Capítulo 27.

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Darrel

Habían pasado dos días desde que Cat entró en coma y no había señales que nos dijeran que iba a despertar pronto, que era lo que más queríamos todos, lo más anhelamos. Su padre llegó ese mismo día unas horas después junto con su esposa.

Aaron Bennett era un hombre encantador al igual que su esposa que en todo momento se notó preocupada por Cat, ella me caía bien y aunque tenía poco de tratarla parecía una gran persona, no de esas que fingen serlo para agradar a los demás, ella en verdad lo era.

Él llegó muy preocupado por su hija y se notaba que la quería mucho, no se quiso despegar del hospital hasta que ella despertara pero los convencimos de ir a dormir un poco, tampoco quiso ir al departamento de Cat, dijo que no le gustaría irrumpir en su morada y que lo mejor era irse a un hotel el tiempo que fuera necesario.

Fui al departamento de Cat por algunas cosas, menos mal que esa noche se pudieron recuperar sus pertenencias aunque el auto fue daño total pero al final del día eso no importó mucho. Miré el pasillo que conducía a su departamento, las paredes eran de un color crema muy claro, el piso no tenía alfombra pero lucía limpio, al igual que el techo donde había algunas lámparas que en este momento estaban apagadas ya que pasaba del medio día. Avancé hasta que llegué a su puerta y me detuve un momento con las llaves en las manos, sentí una opresión en el pecho. Todavía me dolía. Metí la llave en la cerradura y empujé la puerta, no había regresado desde ese día que vine por ella, si tan siquiera hubiera sabido lo que iba a pasar jamás la hubiese sacado de su departamento.

Cerré la puerta con cuidado y miré a mi alrededor, los sofás de color gris estaban bien acomodados al igual que cada uno de los libros que tenía en su estante. Las cortinas estaban cerradas, la cocina intacta, fui a su habitación y metí en la mochila todo lo que Elisa me había pedido, regresé a la sala por algunos libros y dejé la mochila a un lado de la puerta. Cogí los que ella habló alguna vez, entre ellos ese que tanto le gustó que se compró sin importarle que casi se queda sin comer toda una semana.

Salí asegurándome que la puerta y las ventanas estaban bien cerradas y le pedí al encargado que vigilara el lugar, para que cuando Cat regresara su hogar estuviera intacto. Regresé al hospital y fui directamente a la que por ahora era su habitación. Al dar el primer paso dentro mis fosas nasales se llenaron del delicioso aroma a rosas, sus amigos del trabajo le habían traído algunas, globos y otros presentes. Dejé la maleta encima de la silla al lado de la camilla y me quedé a su lado observándola. Era como una dulce princesa que permanecía en un largo sueño. Las heridas estaban sanando poco a poco, ahora eran cicatrices en su delicada piel, seguía teniendo algunos cables y mangueras. Todavía tenía la venda en su cabeza.

—Ya fui a tu casa y todo está bien —cogí su mano —. Bruno también se encuentra bien, está con Elisa y quizá mañana lo llevemos a la casa, sabes que Hazel se enamoró de él. Está un poco triste, él espera que regreses a casa —suspiré —. Se nota en su mirada y a veces no quiere hacer nada.

Baje la mirada a sus delgados dedos que sostenía con mi mano, estaban tibios y su piel era pálida. Había un deje de melancolía en mi voz y por más que intentaba ser fuerte me estaba derrumbando.

—Te extraño, todos te extrañamos —pasaba mi dedo por su piel —. Nada es lo mismo sin ti, todo se siente triste y gris —la contemple por algunos segundos, detallando cada centímetro de su rostro angelical —. Eres el motivo para mi despertar, eres lo que le da color a mi vida y ahora te siento tan lejos, tan apagada.

Solo quería que ella despertara, solo eso.

—Te he traído algunos libros —solté con cuidado su mano y la deje en su lugar. Cogí la mochila, acerqué la silla y me senté para sacar los libros que le traje —. No he leído ninguno de ellos sabes que este tipo de lectura no es lo mío pero te voy a leer todos los que pueda.

Corromper a un ángel (COMPLETO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora