Hazel.
¿Dorado o azul rey?
Esos fueron los colores de los cuales me enamoré, en aquellos vestidos de noche. No pude decidirme por ninguno, por lo tanto compré los dos. Ya luego escogeré uno antes de la gala benéfica.
Nos tardamos más de dos horas pasando de tienda en tienda, compramos muchas cosas, pero la que compró mas de lo debido, fue Alice. Siempre le he dicho que debe limitarse, parece una compradora compulsiva y eso no es normal. Pero ella siempre responde “Nunca hemos sido normales corazoncito”. Y la verdad es que si tiene un poco de razón.
Nos encontramos comiendo un helado, ya acabamos de comprar y pasamos por aquí antes de ir a la mansión. Como de mi helado de chocolate, mientras veo a Heather tomarse unas fotos. Alice está enviando mensajes, sospecho que podría ser a Bryce. Últimamente la he visto un poco distraída, como en las nubes ¿Acaso yo también me veo así? «seguramente». Mi teléfono suena en mi bolsillo trasero, lo saco y la pantalla ilumina una llamada de Jaden.
—Pequeña, ya sal de mi cabeza—Dice en cuanto contesto.
—¿Y desde cuando estoy ahí?
—Desde que te conocí.
—Uff… eso es mucho tiempo—suelto una risita.
—Lo sé… pero me gusta—muerdo mi labio. Antes de poder contestar, el sigue hablando— Mañana habrá partido de fútbol ¿Vienes?—¿Y hacerte porras?, ¡Por supuesto!
—Entonces te veo ahí. Debo irme, tengo que ir a presumirle a los chicos que conseguí una animadora personal—comenta en tono jocoso, y suelto una risa por sus ocurrencias.
—En ese caso no te retraso más, nos vemos mañana Taylor—escucho su risa al otro lado de la línea.
—Adiós pequeña.
Corto la llamada y me quedo con una sonrisa tonta en los labios, mirando la pantalla del teléfono. Escucho un carraspeo y levanto la mirada. Las chicas me observan fijamente e inmediatamente siento el rostro caliente.
—Creo que cupido pasó por aquí— Canturrea, Heather— y no me notó—termina agregando. Alice y yo nos reímos.
—A mi tampoco me notó, Heather—indica Alice, tratando de consolarla.
—Claro— Pronuncia con sarcasmo— Y yo soy novia de Ezra Campbell—estallo en una carcajada y Alice se me une. Heather pone los ojos en blanco— Ya dejen de reírse.
—Ya, ya no me río más—Le digo, cesando mi risa al igual que Alice.
—¿Jaden ya te contó sobre el picnic?
—Si… y también sobre la fiesta.
—Bien—frunce el ceño— creo que debimos comprar un regalo.
—¡Eso era lo que se me estaba olvidando!—exclama Alice, golpeando la superficie de la mesa. Haciendo que Heather y yo nos sobresaltemos, y la miremos sin entender—. Hablo del regalo.
—Entonces que esperamos. Vamos a comprarlo— alude Heather, levantándose de su asiento—. Hay que aprovechar, que ya estamos aquí.
Entramos de tienda en tienda, buscando algún regalo. Las chicas ya tienen en mente uno, yo en cambio no tengo ni la menor idea de que comprarle. No conozco muy bien a Thomas, así que, no se que podría gustarle. Nunca he comprado un regalo a un chico, excepto a… pero el no cuenta ¿O si? «Claro que si Hazel». Suelto un suspiro de frustración ¡Odio no saber que comprar!. Pasamos frente a una tienda de música. Mi cara se ilumina al darme cuenta, cuál sería un buen regalo. Solo debo saber, cuál grupo le gusta a Thomas.
Saco el móvil y me dispongo a escribir un mensaje a Jaden.
Hazel: ¿Cuál es el grupo favorito de Thomas?
Entro a la tienda con el teléfono en la mano y observó algunos CD, en la espera de una respuesta por parte de Jaden.
Jaden: Umh… tiene muchos, pero si tendría que escoger uno, ese sería Queen.
Hazel: Interesante elección ¡Gracias!
Guardo el teléfono y me encamino hasta la sección de álbumes. Recorro con la mirada todo el estante y lo encuentro, un álbum de Queen. Lo cojo y voy directo a la caja, cancelo el pago y camino hasta la salida. Las chicas me esperan sentadas en una banca. Al llegar hasta ellas Heather extiende los brazos hacia arriba, mirando al cielo.
—¡Al fin!— Suelta una exhalación y me mira a los ojos— Creímos que nunca te ibas a decidir.
—Habríamos ahorrado tiempo, si me hubiesen ayudado— Les digo— Ah, pero no lo hicieron.
—¡Ya chicas!— Exclama Alice— Hay que irnos ya, seguimos hablando en el coche.
Luego de hablar, recoge las bolsas de compras y se dirige hacia el estacionamiento. Heather y yo hacemos lo mismo, y caminamos detrás de ella.
[…]
Después de llegar a la mansión, cada una se dirigió a su habitación, para después almorzar e irnos a la recamara de Heather. Colocamos música y, mientras cantábamos y hacíamos uno que otro paso de baile, escogimos la ropa que usaríamos esta noche. Cada una se baño, para después maquillarnos y peinarnos. Así pasamos el resto de la tarde.
Todas optamos por usar un vestido, sencillos y cómodos, para nada ostentosos. Ya estábamos listas, cuando de pronto alguien toca la puerta. Alice se apresura a abrir, haciéndose a un lado dejando entrar a Isobel, quien se encontraba al otro lado del umbral. Ella al mirarnos, formó una sonrisa en su rostro.
—Están hermosas chicas—nos halaga— Ya deben bajar, tus abuelos las esperan—dice esto último, observándome.
—¿Ya llegaron los invitados?—le pregunto, y ella asiente.
—Tus abuelos ya los están recibiendo, así que apresúrense.
Las chicas y yo nos aproximamos a ir hacia el salón. Al bajar los escalones, me percato que mis abuelos aún están en el recibidor. Avanzamos hasta ellos y no puedo evitar examinar con la mirada a sus invitados. La mujer es de cabello negro, piel pálida y unos grandes ojos verdes. Su esposo al contrario es rubio con la piel bronceada y ojos azules. Paseo la mirada hasta el que supongo es su hijo, es tan alto al igual que su padre, tiene la piel pálida y cabellera rubia; posee unos ojos verdes. Es una combinación de ambos, pero lo que más me llama la atención es la familiaridad en su rostro.
No puede ser.
Es el imbécil del centro comercial.
—Ella es nuestra nieta Hazel y sus amigas—musita mi abuela, colocando sus manos en mis hombros— Chicas ellos son la familia Bramson. Amelie, Patrick y su hijo Colin.
Saludamos a la pareja y cuando llega el turno del chico, tiene una sonrisa arrogante plasmada en su rostro.
—Es un placer conocerla, señorita Evans—pronuncia, extendiendo su mano y la acepto.
—El gusto es mio—fuerzo una sonrisa.
—Pasen al salón, aún faltan unos minutos más para que esté lista la cena.
Al terminar de hablar mi abuela, todos nos dirigimos al salón. Tomamos asiento, las chicas y yo nos sentamos juntas. Los señores Bramson conversan con mis abuelos, Colin por otro lado está sentado en el sillón continuo al nuestro, y no deja de mirar en nuestra dirección.
—Son ideas mías o ese chico se enamoró de mí, y por eso no deja de mirar hacia acá—Nos susurra Heather—¡Está guapísimo!
—Shh… te va a escuchar Heather—reprende Alice.
—Si estuviéramos en otro lugar, ya le hubiese pedido su número.
—Estas loca—suelto una risa bajita—Y para ti, todos sin guapos.
—Es que lo son Hazel—refunfuña— Mi mayor talento, es admirar la belleza.
—Creí que era, analizar q las personas—murmura Alice.
—Ese también…. Ahora que lo pienso, tengo muchos talentos.
—Si, y el primero es decir muchas bobadas—argumenta la pelirroja, ganándose un empujón en modo de broma, por parte de Heather.
Escucho mi nombre ser nombre ser nombrado, dirijo mi vista hacia mi abuela que está conversando con la señora Bramson.
—Hazel estudia en Londres—dice, acomodando un mechón de su cabello—Por eso no la vemos mucho, solo en días festivos.
—Oh. Quizás cuando Colin vaya, podría mostrarle la ciudad.
—Ella lo haría encantada—le dijo, con alegría fingida.
No entiendo por qué mi abuela tiene una obsesión con agradarle a todas las personas. Siempre fingiendo sonrisas, fingiendo halagos, mostrándole a esa persona alguien que en realidad no es. Me preguntaba por qué se esforzaba en agradarles, si al final no las volvía a ver.
Isobel apareció informando que ya la cena se encontraba lista. Todos nos dirigimos al comedor. La cena al principio fue silenciosa, pero después los temas de conversación fluyeron. Hablaban de algunos casos del bufete y sobre uno nuevo que recibieron, me interesó mucho el caso, al parecer una empresa muy reconocida los contactó para que los defendieran ante una denuncia anónima. Alguien los acusó de hacer negocios ilícitos.
Pero eso no era el tema principal de la cena, si no, la gala benéfica. Los Bramson también fueron invitados, y era de esperarse. Muchas personas asisten ese día, tanto de aquí como de otros lugares, la mayoría son socios de sus Bufetes. En mis diecinueve años de vida, solo he asistido tres veces, y cuando estaba pequeña. Las otras veces aprovechaba el tiempo con Isobel e íbamos a pasear, mis abuelos no se oponían a ello.
Tras un largo tiempo, la cena al fin acabó. Mi abuela nos invitó a ir a la terraza, todos la seguimos pero no fue hasta que alguien me detuvo tomándome del brazo, que me di cuenta que Colin no los seguía.
—No creí verte de nuevo, maleducada.
—Primero, no soy una maleducada—sacudo el brazo para zafarme de su agarre— Y segundo, concuerdo contigo. No creí que te vería otra vez.
Y esa es la verdad, quien iba a pensar que al tropezarme con este chico, horas mas tarde nos encontraríamos de nuevo. El suelta un suspiro lleno de cansancio.
—Creo que no tuvimos una buena impresión del otro cuando tropezamos.
—Tropezaste—lo señaló, con el dedo índice. Levanta las manos, en manera de rendición.
—Bien, lo acepto. Yo fui el que tropezó.
—No había duda sobre eso—apunto.
—No te pediré una disculpa, si es lo que piensas.
—No esperaba menos—ni siquiera había pensado, en una disculpa de su parte. Colin se acerca a mi.
—Pero si quieres, te puedo dar algo mas—menciona, acariciando mis labios.
—¡Alto ahí!—aparto su mano y me alejo—espacio personal, por favor.
Eso solo le causa risa.
—Es broma, solo quería ponerte nerviosa.
Ahora la que ríe soy yo.
—Buen intento, pero no lo has logrado. Si me permites, iré con el resto.
Me echo andar a la terraza, sin esperar que diga algo más ¿Cómo es que con pocas palabras logró molestarme? Tal vez sea por su actitud arrogante. Me recuerdo que no debo juzgarlo, porque no lo conozco. Ignoro mmm si pensamientos y centro mi atención en la conversación. Suelto una exhalación… esta a Sido una larga noche.
¡Hola Bombones!Espero que se encuentren bien...
Disfruten del capítulo.
Hasta el próximo Domingo
Besos.
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Reescribir las Estrellas✓
RomanceHazel tenía una vida solitaria después de que sus padres murieron. Hasta que conoció a Jaden, ese chico el cual siempre estaba dispuesto a sacarle una sonrisa, pasando sus tardes juntos entre charlas y risas. Pero todo cambió cuando ella fue enviad...