Valia
Despierto en una oscura habitación, no puedo ver absolutamente nada, ni siquiera una pequeña luz tenue. Mis muñecas duelen, intento moverlas pero parece que están amarradas. Estoy sentada en una incomoda silla, mis manos están atadas a mi espalda, mi boca fue cubierta con una tela para evitar que hable. ¿Qué estoy haciendo aquí?
Entonces logro recordar todo.
Anoche en la fiesta de cumpleaños de Rossy bebí de más, me escapé del lugar, aunque mi mejor amiga y los demás cuidaban de mí en algún momento tuvieron que distraerse, recordé la discoteca que la familia abrió después de mi llegada. Seguramente Joey se encontraba ahí, las peores ideas suenan bastante bien bajo los efectos del alcohol, nada me importa. Solange dice que Joey está bien, que lo mejor es que me aleje de ellos, pero no lo puedo hacer, nadie entiende que yo necesito estar cerca de Joey, nada podrá evitar que nos separemos.
Un hombre cuida la entrada, lo reconocí de inmediato lo saludé y por supuesto él también me reconoció.
—Valia ¿Qué haces aquí?— me preguntó.
—Ya sabes, Joey me dijo que viniera— mentí, trato de mantenerme en pie, es difícil no tambalear ni decir incoherencias. ¡Vaya sorpresa! El alcohol me hace hablar mejor, sin pausas.
—No es buena idea que entres. Le avisaré a Joey que estás aquí.
Él está aquí, supuse que no se encontraría.
—Estoy bien, tranquilo. Se que huelo a whisky, vodka y vino combinados pero enserio sé cómo mantenerme bien.
— aseguré. Por supuesto no se cómo mantenerme, no estoy bien pero debo actuar. Joey debe darme una segunda oportunidad— Déjame entrar.Por fin acepta dejarme entrar.
Con la mirada buscó a Joey. ¡Ahí está! Me sorprendo al mirarlo, parece que el mareo desaparece como por arte de magia, parece que ya ni siquiera estoy ebria. Una sonrisa ilumina mi rostro, ahora sé que esa sonrisa parecía patética. Sentado en un sillón rojo, tiene aquella mirada seria, con los brazos cruzados, mueve su cabeza al ritmo de la música, él siempre viste elegante, no importa el lugar al que vaya. Comienzo a acercarme, me detengo al ver a una hermosa chica alta, morena, de un perfecto cabello largo castaño y con un pequeño vestido de lentejuelas rojas ajustado que hace que resalte todo su cuerpo, acercarse a Joey, él sonríe al verla. Logré reconocerla, es imposible no hacerlo.
Bien eso no significa nada, se supone que está casada, seguro que ellos solo se han encontrado. Igual debo acercarme y hablar con Joey, es momento de solucionar cada problema en nosotros, sé que no podemos estar lejos el uno del otro. ¿O si? Un nudo se presenta en mi garganta, mi corazón se siente como si algo lo apretara muy fuerte. Ellos se están besando.
No puede ser, el efecto del alcohol jamás paso, aquí vienen más malas ideas. Quizá se acabó tu amor por mi pero no te preocupes que en mi vida sigues siendo el único, en donde sea que vayas mi recuerdo te perseguirá porque nadie te ha amado más que yo, aquel estúpido deseo solo puede ser carnal no le veo otro motivo para que las mentiras importen más.
Me acerco a la barra, pedí vodka, es lo que embriaga más rápido y es justo lo que necesito, nada debe combinarlo, necesito su efecto ahora. Un chico a mi lado se sorprende al verme beber tan rápido, él es guapo, no pensarás ser promiscua está noche, Valia regresando al pasado, este no es el momento adecuado.
—Te da valor— dice aquel chico. Mi vista se distorsiona, no logro distinguirlo a la perfección pero sé que es muy guapo.
—Algo así— respondí.
—Mi nombre es Julio, ¿Eres...?
—Valia. No debes ser tan formal si solo se trata de una noche.
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Dos mundos opuestos
RomanceÉl es el hijo del mafioso más poderoso del país. Ella,una chica de familia perteneciente a la clase alta, cuyo principal interés son sus calificaciones. Valia y Joey tienen dos vidas completamente distintas pero el destino se encargará de unir ambo...