Capítulo 37

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Rodeó mi cintura con un brazo y giro haciéndome quedar sobre él, mientras se divertía con el broche de mi sujetador. Hasta que finalmente cedió desabrocharlo mientras yo saboreaba esos labios los cuales tenían un doble grosor e intensidad de color.

Me aparté de ahora mi vicio para eliminar de la escena la penúltima prenda que cubría mi cuerpo y así dejar mi torso completamente desnudo.

Después de recorrerme con la mirada , cada centímetro de mi cuerpo, puso mis manos en mi cadera, estas se desviaban a mi abdomen subiendo las manos hasta llegar a mis pechos, los cuales empezó a masajear parsimonosiamente. Sus caricias, masajes, roces todo. Simplemente todo lo que hacia me volvía loca.

A consecuencia del placer, me asujete a su pecho mientras que enconrvaba la espalda y echaba mi cabeza hacia atrás. Besó la loma de mis pechos al mismo tiempo que me cogía de la cintura y así girarme lentamente y tumbarme con suma delicadeza sobre la cama, acoplo su perfecto cuerpo al mio, sentir su tibia y tersa piel sobre la mía era delirante.

Sus manos seguían recorriendo todo mi cuerpo, mientras que nuestros labios estaban fundidos en un apasionado beso. No podía evitar que pequeños gemidos se colaran por mis labios sobre los de Abraham, sus mortales caricias eran las culpables. Sin embargo esto solo incitaba a Abraham poner mas esmero a su trabajo.

Bajo sus besos por mi mejilla hasta mi cuello, para depositar en este cálidos y húmedos besos, de vez en cuando hicaba sus dientes para dar leves mordidas, los cuales lejos de producirme dolor, solo aumentaban mi éxtasis.

Pero lo que simplemente me hacia enloquecer, lo que provocaba guerras de hormonas en mi interior, era cuando deslizaba su lengua por mi piel. La mezcla de sensaciones que Abraham me producía con solo hablarme, duerme un beso o una caricia era lo mejor que podía existir.Ya no aguantaba mas, agradecía un montón que la casa estuviese completamente vacía, mi ansiedad aumentaba. Los labios de Abraham se mezclaban con los mios cuando empeze a jugar con el elástico de sus bóxers haciendo caricias sumamente delicadas, Abraham se quedo estático, cerrando los ojos al mismo tiempo que se mordía el labio inferior.

Decidida empecé a bajar esa última y azul prenda que cubría su cuerpo, y Abraham rápidamente abrió los ojos y me cogió de la mano.

—________(tn) si tú... —Comenzo a hablar entrecortadamente

—...Si estoy lista.—Lo interrumpí mientras acariciaba su mejilla y me acerque para besar sus labios.

—Quiero que seas tú.—Susurré sobre sus labios para luego volver a mirarlo a los ojos.

Me miraba enternecido y pensativo pero después una sonrisa se dibujó en su rostro. Volvió a mis labios para darme un beso lleno de sentimiento, completamente alucinante.

—Será un honor.—Susurró en mi oído mientras dejaba un camino de besos desde mi mejilla hasta mi cuello. Mientras yo continuaba lo que me había interrumpido.

Abraham me ayudo a deshacerme de la prenda restante sobre mi cuerpo y así dejarla sobre el suelo con toda nuestra ropa. Abraham se estiró hacia los cajones que estaban a un lado de la cama, abrió el cajón inferior y de este saco un pequeño sobrecito negro.

—¿Segura?—Pregunto sentándose entre mis piernas.

—...Completamente.—Le respondí más que segura, pase mis manos por su pelo atrayéndole a mis labios.

Poco a poco sentí como nuestras anatomías se convertían en una sola, cerré fuertemente mis ojos y me separé solo unos milímetros de los labios de Abraham, ya que un fuerte dolor se apodero de mi entrepierna, tanto que no pude evitar enterrar mis uñas en la espalda de Abraham.

—_______(tn)...¿Qu... Quieres que pare?—Me pregunto Abraham. Seguramente por que había notado mi gesto, pero sin abrir los ojos y sin suavizar mis facciones negué con la cabeza.

Coloco una de sus manos en mi cadera para empezar con suaves embastidas, de un momento a otro el fuerte dolor se convertio en placer puro, al igual que sus movimientos que comenzaban a coger mayor velocidad e intensidad.

Abrí mis ojos para poder ver el rostro de Abraham, sus ojos estaban cerrados, mordía su labio inferior y una delgada capa de sudor cubría su cuerpo. Era tanto lo que estaba sintiendo que se desbordaban de mi cuerpo con pequeños gemidos, los cuales Abraham atrapaba con sus labios.

Sentí como una serie de corrientes eléctricas recorrían mi cuerpo desde la punta de mis pies hasta mi cabeza, mis músculos se contraían, y nuevamente la espalda de Abraham fue víctima de mis uñas. Habíamos llegado a la cima.

Abraham completamente rendido se tumbo a mi lado ocultando su rostro en mi cuello, nuestras respiraciones estaban mas que agitadas.

—T...Te am...Te amo.—Susurró Abraham entrecortado en mi oído envolviendome entre sus brazos.

~Mi Niñero~ (Abraham Mateo Y Tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora