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Cuando la puerta del baño se abrió el asiático salió con sólo unos pantalones holgados, pero ni siquiera por esa majestuosa imagen lo miraste, mantuviste tu vista fija en el libro que sostenías.
Ben rodeó la cama para poder acostarse en el lado vacío de la cama, el asiático al inicio no lograba comprender tu actitud tan seria. Creyó que estabas concentrada en tu libro, pero luego descubrió que lo estabas evitando.
— cariño, ¿estás bien? — preguntó curioso, colocaste el libro sobre la mesita y lo miraste. Oh, su cabello revuelto era una imagen increíble.
— estoy perfectamente bien, Ben — respondiste con una sonrisa falsa — te divertiste hoy coqueteando con Jill? — acariciaste su rostro con la yema de tus dedos, Ben soltó una risita después de un rato al descubrir que realmente sí te sucedía algo y era que estabas molesta porque había pasado todo el día junto a la chica de lentes.
— ¿Estás celosa? — su tono juguetón y burlón te hicieron fruncir el ceño, tu silencio confirmo su pregunta y luego sonrió mirándote con ternura — cariño, Jill es sólo una amiga, sabes que tu eres el amor de mi vida — aseguró tomando tu mano para dejar un beso en el dorso, rodaste los ojos fastidiada
— no puedes simplemente poner tus ojos de cachorro y creer que voy a olvidarlo tan fácil, Ben— advertiste, Ben hizo un puchero antes de subirse arriba de ti, pero sin aplastarte
— bueno, entonces tendré que hacerte olvidar de otra forma — murmuró antes de besarte.
