//CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO//

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Narrador/a: Violet Evans

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Narrador/a: Violet Evans.

Mamá me abofetea para que reaccione, parpadeo varias veces ante el ardor en mi mejilla.

—Si subes así no te dejaran abordar—Escucho decir a mi madre. Ve directo a los ojos y asiento, Maggy me da un beso lloroso y papá me abraza fuerte.

—Te veremos pronto, llámanos en cuanto llegues.

—Papá...—Estoy en la fila para dejar las cosas metálicas. Él voltea a verme.—Gracias...—Y prosigo con mi camino. Tengo que dejar el celular, la cadena que recientemente Davi me dio, los aretes y una que otra cosa. Papá me hizo una maleta rápida en la que metió ropa de toda clase, zapatos, abrigos, dinero, el pasaporte, las llave de uno de sus autos que estan en la casa de los abuelos que es en donde se supone debo quedarme, él hizo el trabajo que nunca creí que haría, el de un padre... Dentro del avión muestro el pase de viaje preferencial en el que solo suelen ir cinco personas como máximo ¿Cómo papá hizo que pospusieran el vuelo por mí? Conoce al dueño de la aerolínea y con solo una llamada el cielo se movió. Dejo caer mi cuerpo sobre el asiento en primer clase y cierro los ojos para no pensar en nada.

Despierto por alguien que me sarandea por el brazo, parpadeo varias veces y reconozco el lugar, el avión, es real.

—Señorita ya puede bajar sus cosas, bienvenida a Francia—Dice con una voz fingida una de las azafatas. Bajo del avión y voy en busca de mis cosas, estando en la calle hago la llamada que sé me partirá en dos haciéndome reaccionar. Marco el número personal, repica una vez y contestan.

—Soy Violet...—Digo con la voz entrecortada. Mi corazón de acelera y manos me tiemblan, estoy sudando de hecho.

—Mi amor...—Responde la voz de la señora Jazmín por medio de la llamada. Lo dice de esa forma sutil y dulce, como solo ella puede hacerlo.

—Estoy aquí—Trago grueso cuando escucho que ella reprime su llanto. Entonces si es real.

—Esta bien cariño, te espero en la casa...—Cuelga la llamada. Ella jamás hace eso. Respiro profundo y llamo a un taxi, que no tarda mas de cinco minutos en llegar. La casa de la señora Jazmín no está tan lejos, vive en París y el aerpuerto queda a meinte minutos de la ciudad, por lo que tardo en llegar unos veintiocho minutos o un poco más. Es domingo y las calles estan mas solas que nunca, las familias estan en casa pero no las de París, las personas de aquí siempre están en algún lugar cercano a la torre Eiffel sonriendo y tomanfo fotos, las turistas nunca se cansan de venir aquí, y yo tampoco. Atravesamos la calle principal en donde dejamos atrás la mayor atracción de Francia...

Respiro profundo y me armo de valor en cuanto me bajo del taxi, camino a la entrada de la casa y vacilo con el índice antes de presionar el timbre. No hace falta porque la puerta se abre ante mí por una chica mas o menos de mi edad, tiene el cabello castaño oscuro el mismo de sus ojos y lleva puesto un vestido holgado tipo ballet y una zapatillas negras, sus ojos estan rojos y se nota que no ha dormido en toda la noche.

A mi ritmo [1er libro T.R] POR EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora