CAPITULO 7

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La conversación previa sobre el regreso de Voldemort había sido impactante para Halley, Ron, Hermione y posteriormente Tonks. Eric por su parte no podía dejar de pensar en las pruebas para alcanzar la piedra. Sabía que Halley era tan hábil volando como su contraparte por lo que las llaves voladoras no serian problema; El ajedrez gigante podría complicarse pues en los libros Ron había jugado teniendo en cuenta la seguridad de sus amigos y añadir personas al juego podría ser contraproducente; El acertijo de Snape era pan comido asi que no le preocupaba pero no pudo evitar pensar en algo.

¿Que aportaba él a todo esto? No era mejor que el promedio volando, no sabía jugar ajedrez y si bien se consideraba inteligente Hermione tenía cubierta esa posición. En lo único que destacaba era en poder y habilidad en la magia, pero en este punto de la historia era inútil. El no podría vencer a Voldemort. Al final no quedaba nada más que servir de refuerzo y esperar ser útil más adelante en la historia, era todo lo que podría hacer.

Los exámenes finales se convirtieron en toda una experiencia para nuestro grupo protagonista pues la mayoría esperaba que Voldemort entrara por la puerta en cualquier momento. Hacía mucho calor, en especial en el aula grande donde se examinaban por escrito. Les habían entregado plumas nuevas, especiales, que habían sido hechizadas con un encantamiento antitrampa. Eric había escuchado las quejas de varios alumnos, incluyendo a Ron, sobre la falta de confianza de los profesores con los alumnos. Incluso Eric tenía que admitir que al ver el tamaño del cuestionario se sintió ligeramente intimidado pero su inquietud desapareció rápidamente al ver que conocía las respuestas, un caso similar sucedió con Hermione. Halley por su parte se las arreglo bastante bien a pesar de tener a Voldemort ocupando sus pensamientos. Al menos Delphini se había mantenido a distancia después de lo sucedido en el bosque, aunque Halley notaba como le robaba algunas miradas a Eric cuando este estaba concentrado en otra cosa.

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También tenían exámenes prácticos. El profesor Flitwick los llamó uno a uno al aula, para ver si podían hacer que una piña bailara claqué encima del escritorio (Nunca lo admitiré pero esto es muy divertido) pensaba Eric al hacer la prueba. La profesora McGonagall los observó mientras convertían un ratón en una caja de rapé. Ganaban puntos las cajas más bonitas, pero los perdían si tenían bigotes. Y nuestro protagonista se sintió extremadamente cómodo con la prueba logrando el diseño más complejo formando una caja morada repleta de estrellas doradas, azules y blancas. Es un Joestar después de todo.

Snape los puso nerviosos a todos, respirando sobre sus nucas mientras trataban de recordar cómo hacer una poción para olvidar. Halley lo hizo todo lo mejor que pudo, tratando de hacer caso omiso de las punzadas que sentía en la frente, un dolor que le molestaba desde la noche que había estado en el bosque. Parvati pensaba que Halley era un caso grave de nerviosismo, porque no podía dormir por las noches. Pero la verdad era que se despertaba por culpa de su vieja pesadilla, que se había vuelto peor, porque la figura encapuchada aparecía chorreando sangre. Más allá de ese inconveniente no hubo problemas mayores ni para ella ni para sus amigos.

El último examen era Historia de la Magia. Una hora respondiendo preguntas sobre viejos magos chiflados que habían inventado calderos que revolvían su contenido, y estarían libres, libres durante toda una maravillosa semana, hasta que recibieran los resultados de los exámenes. Cuando el fantasma del profesor Binns les dijo que dejaran sus plumas y enrollaran sus pergaminos. Hubo una alegría compartida por todos los estudiantes después de eso.

El mago extranjeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora