vi más.

-¡Félix! ¡Acá está!- escuché la voz de Bridgette y yo me dirigí a ella. Sophie tenía una dona de chocolate en la mano y la devoraba con alegría.

-¿Dónde estabas?- le dije con enfado.

-Le estaba contando a Bridgette sobre tu promesa de llevarme a ese parque de diversiones ¿Recuerdas?- la miré extrañado.

-Mis tíos trabajan ahí y le decía que podía conseguir la entrada gratis - Bridgette me cerro uno de sus ojos con complicidad y después avergonzada agregó- Sophie me pidió que los acompañe, espero no te moleste.

-¡No para nada!- dije en voz algo elevada, me giré a la niña y ella sonreía triunfal. Podrá ser traviesa y algo extraña pero sin duda era buena como cupido.

-Nos vemos más tarde entonces, ahora tengo que regresar a mi trabajo- se despidió de la niña con un tierno saludo y se dirigió a una oficina.

-¿Parque de diversiones?- le pregunté cuando al fin se marchó y estaba seguro de que nadie nos escuchaba.

-Así es, sabía que no podía negarse a mi mirada de súplica- me dijo con malicia mientras sus mejillas estaban sucias de chocolate derretido.
Tome una servilleta y la limpié con rapidez-gracias.

-Aunque te agradezco no vengo preparando para una cita con Bridgette.

Ella se encogió de hombros sin detenerse en mirarme, yo no podía hacer nada más. Solo me quedaba esperar a que está vez no lo arruinara.

Félix (Chat Blanc Secuela) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora