Capítulo 8 - Entrenando

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+Se que no es normal que deje notas pero este es un caso especial,  espero que les este gustando la historia porque de hecho viene mucho mas por delante y agradezco mucho su atención+

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Golpes, objetos cayendo, madera siendo cortada una y otra vez con una fuerza y determinación increíble.

Eso era todo lo que podías ver y oír en el gran salón. Los niños que ni llegaban a los 12 años eran fuertes y rudos con una paz interna increíble, Bel decidió enseñarles yoga para conseguir un balance perfecto, estaban tan relajados y concentrados que podían casi predecir los movimientos de su contrincante.

No habían débiles ni apartados en entrenamiento era obligatorio el estar atentos o morirían, si no podían concentrarse en esto como lo harían en una pelea real.

Los chicos eran prácticamente invencibles, James estaba sorprendido de lo que sus ojos veían.

Practicaban  con dagas, espadas, armas antiguas con las que si no tenias cuidado y precisión podías hacerte más que un simple corte en el dedo.   

A los veinte minutos una alarma sonó, los chicos pararon repentinamente, miraron a la puerta por unos segundos y fueron corriendo a los lados del cuarto, James se contagió de la emoción que tenían  e hizo lo mismo. Todos se quedaron viendo la entrada mientras Analin sacaba otros objetos de entrenamiento más resistentes.

Entraron Luke, Bel y Michael junto con los otros chicos que también habían estado en la escuela .

-    ¿A quién le encargué mi guadaña? – dijo Bel, era normal el dejarle las armas a los jóvenes, y como habían pocas del tipo que ella usaba solo una persona podía practicar con esa, una que fuera igual de cuidadosa.

Lilly salió como un rayo y le entregó su pequeño bastón, compartieron una pequeña sonrisa y se fue a sentar. Bel la desplegó, se estiro un poco y esperó al aviso de Analin para atacar, bajó todo su cuerpo al piso con su pierna extendida hacia atrás y su arma descansando sobre esta, le indica y ella fue lo más rápido posible al enorme maniquí de madera que le quedaba al frente, saltó en el aire y desapareció, se convirtió en burk, pocos lo podían hacer, transformarse en una clase de polvo o niebla y avanzar sin ser vistos.

Ella aparece detrás del muñeco de pruebas y lo corta a la mitad  de forma limpia y perfecta.

-    OK, ganas, puedes hacerlo  – dice Luke recostado en la pared con un pequeño suspiro sacando su billetera, el había apostado que no podía, y le entrego 100 coronas checas a Michael - No tenias que destruirlo sabes.

-    No eres quien para hablar – Analin se iba acercando para recibir su parte de la apuesta -  destrozaste  3 solo ayer Luke.

-    Estaba entrenando, algo que dudo que TU hagas.

-    Dis...disculpen- dijo un niño de como 7 años – ¿Por qué la Srta. A no entrena como el resto?

Bel solo avanzó a él, sus pasos silenciosos por andar descalza, se arrodilló para estar a la estatura de él y simplemente dijo – porque es una vaga – dio una pequeña sonrisa y antes de que Analin pudiera defenderse Bel continuó – solo jugaba, aunque la vean así, como un ser mandón y gritón que pocas veces hace el ejercicio, se esfuerza más que cualquiera, practica cuando el resto duerme, organiza el entrenamiento de todos nosotros e investiga las misiones, por eso ella casi nunca entrena con nosotros, ella solo está muy cansada y atareada.

-    ¿Co...cómo sabes de mis entrenamientos? – preguntó  Analin algo sorprendida.

-    ¿Te sorprende tanto que sepa lo que pasa en la noche? ¿o simplemente tienes algo de vergüenza? – no pudo evitar  que se le escapara una pequeña risita.

Analin solo la observó y sintió como comenzaba a sonrojarse, era increíble el efecto que tenia Bellabel en las personas, notaba cada detalle de estas y no lo usaba en su contra, hacia que se sintieran mejor, tal vez no sonreía mucho  pero no poseía maldad en su corazón, era increíble encontrarse con un ser tan, puro, por así decirlo.

Analin no soportó más y se le abalanzó encima abrazándola con fuerza, por estos comportamientos ella siempre parecía ser la  menor de las dos.

Se calmaron y siguieron la práctica de nuevas maniobras, James se les unió, con los niños claro está, aunque su memoria muscular era sorprendente con cada movimiento hecho a la perfección sus maniobras eran vencidas fácilmente incluso por los mas jóvenes. Si practicaba con los de su edad terminarían matándolo por accidente; aun así, se sentía más vivo que nunca y por suerte aprendía rápido.

Un reino oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora