Ramen

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A la distancia en el Este, atreves de los pequeños edificios de la ciudad de Naruhata, y las lejanas montañas de las diferentes Prefecturas de Japón; la aparición de gran sol naciente de verano anunciaba un nuevo y maravilloso día para todos los ciudadanos... Excepto para uno.

El sonido de un manojo de llaves girando en una cerradura abrió una puerta que daba paso aun bello apartamento en los extremos de la ciudad. Era bastante grande y limpio, a pesar de que se encontraba poco amueblado y con algunas cajas sin abrir por aquí y por allá, dando a entender que el propietario llevaba poco tiempo en aquel lugar, o que simplemente le dio pereza abrir el resto de las caja. Hablando del propietario, después de cerrar la puerta detrás suyo y tirar las llaves al mueble mas cercano, fue arrastrando sus pies hasta la cocina del departamento, más específicamente hasta lo que muchos llaman fabrica de la felicidad, una cafetera. Después de encender dicha maquina dejo escapar un gran bostezó desde lo mas profundo de su agotada alma.

-Miauu~

Un pequeño y tierno ruido capto su atención desde el suelo, el dueño de dicho sonido era un pequeño felino de color negro que se acurrucaba entre sus tobillos mientras dejaba escapar pequeños ronroneos. La persona doblo sus rodillas para bajar hasta el felino y poder acarícialo con suavidad, al mismo tiempo una pequeña vibración se sintió en su bolsillo, acompañada con un débil sonido, con pesadez y soltando un cansado suspiro saco el teléfono de su bolsillo mientras con la otra mano seguía acariciando al felino, no se tomo ni la molestia de ver quien llamaba a su teléfono simplemente lo contesto por si era algo importante.

-Diga..

-¡¡BUENOS DIAS ERASER!!--grito una animada voz en forma de saludo desde el teléfono

Así es, el dueño de aquel bello pero poco amueblado apartamento ers ni mas ni menos que el héroe nocturno EraserHead, quien al parecer tuvo una noche de trabajo agotadora.

Tras el gran grito que recibió su sistema auditivo; obviamente sin esperárselo, mucho menos a esas horas de la madrugada. Eraser se levanto rápidamente asustando a su gato y golpeando su cabeza contra la encimera en la que estaba su cafetera, y derramando el contenido de la misma. Después de soltar un gruñido por el golpe y ver el desastre que había provocado, el pelinegro tomo aire profundamente tratando de calmarse, estaba demasiado cansado para esto. Con desgano y un poco de ira volvió a tomar su teléfono viendo que aun se encontraba en llamada.

-¿Te desperté?-- pregunto la persona al otro lado del teléfono otra vez de forma bastante animada.

-Literalmente, eres demasiado estúpido como para insultarte-- contesto Aizawa con fastidio en su voz, mientras se tallaba el puente de la nariz.

-Gracias

Aizawa volvió a soltar otro suspiro, conteniendo las ganas de colgar y simplemente irse a dormir.

-Dame una buena razón para no colgarte, All Might-- dijo con una voz amenazante mientras apoyaba el teléfono en su hombro para poder limpiar el destre de hace un momento.

-¡Acaso olvidaste que día es hoy Eraser?-- pregunto manteniendo ese tono de voz siempre alegre.

-El de tu funeral, espero-- respondió en su tono inexpresivo mientras limpiaba el café derramado de la encimera

-¡HAAHAHAHA!-- la risa del rubio musculoso sonó tan fuerte haciendo parecer que el teléfono estaba en alta voz y despertando a dos gatos mas que había en la sala-- ¡Igual de gracioso que siempre Eraser!

Escuchar ese tono de voz tanto tiempo era algo que llegaba a irritar mucho al pelinegro, sumándole esa risa inconscientemente le hizo recordar a cierta mujer de pelo color agua marina, automáticamente un escalofrió recorrió su espalda.

Izuku MachiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora