Capítulo 18

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Llegué al lugar y corrí las cortinas de hojas que me impedían el paso a aquel paraíso y días antes había compartido junto a James.

Sonreí con alegría al verlo sentado debajo de un árbol, estaba jugando con los pétalos rosados del suelo. Cuando me oyó acercándome, levantó la mirada y me regaló una pequeña sonrisa.

Me senté a su lado.

- ¿Qué haces aquí? - Pregunté, en voz baja.

- Debería preguntarte yo eso - contestó con el mismo tono de voz, aún jugando con los pétalos.

- Vine a buscarte - James levantó la mirada.

- Y yo vine a pensar.

- ¿En qué?

- En ti. - Quise sonreír, pero lo dijo con tanta tristeza que nada más pude sentir cómo mi corazón se entristecía.

- ¿Y en qué, exactamente?

- En cuando te vayas.

- No necesitas pensar en eso ahora. - James apoyó la cabeza en el árbol.

- ¿Por qué no? La guerra se acerca, y tan pronto como acabe, te irás. - Bajé la cabeza, lo que menos quería era verlo tan mal, y tampoco quería hablar de eso, porque la verdad es que deseaba con todas mis fuerzas volver a mi vida real... -. No hay por qué seguir atrasando esto, ambos sabíamos que llegaría este día.

- Ojalá pudiera meterte en una valija y llevarte conmigo - traté de bromear, y funcionó, ya que James rió.

- Ojalá fuera todo más fácil - se acercó y me dio un beso en los labios. Traté de sonreír, pero fallé en el intento -. Háblame de tu familia - pidió James de repente.

- ¿Para qué quieres saber de ellos? - Se encogió de hombros.

- Por saber.

Entendí que sólo quería desviar la conversación para no pensar más en lo que estábamos hablando, así que decidí contarle lo que quería saber.

- Tengo una mamá...

- Eso tenemos todo el mundo - bromeó James, le pegué en el brazo.

- ¡No seas malo conmigo! - James rió, una risa auténtica que me estaba faltando oír.

- Está bien, lo siento, continúa.

- Su nombre es Amanda, Amanda Cole.

- ¿Es parecida a ti? - Ladeé la cabeza, recordando el rostro de mi padre.

- Tiene mis ojos, creo - James volvió a reír.

- Bien, sigue.

- Está casada con mi padre, Mark Cole. Se conocieron cuando él tenía diecisiete años y ella dieciséis, y aún hoy en día, siguen juntos.

- ¿Sabes cómo se conocieron? - Negué con la cabeza.

- No.

- ¿Y tus amigos?

- Una. - Corregí -. Una amiga. Samantha Shay. Está loca.

- ¿Como Anna?

- Nah, Anna está un poco peor. Sam tiene una mamá que es vidente.

- ¿Vidente? - Preguntó sorprendido.

- Sí, ¿por qué te sorprendes tanto?

- Porque la magia en el mundo real no existe.

- Oh... - Aquello me decepcionó un poco, cuando volviera a casa no podría usar nunca la magia en mi casa, ni tampoco mostrársela a Sam -. No creo que sea magia, igual, no del tipo de magia a la que te refieres... - Agregué -. Es más, tuvo una visión donde indirectamente me decía que terminaría aquí.

- ¿Indirectamente?

- Sí, decía que no veía claramente. No sé cómo funciona eso.

- Tienes muchas personas esperándote. - Asentí. Tenía razón -. Así que me ahorraré la parte en que te pido que te quedes conmigo aquí - sonreí con tristeza.

- Aunque no tuviera a nadie esperándome, no pertenezco aquí... No... No me manejo como ustedes, no estoy acostumbrada a lugares así.

- Lo sé. - Lo miré a los ojos, y casi pude ver cómo sus ojos de cristalizaban, aunque alejó la mirada rápidamente y alejó las lágrimas.

- Siempre te querré. - Susurré apoyando mi cabeza en su hombro, James aún tenía la vista al frente -. Nunca te olvidaré... A nadie. A ninguna de las personas que conocí aquí.

- Lo sé. - Suspiró -. Te quiero, Alison. - Aquellas dos palabras hicieron que mi corazón comenzara a latir rápidamente. Iba a decirle que yo también le quería pero volvió a hablar -: Tal vez te hayan contado, o tal vez lo vayas a oír por primera vez. Pero realmente quise a Elizabeth. - No sabía a dónde quería llegar diciendo eso, pero no le interrumpí, dejé que siguiera con su idea -. Es más, fue a la primera mujer que amé como algo más que una amiga. Y cuando murió me sentí tan... Perdido, vacío. Estoy seguro que conoces esa sensación de estar en un lugar totalmente nuevo, donde parece que todos te conocen pero tú no entiendes nada. - Sí, la conocía perfectamente -. Y por un largo tiempo me sentí así, hasta que la sensación de perdición se fue, comencé a relacionarme nuevamente con las personas. Pero el vacío seguía allí, era como si algo que faltara y no importara cuanto buscase, pues, Elizabeth no estaba ahí. Y nunca más lo estaría. Era una sensación de estar muerto pero seguir viviendo.

>> Yo sé que te caía mal al principio, cuando me conociste. - Sentí cómo sonreía -. Y sé que a algunas veces me comporté como un cretino, y te pido perdón por eso, pero en cuanto entraste a mi vida fue como si todo recobrara el sentido para mí. Fue como si volviera a vivir. - James me miró -. Tú me devolviste la vida, Alison, y te estaré eternamente agradecido por ello.

>> Sé que es totalmente apresurado todo esto, hablando desde la lógica pero... ¿Quién controla realmente los sentimientos? - Preguntó. Pero yo seguía aún pensando en todo lo que me había dicho anteriormente. Reproduciendo una y otra vez su última oración, como si tuviera un CD rayado en mi cabeza.

Sonreía, y estaba segura que sonreía como una idiota.

Pensaba en qué decirle, pero nada de lo que se me ocurría podría jamás superar todo lo que me acababa de decir.

Recordé lo que le dije a Anna, que tal vez me sentía sola y por eso estaba con James, pero luego de estas palabras, me di cuenta que no era esa la razón por la que estaba con él. Sino porque le quería, de verdad.

- Yo también te quiero, James - dije, me acerqué y lo besé.

Alejé todos los pensamientos que me atormentaban, todos aquellos que sólo se centraban en qué pasaría durante la guerra, o cuando ésta terminara y debiera irme.

No me importaba, en aquel momento no me importaba más nada que James y yo.

Fearless {TERMINADA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora