𝐈𝐧𝐭𝐫𝐨𝐝𝐮𝐜𝐜𝐢ó𝐧

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01.

𝐏𝐢𝐧𝐭𝐚𝐝𝐨 𝐞𝐧 𝐬𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞

𝟏𝟗𝟐𝟏

El incipiente destino que se ciñe cada vez más y más a mi alrededor y que se acerca sin descansar, con cada cosa a su tiempo, con prisas pero lento y siempre con compas. Entre cascabeles suena un tambor al ritmo de mi corazón con miedo y sangrando, herido de muerte y con el sabor amargo entre mis labios, la gitana se acerca y baila a mi alrededor al ritmo de ese tambor. Mis manos llenas de sangre sujetan un arma en alto, con un sonido ensordecedor la bala le atraviesa el pecho y cae de espaldas, sangrando y manchando su vestido blanco. Ya no respira pero me mira a través de sus pestañas gruesas, sus ojos oscuros se cierran y logro ver como despierta. Sus ojos oscuros me miran, ya no tienen corazón, no murió pero tampoco resucito. Ella solo es un vago recuerdo de lo que yo quise que fuera y de lo que ya no podrá ser.

𝐏𝐞𝐚𝐤𝐲 𝐛𝐥𝐢𝐧𝐝𝐞𝐫𝐬

desperté con la frente sudando entre las sábanas blancas, la mañana pinta fresca y algo soleada a través de la ventana y escucho a Finn discutir con Arthur y a Polly gritando que dejen de maldecir. Me paso las manos sobre los ojos y miro al techo, hoy es mi puta boda.

No sé si lo de anoche fue un sueño o una pesadilla, Polly diría que es un presagio de mala fortuna, pero que más da, son cosas nuestras, cosas de gitanos. Entre nosotros esas cosas son normales, creemos en la suerte y en las maldiciones, a veces pienso que Dios nos trajo a este puto mundo solo para perturbar la paz de algún payo agraviante de pobres almas malheridas.

Debería de cobrarle algunas libras a Dios por hacerle algunos trabajos. O quizás al mismísimo diablo por recogerle la basura.

Unos golpes en la puerta me hacen apartar la mirada del techo y maldecir a mi hermano por interrumpir mi último momento de paz en lo que me espera de día, aún que algo me dice que no tendré muchos momentos de paz a partir de ahora.

- Tommy, despierta coño, es tu puta boda. No hagas esperar a la novia, esta es gitana y no creo que te quiera esperar sentada en su caravana.

- ¡Tiene razón hermano! Esa sería capaz de venir aquí y llevarte al altar con una navaja en el cuello. Las gitanas son como lleguas salvajes, tienen más carácter, si no mira a Esme, esa hija puta hubiera sido capaz de cortarme la yugular si no me hubiera casado con ella aquel día.

- Eso es por que no tienes huevos, John. No sabes domesticar a tu yegua, hermano.

La risa de Arthur y los insultos de John atraviesan la madera de la puerta de la habitación. Suspiro y me siento en la cama y aún estoy vestido con la ropa de ayer.

El día de ayer podría describirlo como el más largo de mi toda mi puta vida. Podría definirlo como algo inquietante y a la vez como una aparición divina, no sabría decir si buena o mala, pero yo lo miraba como un negocio al que sacarle partido.

La mañana de ayer creía que estaba estancado, atascado en una rutina, subiendo como la espuma, pero sin un puto salvavidas, sin ningún plan, pero de repente, Charlie entró por la puerta del Garrison y me dio la noticia, estaba comprometido. No me lo tome en serio, hasta sonreí, encendí un cigarrillo y me crucé de piernas, mirándole y esperando a que dijera que era una de sus bromas. Él simplemente negó con la cabeza y me dijo que habían venido desde lejos solo para cumplir con un pacto que habían hecho con mi abuelo y con mi madre hacía años.

- ¿De qué puto pacto estás hablando Charlie?

Él levantó una ceja y encendió su cigarrillo mirándome.

𝐏𝐢𝐧𝐭𝐚𝐝𝐨 𝐞𝐧 𝐬𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞 - 𝐓𝐡𝐨𝐦𝐚𝐬 𝐒𝐡𝐞𝐥𝐛𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora