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—¿Una apuesta?

Marinette vio a Adrien dar una última calada a su cigarro antes de empujar la colilla en el cenicero en la mesa de noche mientras lentamente exhalaba el humor. Luego, giró hacia Marinette y sus miradas chocaron.

—Sí.

—Estoy dolido.

Marinette rió ante el falso tono de dolor de Adrien.

—Gatito. Eres más que una apuesta, créeme,— aseguró, aunque creía que no era necesario.

Marinette había despertado hace unos minutos, encontrándose en la cama con Adrien fumando a su lado. Parecía que se había dormido hace menos de un hora, lo cual había sido suficiente para que Adrien los aseara, llevándola a la comodidad de su cama en lugar de dejarla en la alfombra, y más importante, se unió a ella bajo los cálidos cobertores.

—Lo supuse.

La respuesta llegó con superioridad que enojó ligeramente a Marinette pero fue olvidada en nada tan pronto los tentadores labios de Adrien estuvieron sobre los suyos. Estaba haciéndose adicta a ellos.

Y nada más que Adrien y sus roces era lo que importaba, mientras volvía a explorar el cuerpo de Marinette.

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—¡Carajo!— salió de los labios de Marinette con enojo y no vio a Adrien revolviéndose a su lado, muy preocupado releyendo las palabras que le habían enojado, esperando que su significado pudiera cambiar. Pero claro, no fue así.

—¡Mierda!

—Bueno, eso no era lo que esperaba escuchar a primera hora de la mañana.

Marinette giró hacia el ahora despierto Adrien con una mirada seria.

—¡Todo es tu culpa!

—Puedo ser bastante lento después de despertar, así que ¿quisieras iluminarme?— Adrien preguntó, aparentemente nada afectado por el tono de reproche.

—Pasaste mucho tiempo hablando,— Marinette siguió con su acusación, sin aclarar las cosas.

—Eso no ayuda mucho.

Su enojo fue dejado de lado y Marinette hizo un puchero dándole su celular a Adrien. Su puchero se hizo más grande cuando la risa de Adrien llenó la habitación.

—Supongo que perdiste, My Lady.

Marinette resopló nada feliz de que el responsable de su derrota se burlara de ella.

—¡Es tu culpa! ¡Gato tonto!

No podía creerlo. Era la primera vez que perdía una apuesta en su vida, una apuesta de la que había estado confiada que ganaría. Y lo que le frustraba más era que perdió ante Luka.

[Los chicos guapos tienen que actuar más rápido que las chicas guapas.

Estaban hablando feliz cuando me fui con mi apuesta.

Tú pierdes, yo gano.

¡Prepara el dinero!]

Ni siquiera era cosa del dinero sino el hecho de que Luka nunca dejaría de recordarle su pérdida.

Y Marinette odiaba eso. Sin importar cuántas apuestas hubiera ganado antes, esa única derrota nunca sería olvidada y pesaría sobre su orgullo.

—Toda esa charla fue innecesaria.— Marinette dijo. —Debimos ir directo al punto pronto.

Pero tan enojada como parecía estar, no había dicho en serio lo que dijo y Adrien parecía haberse dado cuenta, cosa que sorprendió y dejó complacida a Marinette. Le gustaba cómo Adrien podía leer más allá de sus palabras y comprenderla.

Y eso fue exactamente la razón por la cual Marinette no se arrepentía de las cosas que pasaron la noche anterior. Habían hablado mucho, el placentero momento había parecido volar. Pero les había permitido darse cuenta que había más que atracción uniéndolos, reflejándose en lo cómodos que estaban con el otro y cuánto disfrutaban pasar tiempo en la compañía del otro.

Le había dado otro significado de lo que podría haber sido algo de una noche.

Aunque, considerando lo increíblemente perfecta que era su química en la cama, Marinette se hubiera asegurado de que no quedara en algo de una noche, y tenía suficiente confianza en decir que esos sentimientos eran recíprocos.

—Más te vale hacer algo para que seas perdonado.

Eso marcó el fin de la pequeña queja de Marinette y no hubo matiz de enojo en su voz y ojos, los cuales ahora reflejaban invitación y picardía.

—Eso es fácil.

Marinette no obtuvo respuesta ya que los labios de Adrien callaron lo que pudo haber sido o una risa o un comentario sarcástico a la arrogancia de Adrien.

Pero eso no importaba.

Fin del flashback

Esa fue la primera vez que Marinette había perdido una apuesta con Luka. Y le frustraba, especialmente porque ni siquiera podía recordarlo y conociendo a su amigo, puede que Luka mintiera y dijera que había ganado más apuestas.

Aunque, Marinette estaba lo confiada suficiente al pensar que puede que el tiempo haya sido su única derrota contra Luka, y lo más probable porque incluía a Adrien. Porque, por lo que le habían dicho, parecía que había perdido unas cuantas apuestas con Adrien y considerando la fuerte personalidad del mayor, no llegó como un shock.

Dejando de lado su pequeña frustración, Marinette estuvo feliz de colocar las piezas del puzzle de su pasado, eran personas que habían sido parte de su vida - durante 17 años – que ella había olvidado, como a Alya, Chloé, la actual novia de Luka, así como a Adrien.

Le goût sucré de la défaite. (El dulce sabor de la derrota.) (Adrinette)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora