Capítulo 5

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-Hemos comenzado con el hackeo masivo contra la Oficina 39 para eliminar toda información sobre la Necrosis, de parte de el jefe tienen permitido ir a cualquier nightclub de su propiedad-. Toshi finalizó la videollamada.


-Estén alerta, no sabemos cuantos de esos demonios están caminando entre nosotros.


-¡Vamos Deisha! ¿acaso vas a encerrarte otra vez en tu lujosa casa del bosque? ¿aún no superas lo de...-. El platinado estaba apunto de golpear a ese lengua larga cuando dos hombres entraron al bar escoltando a Scarlet.


-Encontramos a esta chica en el auto de Deisha, deberíamos venderla por veinte mil dólares.


-Que sean treinta, veinte es un precio bajo para un cuerpo como este-. Uno de ellos sonrió lascivamente mientras acariciaba la suave mejilla de la chica.


-Lamento informarles que ella es propiedad de Yaishiro-. Ellos se alejaron, Deisha agarró a Scarlet por su brazo derecho.- ¿Que diablos estás haciendo aquí?.


-Quería saber como era toda Shangai-. Contestó naturalmente, todos los presentes empezaron a reírse a carcajadas hasta algunos la imitaron, él la soltó y le dio la espalda, ella no comprendía por que se reían quizás el efecto de la droga experimental estaba haciendo de las suyas en la pobre chica.


-Niña... no estás en Shangai, te encuentras en Tokyo-. Uno de los presentes dejó de reír para recuperar el aire que sus pulmones pedían, el platinado se dirigió a la salida para dejarla abandonada con ese montón de pedófilos, claro venderla tampoco era mala idea para deshacerse de ella pero en su brazo izquierdo reposaba una gran mina de oro, eso causó un pequeño remordimiento en él.


-¡Hey Soranata!-.Exclamó un hombre de smoking gris lanzando las llaves de un vehículo, las atrapó fácilmente, al verlas levantó una ceja.- La vida es corta, ve y vívela a lo grande, nadie sabe cuando llega la muerte a tocar la puerta.


Al salir de el bar se encontró con un auto nuevo y más caro que el anterior, pero esta vez era blindado.


Aquellas palabras eran ciertas, desde aquel día Deisha estuvo aislado durante tres meses alimentándose nada más de el alcohol y las drogas que sepultaban la depresión por breves momentos, tenía que divertirse un poco había pasado mucho tiempo que no iba a un Nightclub el único obstáculo que estaba presente era Scarlet, no tuvo otra opción que llevársela. ... Llegaron a unos de los mejores nightclub's de todo lo largo y lo ancho de Tokyo llamado: The Paradise. Al entrar la chica se quedó perpleja al ver tantas personas bailando atrevidamente y bailarinas de Pole Dance en cada rincón de el local; Deisha se adentró y se perdió entre la multitud, Scarlet trató de seguirlo pero lo que encontraba era las luces de colores que iban y venían y hombres acercándose a ella disimuladamente para poder bailar. Eligió al azar por donde ir y siguió su propio camino evadiendo a las personas.


...


En hora buena, por fin lo encontró pero lo que la asqueó fue que estaba sentado con tres mujeres con ropa muy corta sosteniendo un vaso con sake, este frunció el ceño mientras sacaba de el bolsillo su teléfono y lo desbloqueaba.


-Haz lo querieras pero no entres en la galería de fotos-. Jamás tuvo la oportunidad de tener en sus propias manos un teléfono inteligente desde que salió el primero, hasta ahora, no perdió el tiempo y comenzó su increíble travesía por el internet. Era lo mejor que había visto memes, tráilers, spoilers de series y películas famosas, si era por Deisha ella no dejaría el teléfono por toda la santa noche; hasta que recordó la advertencia del platinado.


.¿Que ocultaba Deisha?... levantó la vista de el teléfono, de seguro estaba besándose con una de esas mujeres así que... tocó el icono de la galería y eligió la primera, algunas involucraban a personas asesinadas de la forma más horrible no tenían ojos ni órganos, pasó todas esas fotos; llegó un momento donde vio una de un hombre de la misma nacionalidad que Deisha, la mayoría de las imágenes tenían plasmado a aquel hombre junto al platinado en casinos y en bares, en algunas él mostraba una pequeña sonrisa.


¿Era un pariente? ¿tal vez un hermano? ¿o quizás un difunto amigo?. ... fijó su mirada en la hora, eran casi las tres de la mañana, guardó el teléfono en el bolsillo de su suéter y fue en busca de Deisha. Lo observó en el segundo piso de el club junto a una mujer de rojo, eso la motivó, no lo hacía por él quería salir de ese lugar tan repugnante; subió las escaleras caracol y al llegar vio tres puertas con dibujos de chicas con lencería, tuvo que dejarlo todo en las manos de la suerte, eligió la tercera y efectivamente era la correcta, el platinado y una asiática estaban besándose de forma lujuriosa y gracias a una fuerza descomunal que poseía Scarlet empujó a la mujer de rojo.


-¿¡Quién te crees que eres!? estúpida niña.


Indignada, Scarlet se acercó amenazante a la asiática.


-¿Yo? ¿estúpida? mírate pareces tener más sida que el propio sida, y además el rojo te hace ver gorda.


Para su mala suerte los efectos del alcohol lo hicieron su prisionero, no tuvo más opción que ayudarlo a levantarse y llevarlo a la salida del nightclub.


- No quiero irme aún, déjame aquí y vete-. Scarlet no le prestó atención al comentario del platinado. Al salir de el local tomó de el smokin de Deisha las llaves del auto, le quitó los seguros y abrió la puerta que daba al asiento de el copiloto.


-Vamos Deisha, por favor sube.


-Tú no puedes decirme que hacer, solo lárgate a jugar con tus muñecas y déjame aquí-. Tuvo que obligarlo a subir al vehículo, él no podía conducir en esas condiciones, así que se llenó de valor y se sentó en el asiento de el piloto, encendió el auto y puso sus manos en el volante.


-Mario Kart, no me falles ahora.

Mi dulce ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora