—Pero la forma en la que reapareciste fue arriesgada.
Aun cuando Marinette se había sentida atraída por él desde el inicio, le tomó tiempo darse cuenta que Adrien no era un horrendo stalker o un loco.
—¿Y si no te dejaba entrar?
—Sabía que lo harías.— Adrien sentenció, ganándose una mirada de reproche. —No es solo por confianza, Marinette,— aseguró asumiendo lo que Marinette estaba pensando. —Confío en ti. Confío en nuestro lazo.
Con una sonrisa en sus labios, Marinette cerró sus brazos alrededor de Adrien y unió sus frentes.
—Quiero recordarlo todo, lamento no ser ella... No realmente... — susurró.
—Te contaré todo y no necesitas ser alguien más, solo debes ser tú, con pluma o sin ella, sigues existiendo.
La sonrisa de Marinette cambió a una juguetona ante la promesa.
—No confío en ti.— Bromeó y eso se ganó una risa de parte de Adrien.
Rompiendo el contacto visual, se acunó en el cuello de Adrien, respirando la adictiva esencia.
Sabía que Adrien le contaría todo, tal como había pasado, sin esconder nada o embellecer otras. Pero no sería lo mismo que recordarlo, no se sentiría del todo como que había vivido esos momentos.
Aun así, no entristecía a Marinette tanto como había creído. Porque con cada contacto, roce, abrazo y beso, Marinette pudo sentir el lazo que habían construido Adrien y Marinette y el suyo que habían compartido y que eran los que más importaban.
Estaban unidos por un inquebrantable lazo.
Además, tener a Adrien a su lado había sanado la soledad que había sentido desde que había despertado en esa habitación de hospital hace meses sin poder entender nada.
Marinette había sabido que había estado en "coma" por 3 semanas después de una cirugía cerebral que no había salido del todo bien.
Afortunadamente, el desorden que le habían diagnosticado había sido "curado", dejándola con una pérdida de memoria y una ligera incapacidad, efectos posteriores de la cirugía.
Marinette no había tenido la oportunidad de ver a nadie cuando había despertado, ni siquiera a sus amigos de la infancia, ya que sus padres se la habían llevado de la ciudad mientras ella aún estaba en coma. Solo después de 4 meses de rehabilitación y un mes tratando de convencer a sus padres sobre su total recuperación, fue cuando Marinette por fin pudo regresar a París con la esperanza de encontrar la razón del vacío en su corazón y en especial, la forma de llenarlo.
Afortunadamente, vino en forma de Adrien unas semanas después y tan pronto como volvió a aparecer en su vida, Marinette había sentido que por fin estaba viva, en lugar de dejar que los días siguieran sin nada que ansiara.
Estaba aliviada de que Adrien no se hubiera rendido, aun esperándola incluso después de haber desaparecido así como así.
Adrien le había dicho que había estado a su lado las primeras 2 semanas, sosteniendo su mano y rezando por su recuperación, hasta el día en el que fue a su habitación encontrándola vacía.
Lo único que Adrien había sabido era que los padres de Marinette eran responsables de ello pero nadie, ni siquiera Luka o Alya habían sido informados al respecto.
De pura fortuna, habían logrado contactar con la madre de Marinette unos días después y ella les había puesto al día con su estado, hasta que Marinette había estado fuera de todo peligro y lista para mudarse a solas.
Adrien había tratado de estar tranquilo justo después de saber o mejor dicho esperando que Marinette regresara y lo buscara, aun inconscientemente.
Porque Adrien nunca había dejado de creer en la fuerza de su amor.
Pero la paciencia de Adrien había estado a su límite y había estado a nada de ir con Marinette y recuperar su amor cuando había recibido una llamada de Luka diciéndole que Marinette regresaría. Y dos semanas después – lo cual fue el tiempo más largo que Adrien había podido contenerse para permitirle a Marinette el adaptarse y tener algo de tiempo para ella misma – había aparecido frente a la puerta del departamento de la menor.
—Gracias.
La voz de Adrien sacó a Marinette de sus pensamientos y alzó la mirada con evidente sorpresa en los ojos.
—¿Por?
—Por dejarme regresar a tu corazón.— Adrien susurró antes de capturar los labios de Marinette en un gentil beso.
Marinette no esperó otro segundo para responder la mezcla de sentimientos de Adrien: de amor y alivio, mientras que sus manos se apretaron en su espalda, aminorando el espacio que podía ser dejado entre sus cuerpos.
Así que después de todo, Adrien tenía sus miedos.
Pero Marinette debería estarle agradecida. Adrien se había esforzado para entrar a su corazón, a donde pertenecía, siendo el que más había sufrido. No solo había perdido a su amante, sino que había tenido que lidiar con el hecho de que ahora ella era un Amok y tal vez eso no había sido fácil y más difícil debió ser ver que ella olvidó todo su pasado, sino que también había desaparecido de su vida por 6 meses, sin darle chance de ganar la última apuesta que habían hecho.
Definitivamente Adrien había sido el más solo de los dos, no solo había lidiado con la tristeza sino también con sus miedos. Pero aun así había esperado con paciencia, pero con desesperación, el regreso de Marinette y había tratado de conquistarla otra vez.
Marinette era la que debía estar agradecida.
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Le goût sucré de la défaite. (El dulce sabor de la derrota.) (Adrinette)
FanficSummary: cuando Adrien apareció en su puerta y pidió mudarse con ella, Marinette no estuvo segura de cómo reaccionar. Pero no iba a dejar que un extraño, por atractivo que sea, se quedara en su departamento, ¿no? Portada hecha por: @KatuSegura1 Me e...