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 Podemos parar, por favor?- pidió Kagome- ya no puedo más…

El grupo llevaba todo el día caminando por una sierra. La chica aún no había encontrado su poder acuático, por lo que no podía autorefrescarse. Había intentado aislar el calor con una barrera espiritual, pero no había funcionado.

- Por mí, vale- dijo Sango- paremos en este río, qué os parece?

- A mí, bien- dijeron Miroku y Shippo al unísono.

- Inuyasha?- preguntó la matademonios.

El híbrido los miró a todos menos a Kagome y se rindió:

- Está bien. Acamparemos aquí.

Desde aquel precipitado ataque pasional, la zafira y su kiuh no habían vuelto a dirigirse la palabra. Cada vez que lo intentaban, se sonrojaban y tenían que desviar la mirada.

Mientras el grupo se sentaba al lado de la orilla del río, Kagome fue a ponerse un bañador detrás de unos matorrales. Cuando salió cambiada y se dispuso a meterse en el agua, Shippo dijo:

- Kagome, qué es eso morado que tienes en el cuello?

-Mi senhal . Ya deberías saberlo, Shippo- contestó la chica, sumergiéndose hasta las rodillas.

- No me refiero a esto. Hablo de ese moratón que tienes un poco más arriba.

Inuyasha y Kagome abrieron los ojos como platos. Mierda!

- Y a ti que te importa?!- respondió bruscamente el mediodemonio, sonrojado hasta las raíces del pelo.

- Por qué te sonrojas?- preguntó el niño- a ti no te he dicho nada…

Doble mierda!

- Yo no me sonrojo!

Mientras el híbrido se defendía como podía, Kagome se concentró en los pensamientos de Miroku y Sango. Mierda premio! Lo habían adivinado. Basándose en las reacciones de los dos, habían adivinado que el causante del chupetón que la chica llevaba en el cuello era Inuyasha. Inmediatamente, conectó su mente con la de su amiga:

"Sango, por favor"- le pidió por telepatía- "Cúbrenos, te lo suplico!".

La exterminadora captó el mensaje y dijo en voz alta:

- Ah! Shippo, este moratón se lo hizo un demonio anoche!

- En serio? Yo no vi nada- dijo Miroku.

- Ni yo.

-Ni yo- Inuyasha le siguió la veta, intentando parecer sereno. Le había leído la mente a la mujer y se había dado cuenta de que estaba intentando encubrirlos.

- No visteis nada porque estabais dormidos. Pero nosotras no podíamos dormir y fuimos a las aguas termales. Os acordáis? Ésas que encontramos ayer.

- Sí- respondieron los tres.

- Fuimos para bañarnos pero un bicho demoníaco picó a Kagome en el cuello antes de que pudiéramos empezar a quitarnos la ropa….

Algo Más Que Una SacerdotisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora