Sus pasos retumbaron por la estancia, el silencio era atroz, ningún alma había aparecido frente a él. Sus guardias miraron con desconfianza.
Entró al gran salón, nadie lo esperaba, ni siquiera los sirvientes.
Acababa de volver de una cruenta batalla pero encontrarse con la soledad de aquel palacio había calado sus huesos.
De pronto sintió un frío que estremeció su cuerpo y solo un nombre llegó a sus labios.-¡Jimin!- gritó con fuerza.
-¡Jimin!- volvió a gritar.
Miró a sus hombres, el odio y el terror bañaban su mirada, qué demonios estaba pasando, se preguntó a si mismo.
Corrió por las grandes escaleras hasta llegar a la habitación del pequeño príncipe, y tal como lo había pensado, esta estaba vacia.
Un grito desgarrador salió de su pecho. La furia y el dolor lo invadieron por completo. No podía creer lo que estaba pasando.Un par de guardias llegaron hasta él.
-Señor, el palacio está vacio- informó uno de ellos.
Salió de aquel cuarto dando trompicones, atravesó el jardín, se paró frente al gran muro, agitó su cabeza y siguió corriendo hasta la cárcel de cristal.
Sus hombres lo seguían alerta sin entender lo que pasaba.
Al llegar al estrecho pasillo se dio cuenta de que la cárcel había desaparecido, en su lugar una pequeña nota rezaba.
La hora del rey ha llegado, el León ocupará su trono como siempre debió ser.
Sus manos temblaron de impotencia.
Y entonces habló.-Registren hasta el último lugar del palacio, envíen un grupo de soldados al pueblo, cazen a todos los hombres y mujeres, maten a los niños, busquen a los rebeldes, necesito cortar sus cabezas, debo frenarlos antes de que quieran atacar-
-¿Matar a los niños?- preguntó uno de sus hombres.
Suga giró y sin detenerse sacó su espada y le cortó la cabeza al que había preguntado.
-¿Alguien más no entendió mi orden?- gritó colérico.Los hombres se pusieron en marcha, corriendo por el jardín y saliendo del palacio para llevar a cabo el mandato del rey.
Se paró frente al muro nuevamente y golpeó las paredes sin importarle que lastimara sus manos.
-¡No vas a volver, te juro que no lo harás, yo te maté y lo volveré a hacer todas las veces que sean necesarias. No vas a ganar León, yo soy el rey Dragón yo te maté una vez, y volveré a hacerlo mil veces más maldito!- gritó desesperado intentando que sus palabras atravesarán aquel gigantesco muro que él mismo había hecho crear.
Yoongi estaba parado frente al muro, no podía creer lo que escuchaba. De los años que llevaba allí atrapado jamás había oído ni un sonido de afuera y ahora podía escuchar claramente las maldiciones de su hermano. No entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando.
Buscó a Jimin quien se encontraba recostado sobre su cama, ambos totalmente desnudos después de una intensa noche de amor.
-Ven, algo pasa, tienes que oirlo- habló mientras acariciaba las mejillas de su amado.
Jimin lo siguió hasta el muro y entonces lo oyó claramente, los gritos y maldiciones de Suga.
-¿Alguna vez habías oído algo a través de estas paredes?- preguntó mirando a Yoongi.
-Jamás- respondió sinceramente.
-Entonces esto significa que la hora ha llegado, tal cual como lo dijo Jin, el muro caerá cuando tu y yo fuéramos solo uno, y creo que está pasando- explicó.
Yoongi se acercó y lo besó tiernamente, apoyó su frente sobre la contraria.
-Te amo Jimin, si esta es la hora de la verdad solo quiero que sepas que te amo y que nada ni nadie va a lastimarte y mucho menos alejarnos- sus palabras parecían apretadas en un nudo.-Sé que tienes miedo, yo también lo tengo pero estamos juntos y solo nosotros podemos terminar con Suga y su cruel reinado. Vamos a prepararnos, los rebeldes estarán llegando, debemos estar listos para lo que viene-
Volvieron a besarse lentamente entregándose todo el amor que ambos sentían y salieron rápido a vestirse para la batalla.
Sus cuerpos estaban cubiertos con una dorada armadura, ambos con el emblema del León, empuñaron sus espadas y corrieron hasta el gran muro que los tenía atrapados, se miraron nuevamente y entonces Jimin cerró sus ojos. De pronto todo el lugar se iluminó y poco a poco las paredes fueron desapareciendo, como si nunca hubiesen estado allí.
Caminaron hasta el centro del jardín, Yoongi se adelantó y cubrió a Jimin con su cuerpo, queriéndolo protejer de cualquier peligro.Entonces Suga giró sobre sus talones y se encontró con la imagen que no quería ver. Parado frente a él Yoongi blandía su espada.
-La hora ha llegado querido hermano-
Suga caminaba de un lado al otro como un depredador a punto de cazar a su presa.
-Tu hora ha llegado Suga- habló Yoongi mirando al hombre que tenía delante suyo.
De pronto los hombres del emperador rodearon el lugar, ubicados y preparados para la batalla.
-Soy Min Yoongi, el rey León el heredero del reino de Seul, el único y verdadero emperador de todo Corea, ahora les digo, siganme o mueran junto al traidor-
Los hombres se miraban unos a otros, la imagen del rey heredero los había dejado sin habla. De un momento a otro la mayor cantidad de soldados se ubicó detrás del rey Yoongi mientras algunos otros seguían en sus lugares esperando la orden de Suga.
-Malditos traidores- gritó el falso rey mirando a los hombres que se ponían a las órdenes de su hermano.
-Será mejor que te rindas Suga, hasta aquí llegó tu reinado- exclamó Yoongi.
Suga lanzó una risa tenebrosa miró a su hermano.
-¿Crees que porque un par de soldados traidores están de tu lado podrás con mi ejército?- comentó burlón.-¿Y tu crees que estoy solo?, ¿en serio crees que soy tan tonto?- indagó
-Claro tus amigos los rebeldes, ¿verdad?, pero ya me ocupé de ellos, siempre estuve un paso delante tuyo- su sonrisa macabra pintaba su rostro.
Gritos, corridas, golpes de espadas, fuego, todo se podía ver y oír al frente del palacio. Los rebeldes habían llegado.
Seokjin, Namjoon, Taehyung y Jungkook, se acercaban lentamente rodeando al falso rey.-Mi querido Seokjin- exclamó Suga mirando al otro -Al fin has logrado resolver el acertijo-
-No fui yo quien lo hizo, pero me alegra haberlo ayudado-
Suga arqueo su ceja, no podía negar que estaba sorprendido porque su hermano hubiera podido salir de aquella cárcel, ni siquiera lo había pensado hasta ahora. Pero algo llamó su atención de repente, todos estaban allí, todos menos...
-¿Dónde está Jimin?- cuestionó con furia.Jin sonrió al notar el enojo del hombre.
-Contesten, ¿lo llevaron a Oren?- preguntó en un gruñido. -Sea como sea iré a buscarlo y lo traeré de nuevo junto a mi, así que de nada sirven sus absurdos planes- gritó envenenado.Jimin tocó el hombro de Yoongi y se paró junto a él dejándose ver.
Los ojos del falso rey se abrieron cargados de furia y de dolor. Ahora entendía todo.
Jimin, su Jimin, lo único que había amado en verdad en toda su vida estaba allí aliado con su hermano y todos los rebeldes.
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Un paseo por el jardín
FanfictionJimin es un príncipe obligado a casarse con el emperador. Suga es el emperador de todo Corea, es un ser vil, maligno y sin corazón, quien exige al príncipe Park como su compañero de vida. Jimin odia su destino, pero quizás un paseo por el jardín Rea...