Capítulo 5

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El edificio estaba en llamas, muchos lograron salir sobre todo los que estaban en el piso de abajo pero era una historia diferente para los demás.

Mi traje brindaba una increíble protección, las llamas ardientes no me afectaban, era como si la tela con apariencia de pequeñas y hermosas plumas me abrigara.

Busque en cada una de las habitaciones y saqué a las personas que encontraba, podía ver en la oscuridad sin problema, mi vista se había mejorado en un cien por ciento.
Parecía ver con una especie de lentes que me dejaban visualizar el cambio de temperatura así podía averiguar si alguien estaba escondido aunque la niebla no me dejara ver.

Con cada paso que daba, más me asustaba. No encontraba a Bridgette por algún lado, deseaba que ella hubiera salido antes pero francamente no podía estar tranquilo y aun cuando tuviera que buscar en cada rincón de este lugar, no me rendiría.

Después de bajar a la última persona de un solo salto, y ver la gran cantidad de personas que estaban reunidas tomando videos, salte con ayuda de mis alas al lugar, solo me quedaba uno por revisar.

En una pequeña oficina, que parecía ser el área del comedor podía ver qué alguien estaba tirada en el piso, todo gracias a mi maravillosa visión.
A toda prisa me acerqué, era mi linda Bridgette la que estaba perdiendo la conciencia en el piso, todo a causa del sofocante humo.
La acune con mis brazos, colocando su rostro en mi pecho para evitar que siguiera respirando ese aire y la saqué de inmediato.

Caí sobre mis rodillas y le di la espalda a la gran multitud, ahora solo me preocupaba por ella y por nada más.

Bridgette empezó a recuperar la conciencia y me miró con atención, sus grandes ojos azules me miraban confundidos.

Yo no podía describir la alegría que sentí al verla bien, aun cuando no estuviera con ella tenía el consuelo de saber que existía.
Tenerla en mis brazos hacia que mi corazón saltará como desquiciado, no quería irme.

Pero eso hice, ella tenía que ser revisada y yo no quería enfrentarme a todas las preguntas que vendría con eso.

La baje con delicadeza y salí de ahí en un disparo, mis alas permitieron que me moviera a una asombrosa velocidad.
Me dirigí lo más lejos posible hasta que me oculte en un gran y frondoso árbol.

-Owl, alas fuera- mi pequeña ave salió después de que la luz se apagará, la coloque en la mochila sin pensarlo y baje con gran velocidad de ese árbol.

Debía darle algo de comer rápido así que corrí hasta mi casa, cuidando de dejar la mente en blanco para no pensar en nada más.
Mi madre no estaba, como era costumbre así que me subí sin preocupación a mi habitación.

La noche ya había llegado a la ciudad así que todo estaba en tinieblas, abrí mi mochila y le di un caramelo que estaba en la mesita del corredor.

Él se lo comió sin decir más y yo entré más relajado a mi habitación, debía tener ya algo en mi mochila para él.

-Hola Félix- una voz se escuchó en el cuarto, me giré de inmediato de un sobresaltó. La niña de las orejas estaba en la habitación, sonriendo desde la oscuridad.

-Debes dejar de hacer eso- cerré la puerta de un movimiento para evitar que alguien la viera ahí y coloqué mi mochila en el perchero.

-Lo siento - se apresuró hacia mí y se quedó a un metro de distancia, levantando la vista para verme fijamente por lo pequeña que era.

-¿Cómo te fue el día de hoy? - la mire confundido por su pregunta, ya que no esperaba que ella supiera algo de lo que había sucedido.

-¿A qué te refieres?

Félix (Chat Blanc Secuela) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora