Epílogo

504 23 18
                                    

“Querido Joey. Querido amor de mi vida.

Hoy se cumplen diez años desde el accidente que te dejo durmiendo para siempre. Hace dos semanas dejaste de respirar para siempre, aún si despertabas no sé si me querías a tu lado. Hoy me guardo todos nuestros recuerdos, todo ese amor que tuvimos.

Parece que apenas fue ayer que me atreví a besarte, ya pasó mucho tiempo y yo lo sé. He salido con más chicos pero nadie puede ser como tú, en ningún aspecto. Eras un hombre tan perfecto, un criminal en contra de lo que hacía, me protegiste, fuiste el único del que me enamoré. He perdido mucho pero he ganado más.

Tú recuerdo permanecerá en mi por siempre, te sentiré todas las noches, sé que aún me proteges incluso al final siempre fui yo tu única preocupación, incluso al final intentaste protegerme, incluso al final me regalaste la vida.

Observó al cielo oscuro y me gusta imaginar que tú eres una estrella, me gustaría ser también una estrella pero se que solo las personas maravillosas están ahí contigo. Quisiera volver a besarte, amarte una vez más. Quisiera volver a estar junto a ti porque siento que nuestro tiempo no fue suficiente.

Nunca hablamos de nuestro futuro, quizá porque sabíamos que no existía uno, pero me gustaba imaginarme junto a ti, con una familia, muy felices.

Aún cuando dormiste, pensaba que algún día despertarías, tenía la esperanza de comenzar una nueva vida a tu lado. Dime ahora que haré sin ti, sin encontrar el motivo de vivir, cómo podrá latir mi corazón sin no es por ti, cómo voy a seguir viviendo de esta manera. No te culpo de nada, solo necesito una respuesta, ¿Hacia donde debo dirigirme? Con una señal es más que suficiente para decorar mi camino.

Me tranquilizó al pensar que por fin estás con aquella mujer a quien tanto extrañabas tanto. Sí, la diosa de cabellos rubios, aquella de mirada tierna y comprensiva, aquella que causa tranquilidad con solo mirarla, aquella de la que hasta yo misma me enamoré.

Te apoderas de mis sueños y pensamientos, parecen portales para estar juntos otra vez. Pasó mucho tiempo desde la última vez que te besé.

Por la madrugada, cuando tú familia me dejó sola contigo, te observé, parece que me sonreiste, volví a besarte y no pude evitar llorar. Tome tu fría mano.

"Parece que fue ayer"

Parece que fue ayer Joey, parece que todo sucedió hace unos segundos.

Me guardo el recuerdo de ese hombre del que me enamoré. Tú mejor parte se queda en mi.

Continuaré, no puedo detenerme. Puedo seguir, no estaré sola porque se que tú estarás siempre presente.

Te amo Joey.

Te amare aún si ahora estamos en dos mundos opuestos."

Valia

La puerta de entrada es golpeada, me acerco a abrir. Quién puede interrumpir a esta mujer que deja sus emociones, una carta más sobre su diario, dedicada al amor que dejo atrás. Del que nunca más tuve noticias, me aleje de la ciudad y de todos mis problemas, huí como la persona cobarde que soy. Aún lloro algunas noches, intento, juro que intento vivir. Juro que intento continuar y rehacer mi vida. Más le vale a esa persona tener un buen motivo para interrumpirme o provocará un grave enojo en mi.

—Valia— menciona detrás de una barba muy notable. Se sostiene en un bastón, que ha sucedido, parece no puede caminar bien. Aún así me sonríe, le divierte que mi rostro refleje una clara impresión— Tal vez me puedo quedar.

—Joey...

Dos mundos opuestos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora