𝒞𝒽𝓇𝒾𝓈𝓉𝒾𝓃ℯ [Tewksbury Y Tu] Terminada

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Maraton 1/6

Espero que esta vez si funcione. Enola acababa de entrar a la Basilwether Hall.

Nuestro plan era que la contrataran para el caso de encontrar al lord Tewksbury. Decidimos que ella entraría y trataría de convencerlos, mientras que yo "inspeccionaba e interrogaba" a los sirvientes.

Ambas habíamos comprado ropa de "incognito" ella iba vestida de viuda y yo de chico, otra vez.

Mientras caminaba por el jardín, vi un pequeño campo de girasoles.

"Caleb" Fue lo primero que me vino a la mente.

Le gustaban mucho los girasoles, su madre tenía un jardín de ellos y le recordaban a ella.

"– Cuando los veo siento que ella está conmigo. – Me pasó uno.

– Me habría encantado conocer a tu madre, Caleb. – Paso su brazo derecho sobre mis hombros.

– Le habrías caído bien. – Me sonrió."

Sin darme cuenta, había empezado a llorar. Lo extraño.

Luego de unos minutos caminando y recordando, visualice a mi hermana hablando con un jardinero.

"Demonios. No interrogue a nadie" Pensé.

– ¡E! – Grite. La castaña se sobresaltó. – ¿Que sucedió?

Dudó un poco. – Bueno, ¿Cómo te explico?

{...}

Luego de pagarle a un chico para intercambiar de ropa, mi hermana y yo empezamos a caminar por el bosque. A Tewksbury le gustaba el bosque, supusimos que aquí encontraríamos alguna pista.

– Enola, mira. – Me acerque a un árbol caído.

– ¿Que?

– Tewksbury dijo que una rama de árbol cayó sobre el mientras recolectaba hongos. – Me agache. – Este árbol fue cortado.

Seguimos caminando un par de metros hasta detenernos frente a lo que parecía ser una casa del árbol. Ambas subimos y empezamos a inspeccionar todo.

Mientras miraba el lugar me di cuenta de que el chico era un genio. Había trasado un plan dejando pistas apropósito, todo este tiempo lo estuvieron buscando en el lugar equivocado.

Me pare frente a una mesita, en ella había un libro de color rojo. Al abrirlo vi un par de flores.

– Es mas listo de lo que creí. – Hablo sorprendida mi hermana, mirando el encabezado de la página. Covent Garden Market.

– No es tan estable como crees. – Me sobresalte. – Algunas de esas ramas son caprichosas. – Por su voz, supuse que seria una señora mayor.

No me acerque a la orilla, no quería que me viera. Mi hermana, por el contrario, si lo hizo.

– Buenos días. Ya nos conocimos, aunque estabas vestida diferente.

– Ya lo han descubierto ¿no? – Cuestionó Enola.

– Lo encontramos hace unos días. ¿Viste algo que valga la pena contar a tu empleador? – Mi hermana empezó a bajar.

– No. Sherlock. Probablemente quiera venir.

– ¿Cómo te llamas?

– May. – respondió. – May Beatrice Posy.

– ¿Y cuantos años tiene señorita posy?

– Veintidós.

"Oh, claro". Pensé.

– Tendré que despedir al jardinero por prestarte su uniforme.

– No, se lo saque a la fuerza.

Siguieron hablando, sus voces empezaron a escucharse distantes. Saqué un poco mi cabeza para ver donde estaban y me di cuenta de que habían empezado a caminar por el bosque. Esa fue mi señal para irme.