la vida i n m o r a l de la pareja ideal

ALL I ASK - Cap. 11: Reencuentro

"If this is my last night with you

Hold me like I'm more than just a friend

Give me a memory I can use

Take me by the hand w

While we do what lovers do

It matters how this ends

Because what if I never love again?"

Adele

Apenas iba a ser medio día, Paulina estaba sentada en la barra del cabaret bebiendo una taza de café y repasando los últimos acontecimientos de su vida. A su alrededor las imitadoras practicaban sus números bajo la maravillosa dirección de Valentina. La morena al fin sentía que podía confiar en el criterio de alguien más que no fuera el propio, por eso apreciaba la presencia de la extravagante mujer. De igual modo, se le hacía imposible prestar atención al trabajo asignado, la incomodidad e incertidumbre se la devoraban.

Casi una semana pasó desde su escena en el baño público junto a María José, donde sus lenguas fueron usadas para otros actos que no corresponden al habla. Cuatro días atrás estaba compartiendo una incómoda cena con su hijo, María José y esa tercera en discordia. Aproximadamente noventa y seis horas desde que vibró su móvil revelando un mensaje de la rubia que ponía: "Lo siento, no debió pasar".

Las palabras fueron infantiles, no comprendía qué sucedía por la cabeza de su ex esposa, siempre se caracterizó por su sensatez. A pesar de querer molestarse y hacer valer su propio orgullo, Paulina no podía. No contra ella. Intensamente se agolpaban los recuerdos en su mente. El cálido aliento de la rubia dando contra su cuello erizando la piel. Hambre. Carnalidad. Deseo. Necesidad irrefrenable de liberarse. Sus labios húmedos despertaban un hormigueo en su interior que ansiaba más contacto. Ni hablar de sus manos. Aquellas eran capaces de elevarla, de sostenerla y darle la contención necesaria para sentir que la vida valía mientras se perdía en el placer. Gimió duro y fuerte, estaba lista para más y...

—¿Qué les pasa a ustedes los de la Mora? -preguntó Valentina a la morena, sacándola de su ensoñación.

—Disculpa... No te oí... ¿ Qué se te ofrece?

—Ay no cariño, o tu estás enamorada o pensando en sexo -soltó y capturó toda la atención de la contraria.

—¡Mira qué tremenda saliste! Cómo agarras confianza... —resopló con sarcasmo.

—No tiene nada de malo el amor ni el sexo —sonrió.

—Ni lo uno ni lo otro. A mi no me confundas con los corrientes de mis hermanos.

—Tu hermano me dijo que eras muy reservada con esos temas —insinuó con un temple sereno—. Te daré un consejo...

Paulina iba a protestar, mas no hubo espacio para responder con arrogancia. La contraria se adelantó y habló.

—El presente es lo único que hay y a veces sirve deshacerse de piel para entrar en otra y ver lo que realmente importa -guiñó un ojo y se dio media vuelta.

Dejó a Paulina con las palabras en la boca y el ceño fruncido, aunque la frase se quedó en su cabeza. De inmediato la imagen de María José se posó en sus pensamientos, la extrañaba. Hizo un puchero, tomó su móvil muy decidida a llamarla. Sin embargo, su acción se vio interrumpida por el proveedor de licores que había llegado, dejando su taza de café a la mitad y parándose para obligarse a trabajar.