Un reino oscuro

Capítulo 12 - Despertando

“La sangre de sirena es una de las más deseadas pero al ligarse con la de  un obscuro se vuelve algo exótico e inusual. La mayoría de las sirenas viven en ríos donde pueden escapar fácilmente de enemigos, pero mi familia vive en una cabaña cerca de un lago, mientras nadaba en él un par de lovcis llegaron de la nada, y me espante, salí corriendo pero me alcanzaron y no pude evitarlo, desplegué un muro, solo tenía 6 así que no me controlaba muy bien en esos entonces.

Al ellos notar lo que era pude ver que habían decidido capturarme. Seguí corriendo hasta llegar a casa cerramos con fuerza y cuando mi padre estaba a punto de salir se  comenzaron a escuchar unos aleteos y todo se puso en silencio. La puerta se abrió repentinamente, ahí estaba ella, con cabello corto y un lindo vestido morado, entró rápido, se presentó y dijo que me iba a llevar, los rostros de mis padres en sorpresa y espanto fue de lo más divertido, y luego les explicó lo que pasaba en realidad.

Yo fui invitada a estar aquí, a la Casa en República Checa, les sorprendió pero también estaban felices ya que soy de Francia y es técnicamente cerca así que pueden venir a visitarme.

En el viaje de regreso en el avión nos hicimos amigas, ambas estábamos ocultando dulces debajo de nuestra ropa. Ella me ayuda en todo lo que puede o tiene permitido por las leyes Obscuras. Hicimos este kit juntas.”

Al final de su oración se escuchó un cierto tono de tristeza, una cierta melancolía tratando de ser escondida, unas cuantas lágrimas cayeron, James  le dio un abrazo mirando a donde la enfermería donde sus mejores amigos seguían durmiendo. Llevó a Lilly a su habitación, más tarde pasó al gran salón donde se encontró a Analin, y decidieron practicar juntos

Los días pasaban hasta que una noche Bel despertó, sus alas, aun visibles se estaban curando. Con mucho trabajo logro parase de la cama, era demasiado doloroso, sus músculos y costillas aun estaban sanando. Logró llegar hasta donde Luke pero sus gemidos de dolor lo despertaron.

-    ¿Qué haces? – preguntó al verla al lado de la cama.

-    Vengo a robarte un lado, como lo hacía de pequeña – dijo con una sonrisa algo torpe apoyando todo su peso sobre la mesa de noche - bueno, más pequeña.

Él se movió lo poco que podía dándole un pequeño espacio, era tan pequeño que ella tuvo que usar su abdomen como almohada.

-    ¿Por qué no me lo dijiste? – el preguntó al mirar sus alas y luego al techo.

-    Te hubiera puesto en peligro y temo que esto haya sido por eso.

El se quedo en silencio, ella evitó mirarlo, no quería que la viera como estaba, tan frágil y débil.

Se quedaron en silencio, un minuto o  diez.

-    ¿Qué te provoca tanto dolor ahora? – el desconocía su condición pero podía adivinarlo por cómo se escuchaba su respiración.

-    Unas cuantas costillas rotas, músculos desgarrados, estaré como nueva para mañana. No eres tan liviano como pareces – dijo riendo un poco pero que tuvo que parar al comenzar a toser.

-    No debiste hacerlo.

-    No te iba a abandonar.

-    ¿Por qué? Pudiste haber muerto - respondió evitando subir la voz.

-    Eso es molesto – respondió seria.

-    ¿El qué?

Ella se movió lentamente hasta arriba para estar cara a cara con el – es molesto que me tengas que preguntar considerando el hecho de que me interesé en ti desde el momento en el que llegaste  – se estaba sonrojando, aunque se notaba poco por sus marcas estaba pasando, se acercó y le dio un pequeño beso en la mejilla moviéndose  lentamente hasta sus labios pero él la detuvo.

-    Si sigues no podre parar – fue lo único que dijo.

-    Esa no es razón para detenerme – él la soltó permitiendo un delicado beso que se iba llenando pasión.

El evitaba el agarrarla, el abrazar con fuerza ese pequeño cuerpo se había lastimado tanto para salvarlo, iba a esperar por ese abrazo que significaba que iban a estar siempre juntos, si lo había esperado por una década podía esperar un día más. Ella valía la pena.

Se quedaron dormidos, y tal como ella dijo, estaban bien al día siguiente.