~Citrus~TAN CERCA Y A LA VEZ TAN LEJOS

1- Si tan solo supieras

Narra Yuzu

Estaba plácidamente dormida hasta que sentí esa sensación que me avisaba que debía despertarme, tomé mi celular y ví la hora. Eran las 6:50a.m.

Me levanté rápidamente, alarmada busqué a Mei por todos lados pero no estaba. Seguro ya se había ido a la Academia. ¿Por qué razón aunque sea ni se molestó en despertarme?.

Me alisté, ya eran las 6:55a.m, empecé a correr rumbo a la Academia, iba a llegar extraordinariamente tarde. Ahg... maldición.

Finalmente llegué, llegué a las 7:20a.m, por consecuencia de haber llegado tarde, tuvieron que llevarme a la oficina de los del consejo estudiantil. Pero esta vez solo estaba Mei.

- M-Mei- dije nerviosa desviando la mirada.

- Llegas tarde Yuzu- dijo con su típico semblante serio y su mirada fija en la mía.

Al ver en sus rostro esa expresión, es como si no tuviera ni una pizca de emociones, pero se o siento que en el fondo es igual de frágil que un cristal.

- Si, lo se, pero pudiste haberme despertado aunque sea- dije un poco molesta.

- No, no es mi responsabilidad- dijo desviando la mirada y centrándola hacia unos papeles para después tomarlos y empezar a escribir sobre ellos.

Otra vez siendo cortante... es verdad que no es su responsabilidad, pero algo tan simple como despertarme no le costará la vida ¿acaso me odia? ¿por qué es así?

- ¿Por qué siempre er...-

- Ten, esto es una advertencia-interrumpió extendiendo aquella hoja sobre la cual estaba escribiendo- si vuelves a llegar tarde, me veré obligada a suspenderte por dos días.

Sentenció con firmeza y su típica mirada fría que no hacen más que causarme tristeza.

- Bien- dije de mala gana tomando aquella hoja- ¿puedo irme?

Asintió con la cabeza y salí de ahí lo más rápido posible. Me dirigí al salón a esperar afuera a que terminara la clase para poder entrar a la siguiente. Pasaron rápidamente los minutos y salió aquel profesor y aproveché para entrar a esperar al siguiente profesor.

- Hey, Yuzucchi!- dijo Harumi saludandome.

- Oh Harumin- dije sonriendole.

- Has llegado realmente tarde hoy ¿qué pasó?- preguntó curiosa.

- Simplemente me quedé... dormida- dije suspirando.

- Para la próxima deberías poner una alarma- comentó.

- Si, eso hacía, pero olvidé hacerlo esta vez- dije rascándome el cuello algo nerviosa.

- Ya y ¿qué te dijo la chica de hielo?- dijo con una risilla.

- Hablas de Mei?- dije mirándola.

- Claro que hablo de ella- dijo riendo.

- Jajaja- reí ante aquel apodo, Harumin decidió llamarla así por lo fría y distante que es con todos- pues me dió una advertencia.

- Vaya, aunque seas su hermanastra- frunció los labios- no te perdona.

- Pues no, así es ella...- dije sonriendo levemente- no rompe nunca las reglas, ya sabes, además es su trabajo después de todo, y yo como su hermana mayor debería dejar de causarle problemas.

La mayoría de veces me he metido con el consejo estudiantil por no seguir las reglas y me he dado cuenta que gracias a mis acciones el abuelo le echa la culpa a ella, no debería ser así porque la irresponsabile soy yo.