OCTAVA VUELTA
"Y así, con Crystaline guiando nuestros pasos, ambos sacerdotes escapamos del Infierno".
Voluble es el favor de los dioses.
Corrió hasta llegar a la posada.
Inescrutables son sus designios.
Cerró la puerta de su alcoba.
Y, aun así, ¿quién de entre todos los mortales puede tener la osadía de llamarse el Elegido?
Lloró al escribir por última vez.
¿Quién posee la voluntad para proclamarse su paladín?
Observó su reflejo en el cristal.
¿Cuál ha de ser su tarea?
Sacó el argem y la daga de su túnica.
¿Cuán libre es de decidir su camino?
Miró con odio a ambos.
¿Es el destino inevitable o una mera expresión de los deseos de los dioses?
Suplicó en silencio una respuesta.
¿Puede un simple mortal ser su sagrado instrumento?
Hundió la daga en su pecho.
¿Hay sólo tinieblas tras la muerte?
Dejó de latir su corazón.
En mi sueño me vi a mí mismo en el interior de una pirámide de grandes dimensiones, de paredes de cristal y relucientes aristas de argem. No había decoración en aquel lugar, no había lujo alguno, sólo una armoniosa música de campanas llenaba la pirámide y hacía vibrar dulcemente aquel paraíso de fino espejo.
Paz. Libre ahora de las distracciones de mi cuerpo y sus pasiones, la paz se alojó sobre mi ánimo como el dulce manto de una madre.
Ambrosía.
Supe en aquel momento que me hallaba en la Tierra de los Dioses y que Dios me había transportado a su propio corazón.
Comulgué, dejando reposar al fin mi torturada mente. Mis preocupaciones, pasiones e inquietudes se desvanecieron ante la melodía que una vez nos había visto nacer. Esta era la paz que tanto tiempo había buscado. En la muerte, mi alma se había reencontrado con Crystaline.
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La Guía de Viaje del Padre Stone
FantasíaUna copa. La heráldica de Vice era representativa de su modo de vida. El ayuda de cámara nos hizo esperar en el recibidor que conducía a los aposentos del Notable. Se disculpó ante nosotros alegando que su amo se encontraba inmerso en la realizaci...