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- Kagome, tengo razones para creer que estás embarazada.

La aludida se quedó paralizada, sin saber cómo reaccionar. Lo único que se leía en su expresión era una profunda sorpresa. En cuanto a la reacción de Inuyasha, había empalidecido y se había quedado con los ojos abiertos, totalmente desconcertado, aunque en sus iris dorados se podía ver un destello de ilusión.

- Em… embarazada?- pronunció con prudencia, como si estuviera esperando que le cayera un rayo encima con la mención de la palabra.

- Sí, está claro- contestó Thandra, muy seria.

- Por qué te pones tan seria?- el híbrido se sentó al lado de su chica, que seguía embobada por la sorpresa.

- Tú eres el padre, Inuyasha. Eso significa que Kagome está esperando a un bebé mediodemonio, y en ese caso, el proceso de embarazo es muy diferente al de los humanos normales. Cuando se forma el cigoto, en el caso de los humanos, éste se engancha a una de las paredes de la matriz de la mujer y va creciendo. Mientras, el cuerpo de la madre se va transformando al mismo ritmo: le crecen los pechos, la barriga gana volumen y todo eso. Y al cabo de nueve meses, el bebé ya está listo y se produce el parto. Pero en el caso de los demonios y mediodemonios es totalmente diferente.

- Y cómo funciona?- mientras preguntaba, Inuyasha le acariciaba la nuca a Kagome para tranquilizarla, aunque él estaba casi en las mismas que ella.

- Todo empieza con la fecundación. El cigoto se engancha a una de las paredes de la matriz de la madre. Hasta aquí, es normal. Pero después, está mucho tiempo sin crecer, la cual cosa hace que el período de gestación no tenga una duración definida.

- Qué quieres decir?

- Un cigoto de mediodemonio puede aguantar años y décadas dentro de la matriz de la madre sin crecer, sin afectar en su salud ni en su desarrollo. Eso sí, hay un mínimo de doce meses. Durante esos doce meses, el cigoto va sufriendo transformaciones internas que no tienen nada que ver con el crecimiento, sino con la adquisición de sus poderes de demonio, que normalmente son heredados genéticamente.

- Y una vez acaba ese proceso de adquisición de poderes… qué?

- El embarazo se detiene. Y se conserva hasta que los padres lo deciden.

- Es voluntario?- preguntó el híbrido, boquiabierto.

- Sí. Para que empiece el período de crecimiento del embrión, el padre tiene que morder a la madre.

- Morderla?

- Sí. Concretamente, hundir sus colmillos en la piel que hay entre el espacio del cuello y el hombro, para enviar una especie de reactivo a la sangre de la madre. Entonces el cigoto empieza a crecer como lo haría un bebé normal, pero no tarda nueve meses, sino dos. Comprenderás que si el embrión tiene que ganar el tamaño estándar de un bebé en sólo dos meses, eso significa una exigencia enorme para el cuerpo de la madre.

- Pero eso tiene que ser muy perjudicante para ella…- dijo Inuyasha, preocupado.

- Y lo es. Incluso es mortal.

El rubino empalideció de nuevo pero antes de que pudiera decir nada, Kagome se puso a temblar y preguntó:

- Cómo que mortal? Voy a… voy a morir?

Algo Más Que Una SacerdotisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora