Capítulo 13: Los rebeldes

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No había dormido en toda la noche, las imágenes de aquella ejecución se le venían a la mente continuamente.
Tembló de los nervios, se levantó y comenzó a cambiarse, el sol todavía no asomaba pero poco le importó.
Se acomodó en el balcón y desde allí vio nacer el día.
Luego de unos minutos sintió su puerta abrirse, y sabía muy bien quiénes eran.
Se giró para verlos y cientos de lágrimas bañaron su rostro. Taehyung corrió a abrazarlo, su preocupación salió en forma de preguntas.

-Minnie, ¿qué te pasa?¿qué te hicieron?- gritó desesperado, mientras Namjoon corría hasta ellos .

-Es un monstruo- gimió asustado

-¿De qué hablas?- indagó Nam

-Él realmente es un monstruo y lo hizo a propósito, los mató enfrente mío, esperó a que llegara para que lo viese, ¡¡fue horrible!!-

-¿Quién? ¿ a quién mataron?- volvió a hablar Tae.

-Min ejecutó a muchos rebeldes anoche. Él dio la orden para demostrar su poder, y sus guardias cortaron sus cabezas, y mientras rodaban por el piso este se empapaba de sangre, fue lo más espantoso que vi en mi vida- replicó aún con algunas lágrimas.

-Sabiamos que era un sádico pero verlo debe haber sido demasiado- comentó Namjoon.

-Debemos apurarnos a sacar a Yoongi de aquella cárcel, debemos encontrar a Jin, quiero volver a Oren, es la primera vez en mi vida que sentí miedo real y no quiero volver a sentirlo- susurró casi con desesperación.

-Intenta calmarte Minnie, debemos ponernos en marcha, el tiempo se agota y no podemos perderlo, lávate la cara y salgamos de una vez- habló Tae ayudando a su amigo a levantarse de su asiento.

Caminaron hasta el frente del palacio, el lugar estaba limpio como si la noche anterior nada hubiera sucedido allí.

Jimin suspiró asombrado.

Sumin, corrió detrás de él
-Señor Jimin, el señor Min lo está esperando para desayunar- informó la sirvienta

-Debo ir al pueblo, no voy a desayunar- respondió y se subió a su carruaje sin esperar a que la mujer reaccionara.

Namjoon se sentó junto al conductor y lo apuró para salir de allí.

Antes de que pudieran cruzar las grandes puertas de acceso al palacio, los guardias se formaron frente a ellos.
Suga salió a paso raudo y llegó hasta el transporte. Su voz áspera y grave resonó en el silencioso espacio.
-¿Dónde demonios crees que vas?- rugió mirando a Jimin quien se encontraba sentado dentro del carruaje.

El príncipe rodó los ojos y sin un rastro de temor habló.
-Voy al pueblo, necesito comprar objetos personales- informó

-Dime que necesitas y mandaré a alguien a comprarlo- habló mientras abría la puerta para que este bajara.
Jimin sujetó la puerta con fuerza evitando que se abriera.

-Tengo que ir yo, son cosas personales- apretó sus dientes mientras forcejeaba con el rey.

-Mandaré a alguien de confianza-

-Soy un doncel, necesito cosas de doncel, estoy con mi ciclo, y necesito comprar elementos personales, ¿debo detallar también cuáles son esas cosas?- gritó sumamente enojado, sus mejillas hervian de furia, mientras sus ojos echaban chispas.

Suga tragó duro, y por primera vez se sintió avergonzado.
-Disculpa, yo no sabía- dijo bajando un poco la cabeza.

Todo el mundo quedó en silencio pero muchos se miraban entre ellos.

-Está bien, solo déjeme ir a comprar lo que necesito, no quiero que me reconozcan y sepan que soy alguien del palacio, déjeme ir con mis cuidadores y volveré en cuanto encuentre lo necesario- explicó mirando al emperador y esperando que no se resistiera.

-Está bien, pero un grupo de guardias los seguirán, pasaran desapercibidos y no te molestaran mientras hagas tu compra-

-Desapercibido? ¿un grupo de guardias?, ¿en serio?- su voz era burlona

-Tu no te preocupes, ellos saben como hacer su trabajo, tu ve a hacer lo que tienes que hacer y vuelve rápido-
Se acercó al oído de Jimin y volvió a hablar.
-No hagas que vaya a buscarte, no te gustará-

Jimin rodó los ojos y respondió
-Nada que venga de usted me gusta, así que no me amenace-

Cerró la cortina del carruaje y salieron del palacio con rapidez.

Al llegar a la entrada del pueblo Jimin vio una gran feria con diversos artículos a la venta, se bajó del carruaje y comenzó a caminar perdiéndose entre la gente.
Mientras más se adentraba en aquella feria lo que veía lo dejaba sin aliento.
Niños rebuscando en la basura, mujeres viendo morir de hambre a sus bebés, ancianos desnutridos pidiendo comida, realmente era una imagen devastadora. No lo podía creer, en su reino jamás la gente moría de hambre, su padre sería un hijo de puta queriendo más fortuna y poder pero su pueblo era feliz y todos vivían de buena manera.
Miró hacia atrás y vio la guardia que los seguía, montaban en sus caballos y no encajaban ante la imagen del pueblo.
Se acercó a uno de ellos, quien inmediatamente se bajó del caballo.

-Allí atrás hay un bar, vayan a beber o a perder el tiempo, no los quiero cerca mío, no quiero que la gente sepa que estamos juntos- habló dando órdenes al hombre.

-El rey fue claro, dijo que no debíamos despegarnos de usted- respondió.

-Y yo he sido más claro, no querrá que su rey se entere de que no acató mis órdenes, no se olvide que pronto seré su esposo y lo que diga será tan importante como lo que diga el rey- bramó cuando terminó de hablar.

-Está bien, solo por favor, no vuelva al palacio sin nosotros, el rey se enojará demasiado y no queremos eso-

-No lo haré, cuando termine con mis compras mi guardia los buscará y volveremos todos juntos- explicó y se alejó del tipo.

Cuando los vio entrar al bar que le había sugerido comenzaron a caminar perdiéndose entre los pasajes del pueblo. Sabían gracias a un sirviente a donde debían ir para buscar a alguno de los rebeldes.
Llegaron a una pequeña casa, bastante alejada, a simple vista era muy humilde.
Una pequeña mujer abrió la puerta luego de que Nam llamó con unos golpes sobre la madera.

-¿En qué puedo ayudarlos?- preguntó abriendo sus ojos por demás.

-Cada hombre en este reino será libre gracias al heredero-
La voz de Jimin y aquellas palabras sorprendieron aún más a la mujer.

Una gran espada chocó en su cuello y Namjoon desenfundó su propia espada.

-¿Quién eres y cómo conoces esas palabras?- la voz detrás del arma rugió de golpe haciendo aquellas preguntas.

-Soy Park Jimin, príncipe de Oren, y vengo en busca de los amigos de Min Yoongi, el único y verdadero heredero del reino de Seul y de todo Corea- respondió sin dejar de temblar.

Un paseo por el jardín Donde viven las historias. Descúbrelo ahora