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꧁ℭ𝔯𝔦𝔰𝔱𝔦𝔫𝔢 ℌ𝔬𝔩𝔪𝔢𝔰꧂

Enola y yo tardamos un poco en seguir a nuestros hermanos. 

Estaban en la habitación de mama. Según sherlock, no fue un secuestro, lo cual para mi era bastante obvio. Mama es increible en artes marciales y sabe defenderse, es imposible que la hallan secuestrado sin hacer ruido por alguna clase de pelea.

—¡Cielos! feminismo. —exclamó Mycroft sosteniendo un libro. —Quizá estaba loca o senil.

—¿Locura en nuestra familia? lo dudo. Ya que se fue sin dejar pistas se puede deducir que estaba en su sano juicio. 

El mayor de mis hermanos empezó a hablar de cosas que, supuestamente, pago o compró. Cabe aclarar que no existen ninguna de esas cosas.

—... Y para Enola y Christine, profesora de música, baile, institutriz. 

— Chicas, ¿tuvieron institutriz?—Pregunto el detective.

Enola se tenso un poco. —No deberían estar aquí. —Se limito a responder.

—Este es su lugar privado. —Le seguí.

—Al menos, ¿se preocupo de que recibieran educación?

Mi hermana y yo miramos a otro lado. —Ella valoraba la educación. —Hablo, esta vez, Sherlock.

—Ella nos educó. —Respondí a la defensiva.—Nos hizo leer cada uno de los libros de esta casa. shakespeare, locke. La enciclopedia.

—Thackeray y los ensayos de Mary Wollstonecraft. —Continuó, Enola. — Y lo hicimos por nuestra cuenta.

Sherlock empezó a acercarse a nosotras.

—Para aprender. —Siguió, mirando retadora a Mycroft.

—Según mama así nos convertiriamos en... señoritas.

—¿Quería que se convirtieran en eso?

—Mycroft. —Le reclamo el detective.

Note como Enola se tensaba y pase mi mano por su espalda, esperando que se relajara.

 —No se en que quería que nos convirtieramos. —Mire a Mycroft. —Nos dejo a nosotras tambien.

Me fui del lugar al notar como se formaba un silencio incomodo. No quería estar ahí.

[...]

Al día siguiente me desperté temprano. Según me dijo mi hermana menor anoche, Mycroft nos quería mandar a una escuela para señoritas y hoy vendría una tal señora Harrison. Al parecer, directora de una.

Ahora mismo nos encontrábamos con ella. 

—Pónganse derechas.— Se acerco a Enola y subió su barbilla.— Mucho mejor.

 —Cinturas: 61 la menor y 60 la mayor.— Dijo su asistente. —Busto: 84, ambas.

—Muy pequeños.

—Caderas: 89 la menor y 91 la mayor. 

—Que decepcionante. Tendremos que usar amplificador.

—La cadera sirve para mover las piernas. —Objeto incrédula, mi hermana. —¿Para que amprificarlas?

—Que ingeniosa. Lo disfrutaré.

La mire seria. —Yo no disfrutaré ser prisionera de esa ropa ridícula.

—No te apricionará. —Me miro.—Te liberará. Les permitirá encajar en la sociedad y participar en muchos placeres. —Empezó a caminar por la habitación. —Llamar la atención. Atraer. En mi escuela de modales aprenderán a ser unas señoritas.—Se coloco frente a mi. —Y harán muchas nuevas amigas.

—No necesitamos más compañía. Nos acompañamos la una a la otra. —Dijo Enola, molesta. —Y no necesitamos ir a su ridícula escuela.

Antes de que pudiera reaccionar, la señora harrison había golpeado a mi hermana.

Antes de que pudiera reaccionar, la señora harrison había golpeado a mi hermana

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Aquí el segundo capítulo. No saben cuanto odio a esa señora.

𝒞𝒽𝓇𝒾𝓈𝓉𝒾𝓃ℯ  [Tewksbury Y Tu] TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora