Él, un joven con un fuerte carácter, la guerra le ha quitado mucho y no puede más que desquitarse con sus hermanos. Ella, llena de vida y optimismo, la guerra también le ha quitado lo más preciado que tiene, sin embargo; sigue adelante como la Reina...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
--Vengan. No nos conviene estar aquí afuera cuando anochezca.-- Avanzamos cruzando las montañas hasta donde se podía ver una linda presa a la mitad del lago congelado.-- Oh miren, mi esposa puso el agua a hervir.-- Exclamó el castor.
--¡Es encantadora!-- Exclamó Lucy refiriéndose a la presa.
--Oh, aún está en proceso. Cuando esté lista tendré muchos clientes.-- Alardeo.
Ya habíamos llegado a la entrada de la presa.
--¡Castor! ¡Te estaba esperando! ¡Más te vale no haber estado con tu amigo el Tejón otra vez!-- Se escuchaba una voz femenina, era ¿una castora? Supongo que es la señora esposa del señor castor.
Al vernos, se sorprendió-- Ay, esos no son tejones. Oh, no esperé estar viva hasta este momento.-- Se nos acercó.-- ¡Mira mi pelaje! ¡No me diste ni 10 minutos para arreglarme!-- Se quejó con su esposo.
--Si te hubiera dado una semana igual no estarías lista.-- Todos reímos por la excusa del castor, menos Ed, otra vez.
--Pasen, hay que darles un poco de comer y compañía civilizada.-- Todos pasamos dentro de la presa, era realmente acogedora, digna de un buen hogar.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
--¿Entonces no podemos hacer nada para ayudar al Señor Tumnus?-- Preguntó Peter.
--Se lo llevó la bruja. Dicen, que pocos son los que entran allí y vuelven para contarlo.--Contó el castor, esto no me está gustando mucho.