14°|PRIMAVERA|

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Primavera

Esto era todo lo que sus ojos podían ver, la escena era realmente deprimente y dolorosa. Aquel día en que le prometió no lastimarlo, fue el mismo día en que lo hizo y de la peor manera posible. Fue aquella tarde de primavera en que eso sucedió.

—¡Alejate de él!

Sus lágrimas resbalaron por sus mejillas, aún así eso no impidió que levantará su voz para así soltar aquel grito, haciendo que los dos chicos delante suyo se separaran sorprendidos.

—E-espera.... No.. No es lo que crees Mokuba...

—¡Callate! ¡Mi hermano tenía razón! ¡Siempre la tuvo!

El azabache de ojos azules, se limpió con fuerza las lágrimas que adornaban su rostro, dejó escapar algunos sollozos más para posteriormente acercarse hacia ambos y entregar el pequeño regalo que tenía en sus manos al más alto, para después dar una bofetada a los dos para así girar sobre sus talones para después alejarse caminado a paso rápido.

—No te vuelvas a aparecer en mi vida.

Fue lo último que dijo antes de alejarse por completo hasta estar cerca del parque de juegos, donde unos pocos niños estaban jugando en los mismos, sonrió tristemente intentando no dejar caer de nuevo aquellas molestas lágrimas, se sentó en uno de los bancos de madera que habían allí y levantó sus piernas para abrazarlas hacía su pecho, ocultando su mirada entre sus rodillas para intentar hacerse más chiquito y que no lo noten.

—Te odio... 

Se abrazó con más fuerza mientras sollozaba intentando no hacer tanto ruido, dejó que todo el sonido a su alrededor desapareciera para centrarse sólo en la escena que se repetía una y otra vez en su mente.

Poco después, aunque realmente no sabía cuanto había pasado, sintió como el suave viento de la primavera empezaba a mover sus cabellos, lo dejó pasar pero algo le pareció raro que aquel viento empezará a ser algo brusco, al final sus cabellos fueron desordenados por una mano.

—Ahora no estoy para juegos.

—¿De verdad me tratarás así Moky?

Al escuchar la voz conocida, levantó su mirada algo rojiza por el anterior llanto, desvió su mirada al hacer contacto visual, la mirada azulina del contrario no se alejó de su persona, se inclinó enfrente suyo y le tomó de la barbilla para hacer que me mire directamente.

—¿Que te hizo ese tonto, Mokuba?

—No te importa Noah.

Realmente sentía como el contrario apretaba más el agarre al notar como quería soltarse. Notó la seriedad en la mirada del peliverde e incluso se dio cuenta de la preocupación que sus ojos demostraban, su agarre se aflojo y no pudo evitar derramar más lágrimas para después lanzarse hacia los brazos contrarios que no dudaron en atraparlo.

—Tenían razón... tú y mi hermano tenían razón.

Noah suspiró mientras acariciaba los cabellos azabaches con cariño.

—Lo siento Moky.

—No, yo debería disculparme por la forma en que los traté... perdón.

El chico de menor altura enterró su rostro en el pecho contrario, dejando derramar sus tristezas, aquellas gotas saladas mojaron la ropa de Noah pero poco o nada le importaba, su completa atención estaba en Mokuba.

Se dedicó a acariciar la espada y cabellera del menor, no le pidió algún explicación en el momento, prefirió que primero se desahogara todo lo que quisiese, ya habría tiempo para averiguar lo que pasó pero por lo poco dicho por Mokuba ya se hacia una idea.

No pudo evitar maldecir en su mente, tuvo muchas ganas de ir hacia aquel chico que era la pareja, mejor dicho, ex-pareja del azabache, quería ir hacia donde sea que esté para darle una buena golpiza por lastimar y provocar lágrimas en su persona especial.

—¿Estás mejor?

—S-si, gracias Noah.

Se había separado del abrazo, el peliverde limpió con su dedo pulgar los restos de lágrimas que había en sus mejillas, los ojos brillosos de Mokuba fueron tan hermosos que cautivaron aún más a Noah.

—¿Quieres contarme?

—Él... él me engañó... como tú y Seto decían.

Un pequeño silencio adornó el ambiente, los suaves vientos hicieron más ameno el lugar.

Noah no pudo evitar tomar la barbilla del menor para así ambos conectar sus miradas, poco después notó un ligero rubor en las mejillas.

—Moky... perdón...

—¿Por qué te disculpas Noah?

No recibió una respuesta en palabras, pero sí en acciones, sintió los suaves labios del contrario, se estaban besando de una manera algo torpe al principio pues Mokuba tenía sus ojos entrecerrados correspondiendo de una manera lenta, con una sonrisa tímida empezó a aceptar aquel beso cerrando por completo sus ojos y llevando sus manos tras el cuello del peliverde.

Noah por su parte se había arriesgado con aquella acción pero ya no podía evitarlo más, ver como la persona que le gustaba desde hace año y medio sufría, era algo que no soportaba en absoluto. Como los dos se complementaban tan bien, como sus labios encajaban a la perfección, por un momento olvidaron lo que hace poco había pasado y se centraron solo en lo que estaban haciendo, aquel beso en que se transmitió muchos sentimientos. Uno reflejaba de nuevo su amor hacia el otro, mientras que el segundo ya no tenia dudas y aceptaba sus sentimientos.

—Me gustas Mokuba, te lo diré las veces que sea necesario, pero ahora ya no dejaré que estés con alguien más, no cometeré el mismo error.

—Noah.

Después de aquella bonita y tierna confesión de amor, se besaron de nuevo ahora con más confianza y con fuerza se abrazaron.

Aquel día de primavera, en aquella tarde, su corazón el cual había salido lastimado ahora estaba siendo restaurado por Noah, quien hace un año se le había confesado pero no pudo aceptarlo. Ahora todo era diferente, ya no tenía dudas y prometió que no se volvería a equivocar.

Catorceavo día!
Ya casi llegamos a la mitad!
Nos vemos nwn

¡Fictober 2020!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora