Secreto de bragas ©️

Capítulo 18

Luego de la pelea del siglo, abandonamos Italia con la promesa de volver alguna vez.

Una vez que llegamos, Lysander me dejó en mi casa al anochecer. Aún no habían llegado mis padres.

—Bueno, niña, nos vemos mañana en la escuela.

—Sí, niño...

—Debes estar muy cansada, así que mejor te lo digo mañana.

—¿Qué vas a decirme?

—Mejor te lo digo mañana... Estás bostezando.

—Pero yo quería saber...

—Mejor mañana, descansa, niña

—Bueno, tú igual.

Cerré la puerta y me fui a acostar porque tenía un sueño terrible. Pero luego me acordé de lo que me iba a decir mañana. Yo también le iba a decir algo que él no sabía.

En la madrugada me desperté porque había soñado con Lysander. Fui al baño y recordé su última frase que me tenía intrigada.

Por la mañana, me alisté como un guepardo y salí de casa. Lastimosamente cuando estaba a punto de subir al bus me di cuenta que me había olvidado ponerme el short debajo.

A los diez minutos, llegué a la escuela y busqué como loca a Lysander, porque la intriga me iba a matar, pero la puerta se hallaba cerrada. Deduje que estaba muy cansado como para abrirme.

Al sonar el timbre de salida fui otra vez a su refugio y toqué como una desquiciada. Esperé un poco y luego me desesperé.

Toqué otra vez y abrí la puerta sin querer. Adentro no se hallaba ni él ni sus pertenencias. Lysander se había ido sin despedirse. No había porqué llorar. Serenidad ante todo...

—¡Buaaaaaaa!

—Niña, ¿qué pasa? —dijo Lysander detrás de mí.

—Ah, nada, nada... ¿Ya te vas?

—Sí, y quería darte las gracias por ayudarme...

—Lo hice con gusto porque...

—Eres la mejor amiga que he tenido.

—¿En serio? Gracias.

Me abrazó.

—Espero te vaya bien en tu vida, niña—dijo él con su frialdad de siempre y abrió la puerta.

Solo asentí. Era ahora o nunca.

—Lysander... Espera.

—¿Qué sucede?

Bajé la cabeza.

—Me gustas... —susurré.

—Perdón, no te escuché.

—¿¡Quieres ser mi novio!?

Él se quedó sorprendido por mis palabras. Solo esperé su respuesta.