Hazel tenía una vida solitaria después de que sus padres murieron.
Hasta que conoció a Jaden, ese chico el cual siempre estaba dispuesto a sacarle una sonrisa, pasando sus tardes juntos entre charlas y risas.
Pero todo cambió cuando ella fue enviad...
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Hazel.
Corro las cortinas dejando entrar la luz del sol en la habitación, aunque al hacerlo no veo mas que el cielo nublado, en cualquier momento comenzaran a caer las gotas. El clima de hoy esta igual que ayer, gris, no se supone que al ser verano debe estar muy soleado. Abro la ventana y la brisa fría se cuela por ella.
Camino hasta el armario y me dispongo a cambiarme, decido ponerme unos pantalones y una camisa blanca con un suéter encima junto a unos botines. Miro el resultado a través del espejo. Avanzo hasta la mesita de noche y tomo un libro entre mis manos, hoy tengo ganas de leer en el jardín y distraerme un poco.
Mi teléfono suena en alguna parte de la habitación y lo encuentro en mi tocador. Lo tomo y veo el nombre de Jaden, formo una tonta sonrisa, deseo verlo hoy.
—Taylor...
—Pequeña rubia...—Escucho su voz al otro lado de la línea y mi corazón late frenéticamente.
—Quiero verte.
—Yo igual, por eso te llamaba. Quería saber si nos podemos ver en un rato—pregunta y asiento aunque el no pueda verme.
—Me parece una estupenda idea—digo mientras me distraigo viendo la portada del libro—Esta bien si nos encontramos en la colina.
—Es el lugar perfecto para vernos—responde—. Te quiero mucho pequeña, lo sabes ¿no.
—Lo se, yo igual te quiero Taylor—musito—. Y tengo muchas ganas de verte ahora.
He decidido que no le diré nada a Jaden por ahora, al menos no hasta que hable con Lena. Por eso no lo seguiré ignorando, es absurdo que lo haga porque nos estoy haciendo daño a los dos, además aunque lo ignore el ya sabe que ocurre algo.
Alguien toca la puerta de mi habitación y fijo mi vista en ella, para luego ver a Isobel entrar por ahí.
—Debo irme Taylor, te veo luego.
—Te quiero pequeña—murmura y esbozo una sonrisa minúscula.
—Te quiero.
Corto la llamada y me centro en Isobel que esta de pie, la invito a sentarse junto a mi y ella acepta. Ahora que la veo me pregunto si ella estaba enterada sobre que tengo una hermana.
—Isobel, ¿tu sabias que tengo una hermana?.
Ella niega con la cabeza y me toma de las manos.
—No Hazel, si sospechaba que tus abuelos ocultaban algo, pero no sabia lo que era.
Mis abuelos y sus secretos, no puedo creer que durante todos estos años ellos hayan ocultado algo así y si no lo hubiese descubierto probablemente nunca me habría enterado. Ellos me estuvieron privando el conocer a mi hermana, ¿Quién será? ¿Ella sabe que tiene una hermana?, posiblemente no. Tengo muchas ansias de conocerla, de saber como es.
