11°|TRAJES|

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Trajes

-¡No pienso usar eso!

-¿¡Por qué no!? ¡Tienes que dejar de usar esos estúpidos trajes Seto!

En la mansión Kaiba, un rubio atolondrado de lindos ojos ámbar estaba con las manos en la cadera mientras se quedaba frente al gran armario de aquel castaño de ojos azules, quien recién levantaba y tenía mal humor.

-Cachorro, última vez que te lo digo. Déjame vestirme que llegaré tarde a una junta.

-¡Ayer ya tuviste una! Hoy no deberías ir a trabajar. Y si vas no dejaré que uses esos tontos trajes.

Kaiba arrugó el ceño y pasó su mano masajeando su sien, cerró sus ojos para nuevamente al abrirlos toparse con la mirada sería de su pareja. No tuvo más opción que tomarlo del brazo y llevar lo hacía la cama donde lo tumbó quedando encima de él, por unos segundos se vieron a los ojos, hasta que poco después se escucharon golpes en la puerta y se abrieron dejando paso a uno de los encargados junto a Mokuba.

-Hermano aquí está tu... nuevo traje... ¿Ocurre algo?

-¡No, llévate eso de aquí Mokuba, tu hermano no usara eso!

Joey había logrado abrazar por el cuello a su pareja y haciendo uso de su fuerza lo mantuvo en esa posición y se abrazó a él como un koala, para luego darle aquella orden rápidamente al menor, quien estaba algo confundido.

-Mokuba dame el traje.

-¡No, no se lo des!

Kaiba intentaba levantarse aún con el peso del rubio, le era algo difícil y más aún en la situación en la que estaban. Joey le había dando una mordida cerca de la oreja a su pareja y quien se quejó y apoyo de nueva cuenta sus antebrazos sobre la cama, intentando mirar a su pareja quien a toda costa le evitaba el contacto visual.

-Eh...

Por su parte, el menor de los Kaiba no sabía que hacer, si obedecer a su hermano o tal vez obedecer a su cuñado, algo muy difícil en realidad. Se quedó en su lugar por unos cuantos minutos mientras a su lado su guardaespaldas estaba igual.

-Déjalo en el baño Mokuba.

-Ni se te ocurra hacer eso Mokuba.

Ambos adultos estaban susurrándose cosas mientras uno intentaba levantarse con todo aquel peso mientras que el otro hacia de todo lo posible para provocar aún más peso.

-¡Ah! Ahora recuerdo, Joey ya llegó lo que mandaste a pedir.

Mokuba recordó justo a tiempo, ya que alguien había entrado a la habitación de igual manera con una bolsa plática transparente, la cual el azabache había tomado y así hacer que se retire el encargado.

Ahora el menor tenía en una mano el costoso traje que su hermano solía usar. En la otra tenía igualmente una muda de ropa pero que Joey había mandado a hacer.

-Déjalo aquí y llévate el traje.

-Deja el traje Mokuba.

De verdad que el menor estaba perdiendo la paciencia y suspiro frustrado para luego dejar ambos encargos en la mesita de centro que había en la gran habitación.

-Si actúan así no se a quien obedecer, dejaré los dos. Se me hace tarde para ir a verme con Noah.

Dicho esto el menor salió acompañado de su guardaespaldas dejó cerrando la puerta para así darles más privacidad.

-Mira lo que haces Seto, si Moky se enoja conmigo será tu culpa.

-Tú eres el que empezó todo este alboroto, así que suéltame de una vez que no podré vestirme si sigues pegado como chicle.

Un gruñido de parte del rubio fíe su respuesta, su agarre se debilitó un poco pero a un no se soltaba, no tuvo opción que levantarse con su pareja pegada como koala, antes de tomar su traje, Joey se separó de él quitándoselo enseguida de las manos.

-Wheleer me estoy cansando de tus juegos.

-No me importa Kaiba.

Sin más que hacer, el de ojos ámbar se alejó despacio intentó ante cualquier movimiento, aún sin dejar de mirarle abrió la puerta y así al fin salió de la habitación y corrió con el traje del castaño en mano.

Seto Kaiba miró con su típico semblante como su pareja se alejaba, suspiro frustrado pues miro la hora en su reloj, iba tarde a su reunión de negocios, se levantó y sin hacer caso a la ropa que aún estaba sobre la cama, camino hacia su gran armario y abrió la puerta, se detuvo en seco, notó que ninguno de sus trajes estaba en donde deberían, su armario estaba vacío, pues siempre usaba sus trajes y ahora no había ninguno e incluso sus zapatos no estaban. Esta vez su pareja se había pasado, frotando su mano en su cara se acercó a la cama donde con desgranó tomó la ropa que antes había sido puesta allí.

-¡No pienso ponerme esto!

Gritó para si mismo, en sus manos estaba una muda de ropa, ahora llevaba en sus manos una especie de sudadera con un estampado, una camiseta gris y unos pantalones jean, además que antes había notado que unos tennis blancos estaban donde sus zapatos. Su rubio está vez había pensado bien en hacer todo ello, al haber estado frente a su armario solamente había estado esperando hasta que la ropa llegará.

Sin más remedio, pues no podía estar siempre en pijama, se colocó con mala gana aquella ropa casual, algo que jamás pensó que usaría pero bueno desde que él y Joey eran pareja había muchas cosas que no había hecho y ahora gracias a el lo hacía.

-Por lo menos no olvido poner las iniciales de la Corporación.

Se miró al espejo y a decir verdad, no estaba tan mal. Si, se sentía extraño pero era algo nuevo y no se sentía tan mal incluso podría decir que era algo cómodo.

-Sabía que te quedaría bien, después de todo tengo buen gusto

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-Sabía que te quedaría bien, después de todo tengo buen gusto.

El castaño desvió su mirada hacia la puerta donde el rubio estaba recargado de brazos cruzados y mirándole con una sonrisa.





Onceavo día!
Espero que sea de su agrado.
Nos vemos nwn

¡Fictober 2020!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora