Hazel tenía una vida solitaria después de que sus padres murieron.
Hasta que conoció a Jaden, ese chico el cual siempre estaba dispuesto a sacarle una sonrisa, pasando sus tardes juntos entre charlas y risas.
Pero todo cambió cuando ella fue enviad...
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Jaden.
No tardamos mucho en llegar a nuestro destino. Aparco el auto al lado de un árbol, desabrocho el cinturón de seguridad y bajo de este caminando hacia Hazel que ya está afuera. Al estar a su lado, observo que está inspeccionando el lugar con cierta curiosidad.
—Vamos, aún nos falta caminar un poco—la tomo de la mano y camino guiándonos a ese lugar. Saco mi teléfono del bolsillo y, enciendo la linterna para iluminar el camino.
—Está haciendo un poco de frío ¿No crees?
—Si…—se frota los brazos, y es ahí donde me doy cuenta que no lleva puesta su chaqueta. Me saco la mia y la paso por sobre sus hombros, haciendo que se sobresalte—asi estas mejor.
—No, como crees Jaden. Tu también tienes frío—trata de quitársela, pero la detengo.
—Yo no he dicho que tengo frío pequeña—acomodo la chaqueta en sus hombros, y doy un toque en su nariz—no quiero que te resfríe por alguna razón.
Llegamos al lugar que pensaba traerla desde un principio, la famosa colina, la cuál tiene una vista panorámica, a la constelación de Destiny. Apago la linterna del movil, puesto que la luz de la luna es suficiente para iluminar el lugar. Fijo mi vista en Hazel, está admirando el paisaje ¿Y quién no lo haría?
Es un campo inmenso con muchas flores, aunque al estar de noche, éstas no se observan muy bien. La luna está muy brillante, pocas estrellas se pueden divisar a su alrededor. Nos encontramos en una colina, una de tantas que hay en todo Destiny.
—¡Wow! Este lugar es impresionante—exclama Hazel. Nos encamina hasta un tronco y nos sentamos.
—Siempre lo he dicho… y es más impresionante, cuando vienes a ver el atardecer.
—Lo puedo imaginar. El sol a instantes de ocultarse, muchos colores mezclándose—suspira, cerrando sus ojos—me gustaría verlo algún día.
—Tal vez lo hagas—digo, ella abre sus ojos y gira su rostro hacia mi. Hazel sin duda alguna, es la chica más hermosa que he visto. No es que piense que el resto de las chicas no lo son, porque cada una lo es a su manera.
Pero Hazel para mi, es otro nivel.
—¿Vienes muy a menudo?
—Solo cuando quiero inspirarme, para dibujar. Aunque es muy concurrido en la época del festival.
—¿Pero el festival no lo hacian en el campo girasoles?
—Ya hace cuatro años que dejaron de hacerlo allí. Se dieron cuenta que en este lugar, se ven mejor las estrellas.
Se produce un pequeño silencio entre los dos. Mira hacia el campo, la brisa de la noche se cuela entre su rostro meciendo en el trayecto su cabello. Ha cambiado mucho físicamente durante éstos años, pero en lo personal sique siendo la misma chica de la que me enamoré en el pasado.
