35 - Locura

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— ¿Has comprado alcohol para beber y dejar los niños con tu secretaria, pero eres el primero que se queda dormido? —habló Jimin cuando las luces se encendieron y tanto Hoseok como Rosé quisieron irse a casa.

Jungkook asintió adormilado y abrazó más al cojín entre sus brazos para acurrucarse mejor en el sofá. Rosé le miraba enternecida.

— Hoseok, ¿crees que estaría bien poder hablar contigo? —Jimin le miró.

— Vayamos afuera.

Jimin siguió al mayor hasta la terraza del apartamento y carraspeó sin saber como empezar.

— Lo siento, sé que la he fastidiado muchísimo todo este tiempo y lo lamento por ello. Eras mi mejor amigo y todo este tiempo se ha sentido muy vacío y frío sin tí. —le miró jugando con sus dedos— Quiero que volvamos a ser los de antes, Hoseok.

— Yo nunca cambié, Jimin. Fuiste tú el que decidiste ser un capullo y hacerle daño a la mejor persona del planeta. —bufó— Pero si lo que quieres es volver a lo que éramos, está bien, finjamos que no ha pasado el tiempo.

— No quiero eso si tú no te sientes cómodo. Has estado toda la noche tratando de evitarme y eso me ha dolido.

— Lo que sea, Park. —sonrió de lado— Algunas veces he de admitir que lo he hecho queriendo.

— Entonces... ¿me perdonas?

Hoseok alzó su mirada y sonrió.

— Esta es la última oportunidad que te doy, la fastidias y le dices adiós a nuestra amistad. —amenazó.

Jimin suspiró feliz y le abrazó fuerte, un abrazo que Hoseok correspondió de inmediato.

Mientras tanto en la sala, Jungkook y Rosé hablaban tratando de despertar al primero.

— ¿Jimin te habló sobre Taemin?

— Contó una versión totalmente distinta. —habló— No sé que hacer o a quién creer.

Rosé suspiró.

— Dale tiempo para que se adapte y te cuente todo. —le miró— Mientras puedes tratar de buscar a tus amigos.

Jungkook rió soñoliento por eso y tanto Jimin como Hoseok entraron a la sala de nuevo.

— ¿Nos podemos ir ya? —habló Rosé, Jimin asintió — Yo voy por Mingguk, esperen en la puerta.

Jimin se giró hacia Jungkook.

— Gracias por el regalo. —habló Jeon primero.

— No ha sido nada. —sonrió— Me alegro de no haberme visto envuelto en un lazo gigante. Gracias a tí por confesarle aquello.

Jungkook sonrió y se acercó para envolverlo entre sus brazos. Hoseok carraspeó incómodo y se dirigió a donde Rosé iba por la pequeña.

La diferencia de altura entre ambos siempre había sido notable, y eso era algo que a Jungkook le encantaba. Poder besar su frente mientras le abrazaba por la cintura era realmente fascinante para él.

— Echaba tanto de menos estar entre tus brazos, oler tu perfume. —murmuró Jimin.

Jungkook lo apretó más contra su torso sacándole una risita.

— Yo también. —confesó— ¿Quieres despedirte de Jungmi?

Jimin negó.

— Me da pena despertarlo, parecía muy cansado cuando lo llevaste a su dormitorio. —alzó su cabeza, pero no esperó a que Jungkook mantuviera la suya tan bajo.

Jeon le miró a los ojos sin titubear y Jimin se perdió en ellos.

Hasta que un carraspeo más sonoro y femenino interrumpió el abrazo de ambos chicos. Rosé y Hoseok miraban expectantes desde el umbral de la sala.

— Vámonos. —habló Jung— Voy a llamar a Taehyung para ver si está bien.

— Va con Yoongi, no te preocupes por él. —afirmó Jungkook— Esos dos juntos parecen que armarían una guerra, pero Yoongi sabe bastante bien como cuidarle.

— Está bien, si tú sabes algo antes me dices.

Jungkook asintió y Rosé y el mismo Hoseok saludaron con la cabeza antes de abrir la puerta y salir por ella esperando que Jimin siguiera los pasos.

Park mordía sus labios y jugaba con sus dedos nervioso, debatiendo mentalmente lo que iba a hacer, pero mierda, ¿qué más daba? Hoseok y Rosé ya habían salido y hablaban en la puerta esperándole, ¿a qué estaba esperando?

Se giró con paso decidido hacia Jungkook, quien le miraba confundido y con el ceño fruncido, y en cuanto llegó hasta él, alcanzó su nuca y le atrajo hacia abajo para juntar sus labios en un beso.

Jungkook no se esperó aquello, así que ante la sorpresa se dejó llevar unos segundos antes de corresponder con las mismas ganas que Jimin capturaba y succionaba sus labios. Le sujetó fuertemente de la cintura y afianzó su agarre acercándolo más a él.

Fue tan solo algunos roces de labios delicados, necesitados y lentos, pero en cuanto dejaron de mantener contacto sobre los otros, ambos sintieron al euforia albergar todo su pecho.

Jungkook apoyó su frente junto a la de Jimin y sonrió cerrando sus ojos y dejándose llevar por el mundo de su imaginación y las sonrojadas mejillas de Jimin.

— Descansa. —susurró este último antes de acariciarle la mejilla y salir por la puerta.

Iba a volverle loco.

Game Over ➶︎ Jikookmin AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora