Cap 4

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La mañana había llegado y no de buena manera, en una parte de la ciudad tres mutantes despertaban entre quejas, enojo y tristeza. El mayor de ello los atrajo asi él y les abrazo con delicadeza, quedandose en un rincon de aquel lugar.

No lejos de donde estaban, sus amigo les buscaban sin detenerse desde hace cuatro horas. Su padre estaba a nada de perder la cordura, si no fuese por los dos humanos que lo contenían.

Mondo diviso no muy lejos de allí a uno de los robo-pie ya destruidos, por lo cual llamo a los demás. Y entre todos siguieron el rastro de las máquinas, hasta la bodega.

En uno de los sectores hallaron sangre y otra esencia, temiendo lo peor entraron al lugar y buscaron con miedo. Encontrando a las tres tortugas arrinconadas y temblando de pánico. Su padre se acerco a ellos con mucho cuidado. El mayor, lo reconoció, entre lágrimas y suplicas dejo que les abrazara.


Otro día mas, y alli estaba viendo al médico que dormía tranquilo. De cierta forma, sentia algo lindo por él. Debia admitir que su tiempo en aquel lugar fue calido, siempre que lo tenia a su lado.

El hombre por su parte había despertado y miro al quelonio que le daba la espalda. No sabía porque decidio seguirlo, pero él se senti calido a su lado, a pesar de que el mutante era de sangre fria, pero no le importaba. Esa calides en su pecho era única y hermosa.

Ambos se miraron y sonrieron, les era algo vergonzoso, pero no incomodo. Se quedaron muy apegados disfrutando de aquel momento. Aunque un ruido como de garras, que se deslizaba por fueras le provocó un terrible escalofrio. Con cautela salieron de allí, encontrandose rodeados.

El quelonio, no sabia que hacer el miedo le inundo el alma. Miro con una muy leve sonrisa a su compañero, el cual le sonrio igual. Rendidos se dejaron llevar por aquellos, sabían que pelear en esos momentos no era una opción.


En las alcantarilla, se podía ver unos humanos y un roedor ir y venir con varias cosas. Mientras un mutante atendia a tres tortugas, que se alejaban del mayor de ellos.

Por otro lado, sus demas amigos esperaban inquietos por saber el estado los jovenes. Al allarlos, estos tenían muchas heridas y sobre todo un sutil sangrado mezclado con un liquido blanco, entre sus piernas.

Luego de unas horas, los cuatro individuos salieron del do-jo, donde estaban tratando a los menores, el maestro les explico la condición en la que se allaban y la decisión que habian tomado. A pesar de ir encontra de los deseos de sus hijos, era algo que les ayudaría.

En uno de los edificios, un alma oscura drisfrutaba de lo que habia echo. Escuchaba con gozo aquellas suplicas de sus enemigos, realmente estaba sorprendido que un simple humo hiciera aquello.

En el laboratorio, Baxter revisaba las muestras de sangre que les tomo a las tortugas. Estaba imprecionado como en tan pocas hora estas ya daban señales de preñez. Lo cual le dejo en dudas si a la primer tortuga que uso abria estado igual, a estas alturas ya debe estar muy echado a perder su cuerpo.


Al llegar de nuevo aquel citio, fueron separados. Lo cual preocupo muchisimo al menor, y aunque hiciera cualquier esfuerzo no podria llegar a él, si no es muerto.

¿Debería de volver a casa? (FINALIZADO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora