- ¿Dónde estabas? - Preguntó James asomándose entre las sombras. Una sensación de alivio me recorrió el cuerpo al saber que era una persona conocida quien estaba en la casa.
Sin embargo, su pregunta fue inapropiada.
- ¿Qué haces tú aquí? - Contraataqué.
- Yo pregunté primero - dijo acercándose a mí, yo di un paso atrás hasta chocar con la puerta.
- No te importa dónde estaba - contesté a su pregunta ladeando la cabeza, tratando de que no viera lo nerviosa que me ponía su cercanía.
- En realidad, sí. Saliste como una loca de aquí - por un momento me quedé sin habla, no sabía qué contestarle, pero en cuanto algo se me vino a la cabeza, lo dije:
- Tal vez no hubiera salido como una loca de aquí si no me hubieras dicho semejante cosas - sonreí irónicamente. James dio unos pasos hacia atrás, y pasó la mano por su rostro, como si aquella situación lo exasperara.
- Lo siento, Alison - su voz sonaba más calmada -, no sabía que iban a decir eso. Espero que... - Dudó unos instantes antes de seguir -, las cosas entre nosotros no se tornen extrañas - sonrió. Yo miré hacia abajo, aún no entendía si lo que Holly había dicho era real o no y James ya quería ponerle fin a algo que ni teníamos. Me hubiera gustado decir "no, podemos hablar de esto tranquilos y que pase lo que tenga que pasar" pero más allá de mis sentimientos hacia él, nada podía florecer, ya que pronto me iría de aquí.
- No - dije mirándolo y sonriendo, como pude -, nada cambiará entre nosotros. Puedes estar tranquilo.
James no dijo nada, sin embargo parecía que quería.
- ¿Me vas a decir donde estuviste? - Preguntó, finalmente. Reí.
- Estuve con unos gnomos - me miró confundido -, bueno, en realidad primero estuve con las sirenas, luego con los gnomos y ahora contigo. Es una larga historia - agregué.
- Tengo tiempo.
- Pero yo no - me alejé de él y me senté en el sillón.
- Está bien, como quieras. Nos vemos mañana, ¿entonces? - Dijo James, un poco molesto, acercándose a la puerta. Lo miré por unos minutos, recordando todo lo que había pasado aquel día.
- Oye, James.
- ¿Qué?
- Si mi abuela era una bruja, significa que yo también, ¿verdad? - James se encogió de hombros, como si estuviera pensando en aquella posibilidad.
- Sí, no lo sé, supongo que sí.
- Está bien - dije encogiéndome de hombros. James, sin decir más nada, se fue. Esperé a oír los trotes de su caballo alejarse y salí.
Estaba cien por ciento segura de que si mi abuela era bruja también lo era yo, no entendía por qué James no le había dado tanta importancia, tal vez estaba cansado o vaya a saber uno qué.
Pensé en algo que alguna bruja pudiera hacer. Busqué en mi memoria algún libro que hubiera leído sobre estos temas, si en un libro podía hacerse, en la vida real también. ¿Cierto? Y más, en estas situaciones.
Recordé una escena de un libro que había leído hace un tiempo, aunque no recordaba el nombre. La muchacha podía hacer flores crecer solo con poner las manos en el césped. Tal vez podía hacerlo.
Me agaché, poyando las piernas en el suelo, suspendí las manos sobre el césped y esperé.
Nada.
Ahuequé la mano y miré al pasto... Nada.
Me acerqué aún más y esta vez, me imaginé una flor roja creciendo. De repente, unos brillos blancos salieron del césped, y un ramito de flor creció. Era exactamente como la había imaginado. Sentí cómo me bajaba la presión. Había descubierto algo completamente loco e increíble sobre mí, y no sabía cómo manejarlo.
Esperé a que el mareo se me fuera (aquella sensación me parecía patética), y me levanté. Me acerqué a las flores que había en la casa, puse la mano sobre una blanca e imaginé que se convertí a en violeta. Y así sucedió. Esta vez sonreí a más no poder, y comencé a dar palmaditas, como si fuera una niña pequeña y le hubieran dado la muñeca que tanto había deseado.
Un lobo aulló a lo lejos, la luna creciente estaba en lo más alto, y una neblina comenzaba a espesarse en mí alrededor. Decidí entrar a la casa e irme a dormir, esperando al otro día para contarle todo esto a James.
Una mujer vestida con pantalones ajustados negros rotos, y una camisa blanca con chaqueta marrón, todo sucio, estaba en el piso, sus cabellos rubios se pegaban a la frente, y un hilillo de sangre le recorría la mejilla. Otra mujer de pelo negro estaba frente a ella, pero no sólo le veía su espalda, tenía una espada elevada, la muchacha rubia la miraba con odio, a pesar de estar en toda su vulnerabilidad, parecía que no le importaba el hecho de que en unos instantes fuera a morir.
La rubia le dijo algo a la otra mujer, pero no podía escucharla. En un nano segundo, la espada le atravesó el estómago, dejando a la rubia inconsciente sobre el césped.
Me desperté agitada y transpirada, aquél sueño no había sido nada lindo, sino todo lo contrario. No había soñado nada desde el día en el que llegué, y aquel sueño había sido tan... real.
Miré a la ventana y vi que el sol ya había salido. Decidí levantarme e irme afuera para esperar a James y despejarme un poco, olvidarme del sueño.
Para mi sorpresa James estaba bajando de su caballo.
Estaba asustada, y al parecer aún se reflejaba en mi rostro, ya que James se acercó rápidamente, y me tomó de los hombros.
- Alison, ¿qué sucede? - Preguntó, preocupado.
- Tuve un sueño - la voz me temblaba -, fue horrible - James no dijo nada, sólo me abrazó, dejando que apoyara mi cabeza en su pecho.
- Tranquila, fue solo un sueño - me separé de él rápidamente, pero aún él tenía sus manos sobre mi cintura y yo tenía las mías sobre su pecho.
- No - dije mirando mis manos -, ese es el problema, parecía tan... real.
- ¿Puedes acordarte? - Preguntó, buscando mi mirada.
- Había dos mujeres, una en el suelo y otra parada con una espada - James parecía aún más preocupado.
- ¿Conoces a alguna?
- A la que sostenía la espada sólo la veía de espaldas, pero a la que estaba en el suelo... - De repente, todo cobró sentido.
- Alison... - James comenzó a zarandearme suavemente -, Alison... ¿Estás bien? - Lo miré a los ojos -, Dios mío Alison, estás pálida.
- Sí, sí la conozco.
- ¿A quién?
- Era mi abuela.
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Fearless {TERMINADA}
FantasyAlison es una adolescente común: tiene una amiga incondicional y un amor imposible. Todo cambia cuando un día comienza a recibir mensajes extraños que la llevan a un lugar desconocido con secretos ocultos, y deberá aprender a ser valiente. **** FEA...