Dónde Jimin es un famoso bailarín que tiene de amante un sexy y atractivo tatuador a espaldas de su novia.
·Versátiles.
·La mayor parte son social media con fotos, aunque también hay narración.
·Mención de otros ships {Namjin, Vhope, Taegi}.
·Mpreg.
Desde que Jimin llegó al restaurante que Rosé le mandó ubicación, estaba nervioso. Le sudaban las manos y temía ser captados por alguna cámara. Estaban acostumbrados a eso, pero saber que Jungkook estaría tras una pantalla viendo las imágenes le rompía todos los esquemas.
— Amor, estás muy distraído, últimamente.
Jimin parpadeó confuso y miró a su chica.
— ¿Qué? Digo si, si, lo siento, el trabajo no me deja pensar con claridad. —se excusó.
— Deberíamos tomar unas vacaciones. —alzó su mano para tomar la de Jimin y éste no supo rechazarla— Llevamos tres años pero es como si hubiera pasado solo una semana desde que nos conocimos en aquella presentación.
— Tienes razón, amor.
— Llevo semanas tratando de hablar de esto contigo, pero siempre me acobardo y me pongo nerviosa sin saber que hacer. —murmuró mirando al chico.
— ¿Qué te tiene mal, nena?
— ¿Tú me amas, Jimin?
Lo pensó, realmente lo pensó. Sí, la amaba. Pero también amaba a Jungkook, aunque de distinta forma a la que la quería a ella, lo de ellos dos era amor, lo de Rosé y el rubio se podía considerar amistad.
— Sí.
La chica sonrió y guió su mano hasta el bolsillo de su saco sacando una caja plateada.
— Hace mucho que nos conocemos, Jimin. —habló nerviosa— Estoy segura de que eres el amor de mi vida y yo soy el tuyo, por eso... —abrió la caja y dejó ver un par de anillos brillantes— ¿Me harías el honor de casarte conmigo, Park Jimin?
El rubio palideció. Él venía con la idea de acabar con todo.
— R-rosé.
— Tranquilo, sé que ha sido sorpresa, pero respira.
— S-somos muy jóvenes aún y... no tengo las ideas claras.
— Jimin... hay cámaras fotografiándonos y tú... ¿estás tratando de rechazarme la pedida de manos?
— Rosé... n-no estoy seguro de esto. —murmuró, no tenía las ideas para nada claras.
— ¿No estás seguro de una relación que lleva yendo bien tres años y lo seguirá siendo toda la vida?
— Rosé.
— Responde, Park Jimin.
Jimin frunció el ceño, con mirada angustiada y alzó su mano para que Rosé colocara el anillo.
— Sí, acepto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
