//CAPÍTULO TREINTA Y SIETE//

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Narrador/a: Violet Evans

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Narrador/a: Violet Evans.

Han sido días verdaderamente difíciles, hasta me creé una rutina, salgo en la mañanas a trotar y de regreso visito donde esta enterrado el cuerpo de Jack, ahí me quedo unas horas hablando con él como si pudiese escucharme y leo su carta una y otra vez, tanto que la se de memoria, se supone que debía impulsarme pero solo ha hecho reterme en un bucle de tiempo del que no se si pueda salir sola. Mi celular repica varias veces antes de sacarlo demi bolsillo.

Llamada entrante de Mamá:

—Entiendo por lo que pasas pero que no me hayas escrito en casi un mes es demasiado Violet...—Suena molesta y definitivamente no es para menos.

—Lo siento...

—Tú papá acaba de comprar un pasaje de avión para hoy, sales en dos horas y no te atrevas a desobedecerme porque me obligarasa a ir a buscarte...—Su voz es firme, típico de ella. Respiro profundo antes de responder.

—Esta bien.

—Bien, en cuanto llegues aquí hablamos ¿Okey?

—Okey, te amo mamá—Por su silencio sé que no se esperaba ese comportamiento de mi parte. Cuelgo antes de que diga algo más y me devuelvo a la casa de la señora Jazmín a empacar mis cosas. La mayoría de las personas se aferra a cosas para escapar de la realidad, tales como libros, series, películas, fotografías, recuerdos, canciones entre muchas más, yo suelo aferrarme a ciudades y personas, todo para escapar en un bucle temporaneo en el que puedo olvidar quien soy realmente, durante mucho tiempo mi bucle fue Jack y hasta ahora lo sigue siendo...

—Nos volveremos a ver—Abrazo a Erick con fuerza.—Lo prometo.

—Esta bien, te deseo lo mejor porque lo mereces ¿Okey?

—Mi niña...—Reprimo las lágrimas en mi abrazo con la señora Jazmín para no hacerla llorar a ella también.

—Gracias por todo...

—Vete ya, no queremos que se te haga tarde—Se seca la lágrimas y me sonríe. Camino con mi maleta hacía la puerta y tomo el primer taxi que pasa por la calle, una vez más. El auto hace su recorrido hasta llegar al aeropuerto en donde muestro mi pasaje online para poder abordar, nuevamente en primera clase. El viaje me da náuseas y me agota mas se lo normal, la verdad es que casi no he comido en días, todo esto me ha hecho pasarlo por alto, cuando la chica con el carrito de dulces pido algo de pane para comer un succo tropical, necesito comer. Una hora después estoy en Italia nuevamente.

—Italia—Digo viendo por la ventanilla de mi asiento. La azafatas comienzan a anunciar que hemos llegado y que nos mantengamos en los asientos hasta que el avión se estacione correctamente.—Jamás me gustó Italia...

—¿No? Pero si es notorio que eres de aquí—Responde un señor calvo que va del otro lado. Me sonríe con inocencia, yo le devuelvo la sonrisa.

A mi ritmo [1er libro T.R] POR EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora