//CAPÍTULO TRECE//

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Narrador/a: Violet Evans

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Narrador/a: Violet Evans

—Entonces ¿Mamá si vivió en este lugar?—Sin darme cuenta mis ojos recorren cada parte de la diminuta casa. Davi hace un expresión rara con su nariz y el abuelo solo ríe tristemente.

—No en esta casa claro esta, pero si en este barrio—El abuelo se pone en pie y comienza a rebuscar en la nevera.—¿Que quieres para cenar?

—No, no, no...—Me pongo en pie rápidamente. Veo por la ventana y esta oscureciendo, continúa lloviendo pero no tan fuerte como hace rato.—No puedo quedarme mas tiempo ¡Mamá me matará! ¿Es tan tarde así?—Volteo a ver a Davi que permanece sentado y asiente. Busco mi celular ¿Donde lo deje?

Se me ha pasado el tiempo hablando con Davi y su abuelo, que no me di cuenta del mundo exterior. Subo las escaleras hacía la habitación de Davi, en mi ropa... busco y mi Iphone se quedó en la cama <Debiste dejarlo ahí cuando llegaste> lo desbloqueo y tengo muchas llamadas pérdidas, ni si quiera voy a ver de quienes son porque ya conozco la respuesta, bajo corriendo veo a Davi y... ¡hasta aquí llego la aventura Violet debes volver a la realidad!

—No puedes quedarte mas tiempo—Dice el guitarrista. Me sonríe y se encamina hacía mi.—Voy a llevarte, bueno no tengo un auto pero nos iremos en taxi y no esta en discusión—Añade cuando voy a protestar. Davi sube por su celular y algo de dinero supongo, luego vuelve a bajar.

—Nos volveremos a ver, nos debes una comida—El abuelo me guiña un ojo y dice algo más ante de que salgamos—Wilson, Wilson Meléndez es mi nombre.

Cerramos la puerta después de salir, esperamos unos minutos escapando debajo de una pequeña estación de bus esperando que un taxi cruce por esta calle. Minuto tras minuto esperando, las calles estan repletas de aguas y bastante lodo, no hay muchas personas caminando por ahí y son escasos los vehículos, el sol lleva media hora que se escondió y mi celu sigue vibrando como loco gracias a las llamadas de mamá.

—Estoy muerta—Digo en voz baja. Hay una banca y me dejo caer en ella, esta altura no me importa mucho, veo mis zapatos que estan llenos de lodo y mi atuendo...—¡Oh por Dios! Aun conservo tu pijama no puedo llegar así.

—Taxi—¡Justo a tiempo! ¿Por qué no me di cuenta de eso antes? <Porque andas toda boba quien sabe porque> odio discutir conmigo misma. Davi le indica la dirección de mi residencia y el señor pelón conduce decentemente hasta ella. El camino a ella es silencioso, no se que decir y parace que Davi tampoco, tal ves su "Arranque de valentía" acabó.

—Hasta aquí llegamos—Le digo cuando quedamos en el parquesito que esta a unos metro de la mansión Evans. Lo menos que quiero es otro escándalo.

—Te acompaño hasta la puerta, tal ves deba hablar con tu mamá, no quiero que...

—Gracias Davi, eres muy lindo pero eso debo hacerlo yo—Lo corto. Ambos estamos temblando un poco, supongo que es el frío de la lluvia además que si nos mojamos algo.—Enserio.

A mi ritmo [1er libro T.R] POR EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora