capítulo 10

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En esos días en donde el frío invierno empezaba a desaparecer, Liv decidió ir al castillo para hablar con Roberto I y anunciarle su partida de nuevo hacia Noruega.

La miraba con ceja elevada — ¿ me abandonas?

Rodó los ojos — no, pero tengo que volver a casa. Aún no has recibido ningún mensaje de Harold.

— no, eso es cierto — soltaba aire con un poco de desespero — ¿ te llevarás a todo el clan?

— si, necesito que entrenen con el resto para que se conozcan.

— comprendo — apretaba la mandíbula pensativo — ¿ cómo me pondré en contacto contigo? Nadie sabe donde está tu poblado.

— no te preocupes por eso, llegado el momento, yo estaré aquí — se dió media vuelta para irse.

Fruncía el ceño confuso — ¿ pero cómo vas a saberlo?

Detuvo el paso y giró levemente su cabeza para verlo — recuerda quien soy — sonrió y se marchó por donde había venido.

Lo dejó con la palabra en la boca y con mueca mientras pensaba en ello. Si, ella tenía esa especie de estrategia con esa bruja que por lo visto la ayudaba siempre. Habían cosas que no lograba a comprender, pero después de haberla visto hacer algunas de ellas, se lo creía todo, sobretodo por como luchaba, era digno de admirarla. Apoyó su espalda contra el respaldo de su trono y suspiró algo impaciente.

Mientras, Liv volvía a montar al lomo de Seid que estaba junto a Ebbe y su caballo, la miró expectante y a la espera de que hablara.

— ¿ todo bien?

Subía en Seid y suspiraba con profundidad — si, todo bien.

— ¿ podemos irnos ya de este país?

La hizo reír — no sabía que odiabas Francia.

— y a todo aquél que sea francés.

— ¿ porqué?

— no me gusta su idioma.

Se echaba a reír en carcajadas mientras aumentaban la velocidad para llegar cuanto antes al poblado.

Llegaban unas horas más tarde y ya podían observar a todos trabajando duro en la recogida de materiales y llevándolos al embarcadero que estaba junto al río que llevaba a la mar.
Bajaron de los caballos y se dispusieron a observarlos con detenimiento mientras que todos y sin rechistar, cogían comida, efectos personales y armas, cargándolo todo a los barcos que tenían.

La pequeña Flor, se acercaba a Liv con entusiasmo y se abalanzaba a sus brazos con alegría.

— ¿ estás contenta? — sonreía con brillo en los ojos al verla .

— si — la abrazaba fuertemente con amplia sonrisa en la cara .

— yo también — contestaba mientras olía su pelo y cerraba los ojos brevemente. Tenía muchas ganas de volver a casa, sabía que sería un viaje largo, además, había enviado a Lur para anunciar su llegada. Llevaba días lejos de su lado, pero parecía que la águila lo tenía todo controlado, llegaba un par de horas más tarde mientras los barcos estaban acabando de estar llenos, la dejó posar sobre su
hombro. — ¿ qué me traes? — miraba su garra interrogante, parecía un mensaje. Se lo cogió con cuidado y empezó a leer.

Stan está por la zona, Gyda a vuelto con casi todos. Einar a seguido el camino para buscar más aliados. Busca otra manera de volver a casa.

¿ qué quería decir con eso?
¿ peligraba a caso su hogar?
Al final, parecía que su esposo iría a por ella, tenía algo de lógica, técnicamente lo había abandonado.
Hizo mueca, buscaba una alternativa para volver a casa, eso significaba que tendría que ir por el camino largo. Eso la desanimó bastante, implicaba ir por detrás de las montañas peligrosas, y eso podría hacer retrasar muchísimo su llegada, sobretodo por la zona que era igual o peor de peligrosa.

LA ERA VIKINGA ( cuarta temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora