Capitulo 8.

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Tu respiración era agitada, tus mejillas estaban teñidas de un hermoso color rosa. Y me encantaba.

Porque yo te había puesto así.

Te sentí temblar cuando acaricie tu cintura, tu piel era tan suave bajo mi toque, desee poder besar cada parte de tu cuerpo... y lo hice.

Me satisfacía escuchar tus suspiros deseosos.

Mi lengua se aventuró a probar el valle de tus senos, recorría de manera avariciosa su redondez, sonriendo con cierto  egocéntrismo cuando te removias debajo de mí. Cuerveando tu espalda pidiendo mas de mí.

Queriendo hacer que perdieras la cabeza, me aleje y mis labios siguieron explorando la piel de tu abdomen y vientre. Fue entonces cuando no pudiste soportarlo, tu mano atrapó mi cabello tirando se él. Aquello me excito mas de lo que ya estaba, y esque contigo pierdo la razón. No te das cuenta.

Me seduces, aún sin proponertelo.

Me llamas.

Me haces anhelarte.

Me agitas.

Demonios.

Empujaste la parte trasera de mi cabeza hacia abajo. Eres tan caliente. Tan excitante. Tan hermosa. Sé lo quieres, se todo lo que deseas de mí, cariño, porque te conozco, conozco cada parte de ti. Te anhelo. De manera lenta fui obedeciento tu silenciosa orden y baje rodeando con mi lengua tu ombligo, de nuevo te retorciste empujando tus caderas a mi rostro.

Entonces, me dispuse a cumplir tu deseo.

Pero..

Tu ya no estabas.

Me encontraba solo en la frialdad de mi cama, respirando agitado y mirando lo blanco del techo de mi solitaria habitación. Con un dolor y vacío en el pecho que no podía decifrar.

Todo había sido un sueño. Un maldito sueño.

Y esque todo parecía real, pero debía ver la realidad de las cosas. Solo así podía tenerte en mis brazos...

Solo... Cuando Cierro Mis Ojos.

Soltó un suspiro al leer aquel último renglón, una extraña sensación se instaló en su pecho mientras daba vuelta a la página y seguía leyendo. No podía evitar sonreir con cierta diversión al imaginar a Max eacribiendo esos renglónes con su rostro teñido de rojo. Se preguntaba como es que de pronto pudo escribir aquello, tenía entendido que para un escritor era mas fácil escribir momentos o sentimientos que ya haya experimentado antes.

Se preguntó si existió alguna chica en su pasado que lo haya hecho poder escribir aquellas lineas. Aunque aveces lo dudaba, ya que en ocasiones, cuando llegaba un momento donde definía a la chica y lo que hacía sentir al protagonista, se podían ver algunos huecos en los párrafos, como si fuese difícil escribir pensamientos o sentimientos hacia la mujer. A lo mejor Max no se había enamorado antes, en realidad.

Cerro el manuscrito despues de poner un lapicero entre las hojas como marcador, para saber donde se había quedado. Había estado leyendo los ultimos dias de la semana, esta noche, o madrugada, había leido alrededor de cinco capítulos o mas. Se recostó en la cama mirando el reloj a su lado.

4:36 am.

Giró los ojos cruzando sus brazos abajo de su cabeza intentado dormir, aunque sabía que era en vano, el insomnio la estaba molestando. Sospechaba que eran los nervios por la visita que iría hacer a medio día a la casa Cullen, estaba hecha un manojo de nervios que incluso había programado mil alarmas como recordatorio de que ese sabado iría a conocer a los padres Cullen.

Cuando Cierres Los Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora