Parte 2 de "por favor cae a mis pies..." (parte uno disponible en mi perfil)
Esta es una ruda historia de amor-odio entre Bianca Russo y Matthew Ferrare, una chica universitaria responsable y arriesgada a jugársela por lo que quiere, y un boxeador...
-!Bianca!-escuché un grito luego de haber estado tomando sol casi una hora seguida, donde me queme mis hombros de un rosa leve. Matt se había ido a la ciudad a comprar un par de cosas cuando volvió.
Ya era nuestro penúltimo día aquí en esta estupenda casa en Malibu. Estaba más que contenta, me había bronceado, habia disfrutado del lugar y de su clima, y lo más importante, estuve con Matthew luego de todos los problemas que tuvimos hace unas semanas.
Me levante un poco mareada debido a que estar bajo el sol era cansador, cuando me dirigí hacia el ventanal para entrar y ver que Matt estaba con bolsas en las manos. Seguía tapándome los ojos con la mano cuando soltó lo que llevaba y se acercó a mi agarrandome por la cintura y dándome un suave beso encajando sus labios con los míos a la perfección, lo cual extrañaría más que nada debido a que en unas semanas el volvería a Nueva York.
-Dime.-contesté sonriendo entre el beso. Entrelace mis manos en su cabello cuando me abrazó obligando a subir mis piernas y entrelazarlas en su cadera. Empezó a caminar hacia fuera cuando vi que se sentó en una hamaca conmigo sentada a ahorcajadas encima de él.
-¿Te he dicho lo hermosa que te ves?-pregúnto con una sonrisa juguetona mientras inconscientemente baje mi mirada a mi bikini.
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Iba con una salida de baño blanca de tela delgada junto a un bikini blanco azulado que estaba estrenando justo hoy. Se había levantado un especié de frío, por lo que caí en cuenta que pronto vendría el "invierno" aunque aquí por estas zonas no cae ni un cuarto que en otras ciudades.
-Mejor dicho, ¿he dicho lo duro que me pones?-pregunto nuevamente haciendo que me sonrojara a no dar más cuando sus manos pasaron de un brusco movimiento de mi cintura a mi trasero, apretándolo haciendo que soltara un jadeo.
-¿Te he dicho lo idiota que eres?-le respondí jugando con el y con mis dedos rozando su piel tersa y morena de sus brazos tatuados cuando me apretó nuevamente de la cintura haciendo que chillara de risa.
-Tengo planes para nuestra última noche, amor.-rio cundo dejo de pincharme mirándome fijamente a los ojos. Si las mirada matasen yo ya estaría tres meteos bajo tierra de seguro.-Saldremos con mis amigos de por aquí... con Charles. ¿Le recuerdas?
Pregunto recordando a aquel chico rubio del restaurante de hace unos días cuando sentí que iría a ser una buena velada. Podría conocer un poco más del pasado de Matt, de sus amigos e incluso de mi hermanastro, Gabe, el hijo de Shanon, que también pertenecía en su círculo de conocidos. Asentí torpemente cuando la yema de sus dedos rozaron mis caderas acercándome a él para plantar un beso pequeño.
-Asi que... salimos en una hora.-susurró contra mi boca cuando sentí que me agarraba firmemente y se levantaba de la cómoda posición en la que estábamos.
