capítulo 18

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En la madrugada, Liv y Arna se miraban con complicidad abrazadas en la cama en el silencio más absoluto, mirándose con complicidad, con una media sonrisa dibujada en sus rostros, sabiendo que quedaba poco para poder tener esa libertad real.
Le pasaba unos cabellos sueltos tras la oreja haciéndola sonrojarse por ello.

— vas a hacer que quiera volver a hacerlo.

Liv se echó a reír — ¿ cómo puedes mantenerme tan serena? Haces que esté en calma.

Soltó una pequeña risita por lo bajo
— bueno, porque yo lo soy, puede ser — se encogía de hombros al decirlo.

Ladeaba la cabeza al escucharla — es posible — Suspiró — no sabes cuanto me has echo falta, me sentía perdida.

— ahora las cosas estarán bien, pero tienes que dejar de soñar con la muerte, no la dejes entrar, y si lo hace, no la escuches.

Hizo mueca — aún así, es una sensación extraña.

— ¿ el qué?

— sigo deseándola

— has estado muy cerca de ella, en demasiadas ocasiones, era obvio que llegaría un día que la ansiaras.

Soltaba aire con profundidad — puede que sea eso.

— no lo pienses, solo limítate a pensar en como vas a explicarles a todos lo que va a ocurrir.

— no se lo van a tomar muy bien, todos los que han aceptado ser mis aliados, lo hacen solo por eso, por mi.

— puedes convencerlos, decirles que será un bien para ellos, que aunque tú no estés presente, los apoyarás desde la distancia.

— eso no será suficiente

— siempre puedes dejarles a Sir

— ella no iría sin mi, eso lo tengo claro.

— pues a uno de los halcones, o a Lur, por ella también puedes entrar en trance, ¿ no?

Hizo mueca — no es tan sencillo, primero tendrían que dejar de ser aliados, directamente deberían pasar a ser de los míos para poder entrar en trance con ellos.

Se pensaba esa información con esmero — comprendo, pero si les explicas todo con detalle, seguro que no dudarían en serlo.

— no lo sabemos, supongo que tendremos que esperar a ver como reaccionan todos.

— si — se la atrajo más a sus brazos y besó su frente — descansa.

— contigo, siempre.

La hizo sonreír mientras notaba como su poco peso se elevaba un poco más. Había entrado en su sueño rápidamente mientras ella contemplaba el techo pensativa.
Se sentía orgullosa de si misma, había conseguido que pensara diferente, entendió lo que Sir le comentó de ella hace tiempo, que era su pilar, la que la mantenía cuerda, la que no la dejaba entrar en la locura, por eso aceptaba ese amor extraño, aunque Einar fuera al que amara profundamente, ella se conformaba por ser su calma, su serenidad, su tranquilidad, con eso tenía más que suficiente para seguir en la tierra, vivir con ella a su lado, aunque tuviera que verla darle hijos a Einar, pero sería feliz con los dos, ella era la única que le importaba, por eso aguantaba esas noches en las que no la llamaban, por que lo entendía. Sabía que no podía ocupar ese lugar de él, que cada uno de ellos tenía un propósito por y para ella, que era su destino.
Daba igual todo lo demás, ella era feliz a su lado, y lo sería en esa granja en donde se marcharan, quería cuidar de ella, sobretodo en sus pesadillas, no las tenía cuando estaba con ella y Einar, ambos la mantenían equilibrada, y eso era lo único que importaba, no podía apartarse, no la podía abandonar, eso sería catastrófico, además, no le importaba en absoluto ocupar ese lugar.
Cerró los ojos ahora, dejando que el sueño la atrapara y la hiciera descansar un poco, aunque estuviera atenta en ella por si un mal sueño quería romper su descanso, suspiró y la abrazó más fuertemente con ternura mientras volvía a besar su frente, sonrió al verla dar un pequeño gemido de satisfacción, ya quedaba poco para que todo acabara.

LA ERA VIKINGA ( cuarta temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora