La noche parecía tener menos horas que de costumbre. Sumergidos en una ola de calor y placer, Kenma y Kuroo se comunicaban mediante besos y torpes caricias; recorriendo aquella piel que tanto anhelaban con sus manos, intercambiando su aliento, aferrándose al otro para deshacerse del espacio entre ellos. Agitados, como si tuvieran miedo de que el otro fuese a evaporarse de repente; inquietos, quizás todo era producto de su imaginación y deseos, su mente estaba jugándoles un truco y realmente estaban soñando.
Pero no era un sueño.
La sensación que producía palpar el cuerpo de su compañero, el roce de sus labios y las caricias entre sus lenguas, el aliento del otro, caliente, rebotando contra su piel; todo eso se sentía real, no había lugar a dudas, pero esa incertidumbre perduraba, probablemente por el temor a qué pasaría al día siguiente, cuando el cielo se iluminara y esa noche de intimidad pasara a ser nada más que un recuerdo.
Las manos de Kuroo recorrían a consciencia el cuerpo de Kenma, con cuidado de no sobrepasarse y llegar a incomodarlo. Depositaba caricias a lo largo de su columna, como si quisiera grabar la sensación de la espalda de su compañero en la punta de sus dedos. Dedos curiosos se colaron debajo de la playera de Kuroo, palpando su espalda con mucho menos cuidado del que Tetsurou había tenido con Kenma, casi desesperado.
Kozume había envuelto sus brazos al rededor del cuello de Tetsurou, en ocasiones colocando sus manos a cada lado de su rostro para atraerlo hacia él y continuar con el beso después de separarse a tomar aire. Era hipnotizarte mirarse fijamente en cada ocasión que se separaban a respirar; ver los ojos de su compañero impregnados de deseo y anhelo.
Durante el resto de la noche permanecieron ahí, en su mundo, disfrutando del otro pero con los límites bien marcados y sin llegar hasta el final. Si bien había caricias algo subidas de tono, trataban inconscientemente de no tocar alguna zona peligrosa; no era el momento ni el lugar.
Se repitió lo del día anterior y durmieron juntos, acurrucados, compartiendo su calor bajo la misma manta.
La mañana siguiente Kuroo despertó sintiendo frío y un vacío a su lado, extendiendo la mano para comprobar que, Kenma no yacía a su lado. Se asustó por un momento y luego llamó a su nombre, con la esperanza de que hubiera ido al baño.
—¡Kenma! —su voz sonaba rasposa, recién levantada.
Desde el baño se escuchó un "¿Hm?" somnoliento, acompañado del eco de las paredes.
—Ah, estabas en el baño.
—Mmhm —y asintió con la cabeza. Parecía que se había levantado únicamente ya que su vejiga lo requería, pues se tumbó a lado de Kuroo enseguida que entró a la habitación.
—¿Aún tienes sueño? —lo rodeó con su brazo alrededor de la cintura.
—Sí... —Kenma se acurrucó contra él.
Y así durmieron cerca de una hora más.
La sensación era buena, pero algo no encajaba del todo. No sé sentía bien tener esa cercanía sin ser novios. La preocupación de mantener ese tipo de relación aún siendo amigos era inquietante.
Llegado el mediodía desocuparon el hotel; Bokuto y Akaashi se despidieron de ellos, pues irían a otro lado, no sin antes Keiji desearle suerte a Kuroo, ya que percibió que algo en él y Kenma era distinto a lo usual.
Regresaron a su hogar juntos, Kenma durmiendo nuevamente en el trayecto, recargando su cabeza sobre el hombro de Kuroo.
Ninguno de los dos volvió a tocar el tema ese día, ni al siguiente, ni las siguientes semanas, ni los siguientes meses. Tampoco se repitió una situación similar.
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More Than Friends
Hayran KurguSer amigos de la infancia tiene sus ventajas, pero, ¿qué pasa si ahora deseas algo más que amistad? CONTIENE ALGUNOS SPOILERS DEL MANGA Portada: @mookie000 (twitter)