Capítulo 11

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Al día siguiente lo intentamos otra vez. Me levanté temprano y volé hacia la escuela. Seguía esperando mi premio por puntualidad.

El recreo se hizo esperar, pero salimos corriendo a nuestras posiciones. Lysander arriba y yo abajo. Ni yo comprendía mis celos por alguien que solo me veía como su amiga.

Esperé abajo unos minutos, pero ninguna chica subía, solo chicos.

Cerca del quiosco vi a dos chicas distraídas. Saqué mi teléfono y le tomé una foto a una.

Abrí la galería y vi unas bragas con estampados de unicornios. No era lo que buscaba. No quería desesperarme.

Lo intenté de nuevo y me senté en una banqueta a esperar que se acercara alguna alumna con falda corta.

Se pronto una se acercó con su amigo y tomé la foto. Lo abrí a hurtadillas y me encontré con una bragas de encaje. Hice un gesto de disgusto y fui arriba para ver a Lysander.

En el segundo piso, Lysander buscaba las bragas de formas poco ortodoxas. Fingía que se le caía algo o simulaba tropezarse.

De repente una chica se dio cuenta y lo miró con extrañeza. Pero a los pocos segundos le sonrió y le hizo plática, y yo estaba a solo dos metros de ellos.

Quería ir y estironearle su cabello por  hablarle a mi... amigo. Tenía que calmarme, pero cuando más hablaban más tenía ganas de meterla en un barril con ácido.

Concluida la charla, Lysander volvió a su trabajo, pero, a los pocos segundos, vino otra chica a preguntarle o simplemente a coquetear.

¿Alguien tiene un serrucho o una garlopa? Me preguntaba yo misma a punto de estallar de celos.

El timbre sonó y no pudimos hallar nada.

A la salida, fuimos a comer. Él me hablaba y yo respondía cortante.

Me hice una promesa de contener mis impulsos homicidas contra las chicas que le hablaban.

Secreto de bragas ©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora