Capitulo 33.

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Secaba lentamente su cuerpo desnudo frente al gran espejo, no dejaba de mirarse, notando los moretones en varias partes de su cuerpo, las marcas en sus muñecas, el dolor punzante en su muslo y la ligera tensión en su tobillo, su mente no olvidaba lo que James le había hecho, si tan solo con esas palabras que le había dicho, ese acto de restregarse contra él y cuanto le repetía lo que quería hacerle logró perturbarlo, hacerlo sentir poca cosa y sucio, no quería ni podía imaginar como hubiera sido si él hubiese cumplido su propósito.

Sacudió su cabeza alejando aquellos pensamientos.

No sucedió. Estas a salvo.

-Angel...

Su voz. Su bendita voz fue un alicente mayor para su tranquilidad.

Se giró a él sin sentir vergüenza por estar desnudo, pero cuando sus ojos se encontraron una incomodidad se apoderó de él, al igual que la ansiedad por apartarse de su vista, un tanto desesperado se colocó la toalla alrededor de su cintura, tratando de actuar normal. Stefan no lo miraba de forma lasciva, no, él lo miraba a los ojos, estaba preocupado por como se sentía que su desnudez, pese a ser hermosa, era lo último en lo que se fijaba ahora, le importaba mas su estabilidad emocional.

-Te traje tu ropa.- dijo acercandole un bóxer, unos short y una sudadera cómoda, era tarde y él debía descansar.- Te pondré una gasa en la herida y la venda para que estés cómodo.

Max tomó la ropa asintiendo.

-Gracias.

Stefan suspiró, ya hablarían bien de lo ocurrido.

-Te espero en la habitación.

Max volvió a asentir

Si bien ya habían pasado dos días desde la muerte de James, no habían logrado sobrellevar una conversación de ello, ya que primero estuvo su operación en el muslo, una larga y tendida charla con sus padres, una ligera y corta conversación con Alex, llena de tensión, pero con la promesa de que pronto se verían y hablarían de lo ocurrido, aunque Max le contó brevemente lo que había sucedido, claro, omitiendo ciertas partes. También charló con Edward y éste le contó sobre sus planes de contarle finalmente a Alex todo. Por último, pero no menos importante, aún estaba Damon, sus visitas a menudo a Alex y las amenazas de Edward, que mas que por celos lo quería lejos de su novia debido al peligro que él representaba. Ahora Carlisle trataba de convencer a los cazadores que el verdadero peligro no eran ellos y quería acordar hablar con los Quileutes para que estén atentos a Damon que por muy listo, también podía cometer errores que lo delatarían y sería más fácil de atrapar.

El chico con pecas terminó de cambiarse y a paso lento se encaminó a la habitación, se encontraban en una de las cabañas que Carlisle y Esme le habían prestado, ya que ninguno de los dos quería volver a sus casa, Stefan porque no quería ver a Damon ni estar cerca de Alex, ya que no quería tener que lidiar con la furia de la pequeña rubia, Max por otro lado no quería tener la mirada de los cazadores sobre él, ni escuchar los reproches de Evans y su madre, quien muy a fuerzas la había dejado quedarse en la.casa Cullen oara recuperarse. Agradecía mucho al Doc' y a su esposa por ser tan considerados y amables.

Cuando entró a la habitación vio a su hermoso vampiro recostado sobre la cama, sin camisa, con los brazos detras de su cabeza, llevaba solo el bóxer encima. Tragó saliva nervioso, olvidando el mundo que lo rodeaba y el nerviosismo que sentía, era Stefan, el vampiro que lo amaba y que jamas lo lastimaria.

-¿Te quedarás ahí de pie?.- cuestionó Stefan mirandolo a los ojos, Max le sonrió.

- cuestionó Stefan mirandolo a los ojos, Max le sonrió

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Cuando Cierres Los Ojos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora