𝒞𝒽𝓇𝒾𝓈𝓉𝒾𝓃ℯ [Tewksbury Y Tu] Terminada

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Maraton 2/3

Mi hermana, quien al parecer estaba despierta, fue la que dio esa negativa respuesta.

– Iremos a Londres y nos separaremos. ¿Entendido?

– Entendido. – Respondió el castaño a regañadientes.

Enola se paró de su lugar y me quito la navaja. Se colocó detrás de Tewksbury, quitándome a mí en el proceso. Empezó a cortar su cabello de forma brusca.

– ¿Tienes que ser tan brusca con el pelo? – Se quejo el muchacho.

– Si.

Rei sin poder evitarlo. Tewksbury me miro y sonrió para, posteriormente, quejarse por la brusquedad de la castaña.

Sonreí ante eso, su relación era parecida a la de Caleb y yo cuando nos conocimos. Caleb es mi mejor amigo de la infancia, lo conocí poco después de que mis hermanos se fueran de casa. Era hijo de la mejor amiga de mama y, tras su muerte, él se quedó en mi casa al cuidado de mi madre.

Como el chico acababa de perder a su madre, y única pariente viva, mama pasaba mucho tiempo con él. Yo, como toda hija celosa, empecé a sentir cierto rencor hacia el chico, claro que todo cambio con el tiempo, pero, tristemente, Caleb decidió "comenzar" su vida en Canadá. Hace más o menos 2 años desde que se fue.

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Estábamos sobre una carreta, mientras caminábamos el dueño nos encontró y decidió llevarnos.

Al detenerse, mi hermana fue la primera en bajar. Seguida de mí, obviamente.

– ¿Aquí nos separamos? – Pregunto el castaño que, si soy sincera, se ve muy bien con el cabello corto.

– Si. – Respondió mi hermana.

El me miro, esperando, supongo, que me negara. Se que, si yo lo dijera, podría lograr que él se quedara con nosotras. Soy la mayor por dos años, Enola respeta mis decisiones. Pero también se, que su presencia podría distraernos y mi objetivo principal es encontrar a mama. Prefiero no tener distracciones.

– Gracias, Enola y Christine Holmes.

– Tenias que olvidar nuestros nombres. – Le sonreí con gracia.

– Tendrán que buscarse otro. – Me devolvió la sonrisa.

Mientras mirábamos como se alejaba, Enola me miro. – Estará bien.

Mientras caminábamos, me di cuenta de que Londres no es como lo imaginé. Había gente extraña por todos lados, daba miedo.

– Enola, ven. – Tomé su mano y la guie hasta una tienda de vestidos.

Al pararnos frente a esta, Enola me miro y asintió, al parecer, comprendido a lo que me refería.

Entramos al recinto y note que no había nadie.

"Supongo que la dueña está revisando otras cosas." Pensé.

Empezamos a ver los vestidos, la mayoría eran bastante lindos, la verdad.

– ¿Que quieren con eso unos chicos como ustedes? – Me sobresalte.

Volteé y vi a una señora de unos 60 años mirándonos extrañada.

– Necesito un corsé.

Timothee Chalamet as Caleb Michaels