Las horas pasaron. El frio mañanero del otoño gobernaba las distantes montañas, acompañado de una densa niebla en la que apenas si entraban los rayos del sol que daba el amanecer, los arboles crujían mientras las últimas hojas del otoño caían. La tormenta se había despejado, la gran nube de humo negro se dispersó. En aquel bosque donde un pequeño gigante había crecido, todo desapareció, los pequeños troncos que quedaban de los arboles no eran mas que carbón, dejando un paisaje salido del mismísimo Silent Hill.
En aquellas montañas lejanas, desde las cuales la ciudad ya no era siquiera visible, donde cualquier rastro de antigua cultura japonesa había desaparecido hace mas de mil años. Se encontraba un hombre gigante conocido como Gigantomachia junto a su hijo Izuku Machia. Tras varias horas de alejarse de aquel lugar que una vez llamaron hogar, Gigantomachia se detuvo en un pequeño arrolló de la montaña, necesitaba procesar todo lo sucedido. Bajo a su hijo de su gran espalda y vio su reflejo en el arrolló, su rostro estaba cubierto de sangre seca, la cual claramente no era de el, entre sus dientes encontró trozos de tela, pertenecientes a las prendas de vestir de los cazadores, su boca sabia a carne cruda. La imagen de su masacre le llego a la cabeza de repente, y junto con ella también estaba el vivo recuerdo del cuerpo inerte del amor de su vida, la recuerda claramente, quemaduras de tercer grado en forma de líneas donde se llegaba a apreciar la carne viva, su rodilla izquierda había sido carbonizada hasta el punto donde ya no existía, dejando que la pierna colgará del muslo solo por un simple musculo, y sus ojos, esos ojos verdes brillantes y claros que tanto le encantaban... ya no estaban, quien sea que lo hubiera echo, los había carbonizado hasta el punto de atravesar todo el cráneo.
Gigantomachia golpeo el agua del arrollo deshaciendo su reflejo, su cuerpo volvió a crecer unos dos metros, sentía ira, tristeza, impotencia, se sentía débil. Si solo hubiera sido capaz de controlarse, si hubiera acabado rápido con los cazadores antes de perder el control, habría llegado a tiempo, pero los instintos de su Quirk le ganaron, en ese momento solo deseaba sangre, en ese momento... solo era un monstruo.
Por el lado de Izuku, este empezó a despertar por el ruido de los arboles cercanos siendo destruidos por las manos desnudas de su padre. No sabia donde estaban, no reconocía ese arrolló, su hogar era en un bosque, no en una montaña, ni siquiera era capaz de visualizar la ciudad.
"Corre a casa con tu padre"
La voz de su madre sonó en su cabeza, la busco con la mirada pero no la encontró. Decidió acercarse a su padre quien seguía partiendo arboles con sus manos para desahogarse.
-Oto-san-- intento llamar su atención.
Al escuchar una voz interrumpiéndolo Machia se giro con la mirada molesta. Su hijo se asusto al ver la mirada de su padre, quien al ver su reacción pudo calmarse.
-Lo lamento. No sabia que habías despertado-- se disculpo afligido por la reacción de miedo de su hijo.
-¿Estas bien Oto-san?--
-Si, solo... hay que irnos, debemos buscar donde quedarnos-- tras decir eso volvió a su tamaño normal y cargo a su hijo con la intención de continuar su camino, pero se detuvo al notar que Izuku hacia fuerza tratando de soltarse-- ¿Qué ocurre Izuku?.
-¡Hay que ir a casa!-- exclamo Izuku mientras intentaba soltarse de su padre-- ¡Oka-san dijo que fuéramos a casa! ¡Nos debe estar esperando!
La mirada de Machia se oscureció, su hijo seguía intentando zafarse pero este no le hizo caso, y empezó a avanzar para buscar un refugio.
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Izuku Machia
FanfictionGigantomachia un fiel seguidor del gran villano y símbolo del mal All For One. Conocerá a una bella mujer, que vagaba por el bosque en el que el habitaba, Inko Midoriya, con la cual, tras haberse enamorado, traerán al mundo a un pequeño gigante bebé...