capítulo 4

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En el poblado de Liv, todo estaba más calmado gracias al ritual de Aila un par de semanas antes. Los cazadores lograron cazar algunos ciervos y algún que otro jabalí que salían de sus escondites para comer la poca hierba que encontraban por la nieve que parecía fundirse cada día un poco más.

En todo ese tiempo, Aila tuvo que sufrir las consecuencias, permanecer en cama sin apenas poder mover ni un músculo por las fuertes febradas que parecía. Sir, se dispuso a cuidar de ella desde entonces. Le daba de comer, vigilaba que las fiebres no subieran más de lo debido, y permanecía con ella casi todo el tiempo. Solo la sustituía Arna o Solveig en algunas horas del día cuando debía mirar en sus piedras. Eso, ni siendo Völva lo cambió, seguía sus instintos y sus rutinas de siempre, no iba a cambiarlo por haberlo echo ella.

— parece estar mejor — le decía Arna cuando entraba en la habitación para sustituirla.

— si, aunque va despacio.

Se sentaba en el otro taburete y suspiraba sin dejar de mirar a la bruja que yacía en la cama. — ¿ creés que se recuperará del todo?

— si, lo hará. Lo que pasa que los dioses la han castigado por lo que hizo.

— supongo que ella era consciente de las consecuencias.

— si, lo sabía — le pasaba el paño mojado por la frente observándola — puede que así cambien sus planes cuando sepa que hemos estado cuidando de ella.

Hizo mueca — yo no la habría traído de vuelta. La hubiera dejado en los sueños del puente de los muertos.

Sonrió levemente — la vida es un toma y recibe. Si haces cosas buenas, recibirás cosas buenas. Pero si haces malas — la miró — la vida es muy sabia Arna.

— yo no lo veo así.

— ¿ porqué no?

— bueno, sabemos lo que pasará en un año

Ladeó la cabeza — a mi me costó mucho comprender el destino de Liv, pero es el que le pertoca, y ella lo acepta.

— ¿ de qué le va a servir? Técnicamente, nadie la recordará.

En eso tenía razón, todo lo que había logrado y lograría, no servirían de nada, sonrió — pero ella no lo necesita Arna. Ha ella solo le importan los suyos, ahora, no los que vengan y estén en la vida los futuros descendientes.

— aún así, no es justo.

— no, no lo es — pausó brevemente — pero pensándolo más fríamente, no pasa nada que los vivos no la vayan a recordar dentro de unos siglos, por que ella pasará la eternidad con los que sí que la recordaron.

Acercó un poco más el taburete hacia ella — ¿ la has visto? ¿ en el valhalla?

Asentía lentamente — si

— ¿ y qué viste?

Se echó a reír — son cosas que no hace falta contar.

— ¡ oh por favor! Quiero saberlo — suplicó haciendo un puchero con sus labios haciéndola reír de nuevo.

Soltó aire y empezó a recordar su visión. — cuando llegue, se reunirá con Tyra, pero no solo con ella, si no también con su madre, con Balder, con su abuelo, co el propio Ragnar — pausaba de nuevo mientras sonreía por las imágenes que veía en su cabeza al recordar la visión — Odín besará su frente, todos los dioses la honrarán con sus presencias, todos los caídos, los suyos, volverán a arrodillarse frente a ella, incluidas las valkirias. — pausó para tragar saliva, notaba ese nudo en la garganta — sentirán orgullo por ella, y ella se sentirá orgullosa de todo eso. Será feliz — la miró y le pasó un mechón de pelo tras la oreja — se reunirá con todos y esperará al resto, subida en el lomo de Seid, rodeada por su manada, siendo guiada por lur ante la guerra contra el ragnarok.

LA ERA VIKINGA ( cuarta temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora