//CAPÍTULO TREINTA//

26 3 2
                                    

Narrador/a: Violet Evans

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narrador/a: Violet Evans

La felicidad que siento en este momento no me cabe en el pecho, veo reír a mis padres junto a Maggy por un chiste que soltó Davi, todos estan en la faceta mas despreocupante que conozco y nada absolutamente nada puede arruinar un momento como este, Davi me ve que estoy recostada con el brazo sobre la dispensadora de dulces y se acerca a abrazarma, solo me abraza sin decir nada y agradezco porque no pregunte en que pienso o que tengo, solo que este ahí haciéndome la mejor compañía.

—Te quiero—Le digo cerca del oído, su cuerpo se estremece un poco y me ve sonriendo.

—¿Si dijiste lo que dijiste?—Pregunta entusiasmado y yo ruedo los ojos en modo odiosa.—Ya decía que estabas muyy cursi ¿He?

—Oye—Le doy un golpecito en el pecho y el finge que le dolió muchísimo.—Soy cursi, por tu culpa—Me encanta hacer puchero para él. Davi rompe la poca distancia y me roba un beso rápido.—Me robaste un beso...—Le digo con una sonrisa pícara, automáticamente sus cachetes se ponen rojos como tomate.

—Eres mi novia, puedo robarte el corazón si quiero—Dice atrevido.

—Ya eso lo robaste hace mucho tiempo—Camino a donde estan mis padres para evitar decir mas cursilerías, por culpa de este chico voy a terminar siendo una dulce bailarina <todo menos eso> en eso estamos de acuerdo conciencia.

—Nosotros vamos a descansar, mañana tenemos que resolver unas cosas en Venecia—Añade mamá. Cada uno busca su rumbo y Davi y yo subimos a mi habitación.

—Bueno hasta la puerta de tu habitación, no te puedes quejar—Dice para despedirse.

—Quédate—Hago puchero. Estamos en la puerta de mi habitación, entrelazo mi mano con la de él y me acerco a su boca aun con puchero.—Porfis, hoy hace frío, quédate conmigo.

—Voy a estar cerca, solo a una habitación—Señala a la habitación de huéspedes que está al lado de la mía.

—Yo quiero que te quedes conmigo y me abraces cuando haga frío, y me cantes si no puedo dormir...—Los ojitos de mi chico se humedecen un poco y hasta brillan qur da ternura. Lo amo, fin.

—Me encantas bailarina—Me da un beso suave.—Enserio—Dice sin despegar sus labios de los míos.

—Y tu a mí—Este chico me va a volver una cursi y no se si es bueno o malo eso. Davi y yo nos separamos para que podamos ducharnos cada uno en una habitación diferente, y después si dormir juntos. Cambio mi pijamas y me coloco una playera que le quite al guitarrista de su bolso que esta en la mesita de noche, y abajo me tapo con unos shor de dormir super cortos, suelto mi cabello y me humedezco con crema hidratante en toda yo. Enciendo el aire y cierro la ventana completamente, me tiro en mi cama a esperar a Davi. Unos segundos después su celular comienza a sonar, por un momento creo que es el mío pero el tono de llamada definitivamente no es el que suelo usar. Busco su celular dentro de su bolso y tiene dos mensajes sin leer <no lo hagas> ¡al demonio! abro los msj:

A mi ritmo [1er libro T.R] POR EDITARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora